Por qué las voces agudas inspiran más confianza financiera

Una nueva investigación desmonta mitos sobre la voz humana y muestra que las personas con tonos más agudos son percibidas como más fiables en contextos económicos, incluso cuando hay riesgo de perder dinero.

Por Enrique Coperías

¿Te has preguntado alguna vez por qué confías más en unas personas que en otras con solo oírlas hablar?

¿Te has preguntado alguna vez por qué confías más en unas personas que en otras con solo oírlas hablar? La psicóloga canadiense Jillian J. M. O'Connor ha descubierto un patrón sorprendente: las personas con voces agudas inspiran más confianza cuando hay dinero de por medio. Imagen generada con Gemini

Imagínate que te proponen un experimento simple: debes decidir con quién compartirías una cantidad de dinero que podrías ganar o perder, basándote solo en escuchar la palabra hola dicha por una persona desconocida. ¿A quién elegirías? ¿A quien tiene la voz más grave y profunda o a la tiene más aguda y liviana?

Contra todo pronóstico —y contra muchos prejuicios arraigados sobre la autoridad vocalun nuevo estudio demuestra que tendemos a confiar más en quienes tienen la voz más aguda cuando hay dinero en juego.

Así lo revela la psicóloga canadiense Jillian J. M. O'Connor en un artículo publicado recientemente en la revista científica British Journal of Psychology. Su trabajo aporta una visión inesperada y fascinante sobre los juicios que hacemos a partir del tono de voz de las personas y cómo influyen estos juicios incluso en decisiones económicas.

¿Más agudo, más honrado?

La investigación psicológica parte de una cuestión que ha generado debate entre los profesionales en a materia: ¿qué tipo de voz consideramos más digna de confianza cuando se trata de dinero? Tradicionalmente, se ha asumido que las voces graves, especialmente en los hombres, transmiten autoridad, competencia y, por tanto, credibilidad.

Sin embargo, esta asociación parece no sostenerse cuando entramos en el terreno de la confianza financiera.

O'Connor diseñó un estudio con más de un centenar de estudiantes universitarios a los que se les invitó a escuchar grabaciones de voces masculinas y femeninas modificadas digitalmente para sonar más graves o más agudas. Estas voces se usaron en distintos contextos experimentales: desde juegos de confianza económica hasta juicios sobre riesgo financiero y confiabilidad general.

Los resultados fueron contundentes. Independientemente del tipo de juego —uno donde se repartía dinero de forma equitativa o no, y otro donde podía ganarse o perderse el dinero invertido— los participantes preferían asociarse con voces agudas. Además, enviaban más dinero a estos interlocutores virtuales y también devolvían más fondos cuando eran ellos quienes actuaban como receptores de la inversión. En resumen: las voces agudas inspiran más confianza financiera.

Cuando la voz engaña (o no)

El hallazgo choca frontalmente con otros trabajos que sugerían que las voces graves generan más confianza en general. De hecho, uno de los puntos más interesantes del estudio es que sí se mantiene esa asociación... pero en un contexto distinto. O'Connor encontró que, cuando se pedía evaluar cuán confiable es una persona en términos generales, las voces graves sí eran mejor valoradas.

Esto revela una distinción clave: las percepciones sobre la confiabilidad general no coinciden necesariamente con la confiabilidad financiera. Es decir, podemos ver a alguien como honorable y recto, pero no querer confiarle nuestro dinero.

Y aún hay más. Las voces graves también fueron percibidas como más propensas al riesgo. En el imaginario social, quien tiene una voz profunda parece más dispuesto a invertir en bolsa o apostar en un casino. Esto encaja con investigaciones previas que han mostrado que los directivos con voces graves tienden a liderar compañías con estrategias más arriesgadas.

¿Por qué preferimos las voces agudas?

Una posible explicación, según la autora, es que las voces agudas se asocian con una mayor disposición a colaborar y a beneficiar al otro. En el marco de los juegos de confianza —que simulan decisiones como “¿Le presto dinero a esta persona? ¿Me lo devolverá?”— los participantes tendían a suponer que los hablantes con voces más agudas eran más generosos.

La clave, según la psicóloga, puede estar en cómo interpretamos el deseo de ayudar frente a la capacidad de ayudar. Las voces graves podrían reflejar poder, estatus o solvencia, pero no necesariamente buena voluntad.

