Descubierto un nuevo estilo de arte rupestre aborigen en Australia: las figuras naturalistas lineales
Arqueólogos identifican un nuevo estilo de arte rupestre en el noreste de Kimberley que revela cómo los antiguos aborígenes australianos representaban su vínculo espiritual con los animales. Las bautizadas como figuras naturalistas lineales marcan un giro sorprendente en la historia visual de Australia.
Por Enrique Coperías
Figura naturalista lineal mejorada con un contorno continuo y simple característico y sin relleno, pintada en una pared pared rocosa de Kimberley, en Australia Occidental. Crédito: Australian Archaeology
En el corazón del paisaje ancestral del noreste de Kimberley, en Australia Occidental, un equipo de investigadores ha identificado un nuevo estilo de arte rupestre aborigen que redefine nuestra comprensión de la secuencia estilística de esta región milenaria. Se trata de las llamadas figuras naturalistas lineales (LNF, por sus siglas en inglés), un estilo centrado en la representación de animales mediante contornos simples y sin relleno, que aparece durante el Holoceno medio y tardío, es decir, hace entre 5.000 y 2.000 años.
Este descubrimiento, publicado en la revista Australian Archaeology, fue liderado por la doctora Ana Paula Motta en colaboración con la Balanggarra Aboriginal Corporation, y forma parte del ambicioso proyecto Kimberley Visions, que durante seis años documentó más de 1.100 sitios arqueológicos; de ellos, 151 incluyen arte rupestre.
El hallazgo de las LNF representa no solo la identificación de un nuevo estilo gráfico, sino también una ventana a los cambios sociales y ambientales que experimentaron las comunidades aborígenes del noroeste australiano durante este periodo.
Un estilo nuevo que antes se confundía con otro antiguo
Las figuras naturalistas lineales fueron inicialmente clasificadas como parte del Periodo Animal de Relleno Irregular (IIAP), un estilo más antiguo, datado entre los 17.200 y los 13.000 años antes del presente. Sin embargo, el análisis detallado de 98 motivos distribuidos en veintidós sitios de las cuencas de los ríos Drysdale y King George ha revelado que estas figuras no encajaban del todo con las características propias del IIAP.
«El estudio surgió porque muchas figuras animales no encajaban con las del IIAP. Al observar sus formas corporales, el uso del relleno y su relación de superposición con otros estilos, determinamos que pertenecían a un grupo nuevo y más reciente», explica la doctora Motta.
Mientras que las imágenes del Periodo Animal de Relleno Irregular presentan animales pintados con rellenos sólidos, poses dinámicas y una gran variedad de ángulos de representación, las figuras naturalistas lineales muestran animales, especialmente canguros y otros marsupiales, en perfil estático, delineados con un solo trazo continuo y sin relleno o con un infill o relleno mínimo.
Una cohesión regional con dos variantes estilísticas
«Fue fundamental, en primer lugar, desentrañar los atributos distintivos del Periodo Animal de Relleno Irregular para poder describir adecuadamente las figuras naturalistas lineales —continúa Motta. Y añade—: Uno de los mayores desafíos fue establecer límites iconográficos claros entre ambos estilos».
Una de las aportaciones clave de este trabajo fue establecer que las figuras naturalistas lineales tienen una coherencia visual notable en ambas cuencas fluviales estudiadas. Según la doctora Motta, las figuras se agrupan en dos grandes variantes: una geométrica, con extremidades angulares y pocos detalles anatómicos; y otra naturalista, con contornos suaves y elementos anatómicos definidos.
Ambos grupos comparten una estética minimalista que contrasta con la riqueza decorativa de estilos anteriores y posteriores. Además, están pintadas predominantemente en tonos rojos, y ubicadas en superficies visibles de abrigos rocosos: paredes verticales, techos y repisas elevadas.
Superposiciones que revelan su lugar en la historia
Uno de los métodos más valiosos para determinar la posición cronológica de un estilo rupestre es el análisis de superposiciones entre motivos. En este caso, las figuras naturalistas lineales aparecen sistemáticamente pintadas encima de figuras del Periodo Animal de Relleno Irregular, Gwion (14.000–12.000 años) y Policromía estática (12.000–9.000 años), pero por debajo de los motivos Wanjina, un estilo asociado a figuras espirituales y que data de hace unos 5.000 años hasta tiempos recientes.
