Hallado un paso oculto en la evolución de las plumas de los dinosaurios

Paleontólogos descubren un desarrollo por zonas en la piel de los dinosaurios, con áreas cubiertas de escamas de reptil y zonas con plumas parecidas a las de las aves.

Por la University College Cork

Pareja de dinosaurios emplumados.

Pareja de dinosaurios emplumados, generada con DALL-E.

Paleontólogos del University College Cork (UCC), en Irlanda, han descubierto que algunos dinosaurios emplumados tenían la piel escamosa, como los reptiles actuales, lo que arroja nueva luz sobre la transición evolutiva de las escamas a las plumas.

Los investigadores estudiaron un nuevo espécimen del dinosaurio emplumado Psittacosaurus de principios del Cretácico (hace 135-120 millones de años), una época en la que los dinosaurios evolucionaban hacia las aves. El estudio muestra, por primera vez, que el Psittacosaurus tenía piel de reptil en zonas donde no tenía plumas.

Sus fósiles se han encontrado en diversas partes de Rusia, China y Mongolia.

El Psittacosaurus es un género interesante de dinosaurio que es conocido por su distintiva apariencia, que recuerda a los loros modernos, especialmente por su pico, que le da el nombre de lagarto loro. Los Psittacosaurus eran relativamente pequeños en comparación con otros dinosaurios, pues medían entre 1 y 2 metros de longitud y pesaban de 20 a 25 kilogramos.

Tenían cuerpos robustos, cabezas grandes con picos córneos, y dientes bien adaptados para triturar material vegetal, ya que eran herbívoros. Su pico y dientes sugieren que podían masticar eficazmente plantas duras. Esto los hacía muy adaptativos a diversos entornos con diferentes tipos de vegetación.

Sus fósiles se han encontrado en diversas partes de Rusia y Asia, principalmente en China y Mongolia. La calidad de muchos de estos fósiles es excepcional, e incluyen evidencias de tejidos blandos y coloración de la piel, lo cual es raro y muy valioso para los paleontólogos.

Psittacosaurus mongoliensis.

Psittacosaurus mongoliensis.

La investigación, publicada en Nature Communications, ha sido dirigida por los paleontólogos de la UC Zixiao Yang y Maria McNamara, de la Facultad de Ciencias Biológicas, Terrestres y Medioambientales de la UCC, y en ella han colaborado científicos de la Universidad de Nanjing (China).

El equipo utilizó luz ultravioleta (UV) para identificar manchas de piel conservada, invisibles a la luz natural. Una investigación más detallada de la piel fósil mediante rayos X y luz infrarroja reveló detalles espectaculares de la estructura celular que se ha conservado.

Una joya oculta.

“El fósil es realmente una joya oculta— dice Yang. Y añade—: La piel fósil no es visible a simple vista, y permaneció oculta cuando el espécimen fue donado a la Universidad de Nanjing en 2021. Solo bajo la luz ultravioleta es visible la piel, en un llamativo resplandor amarillo anaranjado.

“Lo realmente sorprendente es la composición química de la piel fósil— comenta Yang. Y continúa—: Está compuesta de sílice, igual que el vidrio. Este tipo de conservación nunca se había encontrado en fósiles de vertebrados. Hay potencialmente muchos más fósiles con tejidos blandos ocultos a la espera de ser descubiertos”.

La piel fósil del Psittacosaurus, bajo un microscopio electrónico, que muestra capas de células mineralizadas.

La piel fósil del Psittacosaurus, bajo un microscopio electrónico, que muestra capas de células mineralizadas. Crédito: Dr. Zixiao Yang

El aspecto más emocionante del descubrimiento, sin embargo, es lo que nos dice sobre la evolución de las plumas en los dinosaurios.

“La evolución de las plumas a partir de las escamas de los reptiles es uno de los acontecimientos más profundos, aunque poco conocidos, de la evolución de los vertebrados —explica McNamara, autora principal del estudio. Y añade—: Aunque se han estudiado numerosos fósiles de plumas, la piel fósil es mucho más rara”.

El espécimen de dinosaurio Psittacosaurus NJUES-10 fue estudiado bajo luz natural (mitad superior) y ultravioleta (mitad inferior), que muestra la fluorescencia de color amarillo anaranjado de la piel fósil.

“Nuestro descubrimiento sugiere que la piel suave, parecida a la de las aves, se desarrolló inicialmente solo en las regiones emplumadas del cuerpo, mientras que el resto de la piel seguía siendo escamosa, como en los reptiles modernos —dice McNamara. Y añade—: Este desarrollo por zonas habría mantenido funciones esenciales de la piel, como la protección contra la abrasión, la deshidratación y los parásitos”.

Por tanto, el primer dinosaurio que experimentó con plumas pudo sobrevivir y transmitir los genes de las plumas a su descendencia, según McNamara.

El espécimen de Psittacosaurus NJUES-10 se conserva actualmente en la Universidad de Nanjing.

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