Las voces agudas, en cambio, parecerían indicar una mayor voluntad de compartir beneficios. Y en decisiones económicas, esa disposición puede resultar más valiosa que el simple poder adquisitivo.

El estudio encontró que tanto en hombres como en mujeres, el tono agudo se asocia con mayor confiabilidad en contextos financieros. Además, el experimento descartó la influencia de la atracción sexual o la belleza vocal como factores decisivos.

El estudio encontró que tanto en hombres como en mujeres, el tono agudo se asocia con mayor confiabilidad en contextos financieros. Además, el experimento descartó la influencia de la atracción sexual o la belleza vocal como factores decisivos a la hora de generar confianza. Foto: Michal Jarmoluk from Pixabay

Lo que dice la ciencia (y lo que falta por saber)

El diseño experimental del estudio fue cuidadoso: se manipuló el tono de las voces para que la única diferencia perceptible fuera el tono, se usaron palabras neutras como hola y se aleatorizó el orden de presentación. Además, se descartaron factores como la atracción sexual o la belleza vocal, ya que estos no mostraron correlaciones significativas con la confianza atribuida.

Pese a sus fortalezas, el trabajo también reconoce sus límites. Se basó en escenarios hipotéticos (los juegos no implicaban dinero real), y los participantes eran en su mayoría jóvenes universitarios, lo que podría limitar la generalización de los resultados.

También se señala que en algunas percepciones, como la asociación entre riesgo financiero y tono de voz, hubo diferencias por género, pero no todas fueron estadísticamente significativas.

Implicaciones insospechadas

Los resultados de este estudio podrían tener repercusiones en campos como la política, la publicidad o el reclutamiento de personal:

Asistentes virtuales y tecnología de voz. Empresas de tecnología podrían ajustar el tono de voz de sus chatbots financieros o asistentes virtuales para mejorar la confianza del usuario.

Selección de personal y liderazgo. Reclutadores podrían tener en cuenta el tono vocal en puestos de finanzas, atención al cliente o ventas.

Publicidad y branding auditivo. Las marcas que trabajan con identidad sonora pueden optimizar la confianza del consumidor utilizando voces agudas en campañas financieras.

Y ahora, ¿qué?

O’Connor explica que el próximo paso en su investigación será averiguar si la influencia del tono de voz en el comportamiento financiero es algo de lo que las personas son conscientes o si se trata de una reacción instintiva.

Este enigma no es moco de pavo, porque, como señala la investigadora, si el sonido de la voz de alguien —por ejemplo, de quien solicita un préstamo— puede afectar a decisiones financieras, habría que buscar formas de minimizar el impacto de señales superficiales como el tono vocal.

Además, O’Connor subraya que su estudio se centra únicamente en percepciones. «Creemos que las personas con voces agudas son más confiables en temas de dinero, pero eso no significa que lo sean realmente», advirte. Actualmente no hay pruebas de que el comportamiento financiero de alguien pueda predecirse por cómo suena su voz.

Una voz que no engaña… tanto

Más allá de las aplicaciones prácticas, el hallazgo invita a reflexionar sobre cómo juzgamos a los demás por el tono de su voz. Y si bien nuestras intuiciones no siempre son acertadas —como muestra el hecho de que confiemos más en voces agudas sin evidencia real— también revelan patrones sociales profundamente arraigados.

Porque la voz, como la cara o el lenguaje corporal, forma parte de ese primer filtro inconsciente con el que evaluamos a los demás. Y, como demuestra O'Connor, puede tener consecuencias reales incluso cuando se trata de decisiones financieras.

¿Debemos entonces desconfiar de quienes tienen voces graves? No necesariamente. Pero quizás convenga ser conscientes de nuestros propios sesgos acústicos. Al fin y al cabo, confiar o no en alguien debería depender de mucho más que de cómo suena cuando dice ¡Hola▪️

  • Fuente: Jillian J. M. O'Connor. Higher-pitched voices are perceived as financially trustworthy. British Journal of Psychology (2025). DOI: https://doi.org/10.1111/bjop.70000

Anterior
Anterior

Un pez muestra cómo envejece el cerebro: el fallo en los ribosomas que conecta envejecimiento y alzhéimer

Siguiente
Siguiente

Una inteligencia artificial encuentra nuevas leyes físicas en plasmas polvorientos