La inquietante oruga «recolectora de huesos» que vive entre arañas y se disfraza con restos de cadáveres

En lo profundo de los bosques de Hawái, una oruga carnívora y caníbal se camufla con restos de insectos para convivir entre arañas sin ser devorada. Este espeluznante hallazgo, único en el mundo, desafía todo lo que creíamos saber sobre estos pequeños invertebrados.

Por Enrique Coperías

Esta imagen facilitada por Daniel Rubinoff en abril de 2025 muestra fundas protectoras hechas con partes de insectos que crea una nueva especie de oruga carnívora. Crédito: Daniel Rubinoff vía AP

En las montañas de Waianae, en la isla hawaiana de Oahu, un grupo de entomólogos ha descubierto una criatura tan extraña como fascinante: una oruga carnívora que utiliza los restos de sus presas como camuflaje para convivir entre arañas y alimentarse de los insectos que estas atrapan.

Este insólito insecto, apodado «recolectora de huesos», es la única oruga conocida que emplea un disfraz tan macabro y que, además, es carnívora y caníbal.

Daniel Rubinoff, profesor de la Universidad de Hawái en Mānoa y su equipo dieron con esta oruga hace más de dos décadas mientras exploraban las montañas en busca de otras especies del género Hyposmocoma, conocidas como orugas hawaianas del estuche de fantasía. «Vimos este pequeño saco cubierto de trocitos de insecto y, sinceramente, no estábamos seguros de lo que era —ha declarado Rubinoff—. Y entonces lo llevamos al laboratorio y nos dimos cuenta de que había una pequeña oruga ahí dentro».

Decora su funda de seda con restos cadavéricos

La oruga —aún sin nombre científico oficial— vive en las telarañas que se forman dentro de los troncos de los árboles, entre rocas y otros espacios cerrados del bosque. Mide lo que una uña humana y se alimenta de insectos atrapados en las redes de las arañas.

Pero no es una invasora cualquiera: ha desarrollado un método espeluznante para sobrevivir sin ser detectada. Decora su funda de seda con fragmentos de cadáveres, entre ellos cabezas de hormiga, alas de mosca, abdómenes de escarabajo e incluso partes del exoesqueleto mudado de las propias arañas.

El camuflaje que utiliza, hecho con trozos de su piel desprendida y restos de las presas devoradas por las arañas, es quizá es la única forma de sobrevivir al lado de uno de estos astrópodos, según Rubinoff. Gracias a este disfraz orgánico, la oruga huele y sabe más a basura que a un suculento bocado, lo que le permite moverse y cazar sin ser devorada por las arañas.

La oruga recolectora de huesos (izquierda) utiliza su espeluznante disfraz para convivir a salvo con una araña (derecha). Cortesía: Daniel Rubinoff et al. 2025

Surgió hace nueve millones de años

Solo el 0,13 % de todas las orugas del planeta son carnívoras, lo que hace aún más extraordinario su caso. «Es increíblemente raro que una oruga evolucione para comer carne», explica Rubinoff. Esta especie no solo se alimenta de los insectos atrapados en telarañas ajenas, sino que también es caníbal: en el laboratorio, los investigadores observaron cómo un ejemplar más grande devoraba a sus hermanas más pequeñas cuando las colocaron juntas en un mismo espacio. «Por eso solo vemos una oruga por telaraña», comenta Rubinoff.

Los resultados del estudio, publicados en la revista Science, son el fruto de más de 150 expediciones de campo realizadas a lo largo de veintidós años. En todo ese tiempo, los investigadores solo han hallado 62 ejemplares, todos ellos dentro de una limitada área de 15 kilómetros cuadrados en la cordillera de Waianae.

El linaje de la recolectora de huesos es tan antiguo que se estima que surgió al menos hace nueve millones de años, lo que la hace tres millones de años más vieja que la propia isla de Oahu. Esto sugiere que en el pasado habitaba otras islas del archipiélago hawaiano o incluso partes del continente antes de quedar restringida a este pequeño refugio montañoso.

Carnívora y caníbal

La situación es crítica. Las orugas ahora comparten su hábitat con especies invasoras y su número parece haber disminuido de forma drástica con el tiempo. En palabras de Rubinoff, desde la llegada de los seres humanos, se han perdido muchas especies autóctonas. «Es a la vez un milagro haberlas encontrado y profundamente triste que estén confinadas a un solo lugar», dice el experto.

Con su combinación de hábitos carnívoros, comportamiento caníbal y una estrategia de camuflaje digna de una película de terror, la recolectora de huesos representa uno de los descubrimientos más asombrosos del mundo de los insectos en años recientes. Pero también es un recordatorio inquietante de cuántas criaturas únicas están al borde de la extinción antes incluso de ser conocidas por la ciencia. ▪️

  • Fuente: Daniel Rubinoff et al. Hawaiian caterpillar patrols spiderwebs camouflaged in insect prey’s body parts. Science (2025). DOI: 10.1126/science.ads4243

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