Esto ubica las figuras naturalistas lineales como un fenómeno del Holoceno medio y tardío, mucho más joven de lo que se había pensado en un principio.
También sugiere un giro cultural: tras milenios de representar figuras humanas decoradas y ceremoniales (Gwion y Policromía estática), las comunidades aborígenes volvieron su atención hacia los animales.
Secuencia estilística del arte rupestre del Kimberley a lo largo del tiempo von diferentes técnicas, como cúpulas (1); Periodo Animal de Relleno Irregular o IIAP (2), Gwion (3) y Policromía estática (4). Cortesía: Motta et al. (2025)
Un cambio cultural impulsado por transformaciones ambientales
¿Por qué este retorno al mundo animal? Según la doctora Motta, la clave está en el contexto ambiental y social de la época. «Proponemos que las figuras naturalistas lineales pertenecen al Holoceno medio y tardío, un periodo caracterizado por importantes transformaciones socioambientales —dice esta experta. Y añade—: En este momento, el nivel del mar se había estabilizado, se introdujeron nuevas tecnologías líticas y posiblemente aumentó la diversidad lingüística. Sugerimos que los grupos volvieron a representar grandes animales naturalistas como una forma de mediar estos cambios».
La alta concentración de macropódidos —canguros y ualabís— en este estilo no es casual. «Estos animales eran esenciales para los pueblos aborígenes: no solo como recurso alimenticio, sino también por su valor simbólico y su presencia cotidiana», añade la doctora Motta.
Arte profundamente ligado al parentesco espiritual
En la cosmovisión aborigen, humanos y no humanos —incluidos animales y plantas— comparten un origen común. Este principio es la base del sistema totémico, que regula la espiritualidad, las leyes y las prácticas sociales. Cada grupo o clan se asocia con determinadas especies animales, y estas relaciones se expresan y actualizan en los rituales, la oralidad y también en el arte rupestre.
Así, pintar animales en roca no era simplemente una actividad artística. Era una forma de afirmar el parentesco, de marcar territorio, de expresar identidad grupal y de activar vínculos espirituales.
En un momento de transición social, cuando las sociedades nómadas y abiertas comenzaron a establecer territorios más definidos, las figuras naturalistas lineales pudieron servir como herramienta visual para reafirmar la pertenencia y la continuidad cultural.
Del arte humano al arte animal: un ciclo que se repite
Tradicionalmente, se ha interpretado la secuencia del arte rupestre de Kimberley como una progresión lineal: desde las figuras animales del Periodo Animal de Relleno Irregular, pasando por las humanas y ceremonialmente decoradas del Gwion y Policromía estática, hasta llegar a los espirituales Wanjina. Sin embargo, la aparición de las LNF entre estas fases sugiere que ciertos estilos pueden reaparecer como respuesta a nuevas realidades.
«La historia del arte rupestre en Kimberley no es un camino lineal, sino un sistema cíclico en el que motivos y estilos se recuperan, se reconfiguran y adquieren nuevos significados”» apunta Motta.
Este enfoque está en consonancia con una comprensión emic —es decir, desde la perspectiva indígena— del arte rupestre como entidad viva, sentiente y conectada con los ancestros.
Reafirmar el pasado para gestionar el presente
El estudio de las LNF también contribuye a un replanteamiento metodológico de la arqueología del arte rupestre. Hasta ahora, estilos como el Periodo Animal de Relleno Irregular han funcionado como categorías cajón de sastre, agrupando motivos muy distintos bajo criterios vagos.
Este trabajo propone un análisis más preciso, basado en atributos visuales replicables y su contexto arqueológico, lo cual permite una mejor clasificación y datación de los estilos.
«Las figuras naturalistas lineales muestran cómo el arte rupestre no solo refleja el entorno, sino que también actúa como mediador entre las personas y los cambios que viven», concluye la doctora Motta. En un momento de transformación, los antiguos artistas del Kimberley eligieron representar animales grandes, serenos y solitarios, como una forma de reafirmar su lugar en el mundo. ▪️
Fuente: Motta, A. P., Ouzman, S., & Veth, P. (2025). Linear Naturalistic Figures: a new Mid-to-Late Holocene Aboriginal rock art style from the northeast Kimberley, Australia. Australian Archaeology (2025). DOI: https://doi.org/10.1080/03122417.2025.2457860