¿La inteligencia artificial nos hace menos creativos? Un nuevo estudio dice que sí

¿Sentimos que perdemos creatividad al usar la IA? Una investigación advierte de que, aunque la inteligencia artificial acelera tareas creativas, puede reducir nuestra confianza en la creatividad propia. Descubre por qué.

Por Enrique Coperías

¿Es la obra aún humana cuando la mano que pinta es artificial? La imagen ilustra el dilema central del estudio, que muestra cómo la inteligencia artificial, aquí representada por un robot-Dalí, puede acelerar el proceso creativo sin necesariamente hacernos sentir más creativos. Imagen generada con Gemini

Por primera vez en la historia reciente, la creatividad humana no está sola en el escenario. Con la irrupción de herramientas como ChatGPT, Midjourney, DALL·E o Suno AI, escribir, ilustrar o componer música ya no es tarea exclusiva de artistas, escritores o músicos.

Pero ¿qué ocurre con la percepción que tenemos de nuestra propia creatividad cuando colaboramos —o competimos— con estas inteligencias artificiales (IA)? ¿Nos sentimos más creativos gracias a ellas o, por el contrario, percibimos que algo esencial se diluye?

Esa es la pregunta de fondo que aborda un estudio reciente liderado por investigadores de las universidades de Bolonia y Breslavia. Su trabajo, publicado en la revista The Journal of Creative Behavior, explora cómo varían las creencias sobre la creatividad general frente a la creatividad con inteligencia artificial.

Menor autoestima creativa al usar IA

Y los resultados son reveladores: en general, nos sentimos menos creativos cuando trabajamos con IA que cuando lo hacemos por nuestra cuenta.

«Nuestro estudio demostró que las personas se sienten menos talentosas cuando utilizan la inteligencia artificial para tareas creativas en comparación con cuando no echan mano de ella —explican Angela Faiella, de la Universidad de Bolonia (Italia), y Aleksandra Zielińska, de la Universidad de Breslavia (Polonia), coautoras del estudio. Y añaden—: Sin duda, la IA puede ayudar a acelerar el proceso y lograr resultados creativos, pero no nos hace sentir automáticamente más ingeniosos».

¿Sigue siendo «mía» una idea que ha sido completada por una IA?

El estudio se basó en una muestra de 273 personas usuarias de herramientas de IA, reclutadas a través de la plataforma Prolific. A cada participante se le pidió que evaluara su propia creatividad en términos generales y también en el contexto específico de uso de IA.

Los resultados mostraron una diferencia significativa entre ambas consideraciones: las personas confían mucho más en su creatividad natural que en la que despliegan con ayuda de la inteligencia artificial.

Esta diferencia —que los investigadores midieron como bastante significativa (Cohen’s d = 0,75)— muestra que, para la mayoría de los participantes del estudio, trabajar con inteligencia artificial no les hizo sentirse más creativos. Al contrario, la experiencia con IA generó dudas sobre si realmente estaban aportando algo propio al proceso creativo.

Solo un apunte: Cohen’s d es una medida estadística que se usa para cuantificar la magnitud de una diferencia entre dos grupos. Un valor de 0,2 suele interpretarse como una diferencia pequeña y un valor de 0,8 o más se considera grande.

«¿Sigue siendo mía esta idea si ha sido completada por una máquina de IA?» podría ser una de las preguntas que planean sobre este escenario, especialmente en disciplinas como la escritura y el arte digital.

Creatividad, una cuestión de fe en uno mismo

Los autores del estudio se apoyan en un modelo teórico ampliamente reconocido: el llamado Creative Behavior as Agentic Action (CBAA), que considera que la creatividad no solo es una cuestión de capacidad, sino también de autoconfianza.

En este marco, las llamadas creative self-beliefs (CSB), esto es, las creencias sobre las habilidades creativas, son fundamentales para emprender actividades creativas, sostenerlas en el tiempo y, eventualmente, alcanzar logros creativos.

Los expertos en psicología de la creatividad, las dividen en dos dimensiones principales:

🎨 La confianza creativa: : percepción dinámica de la propia capacidad para generar ideas originales.

🎨 La centralidad creativa: grado en que uno ve la creatividad como parte esencial de su identidad personal.

El estudio comprobó que ambos tipos de creencias están fuertemente asociadas con los logros creativos, pero también que esta relación se modifica notablemente cuando entra en escena la inteligencia artificial.

«Y este es un punto crucial —aseguran Faiella y Zielińska—, porque sentirnos creativos significa tener confianza en nuestras propias ideas y sentirnos motivados para llevarlas a cabo, un impulso esencial para iniciar y llevar a cabo actividades creativas. Creemos que la IA no debe verse como un atajo o un simple generador de respuestas, sino como una herramienta que puede enriquecer y apoyar nuestra creatividad sin sustituirnos».

En palabras de Faiella y Zielińska, «si la IA se utiliza con atención, puede estimular nuevas preguntas y aportar información valiosa para encontrar soluciones originales».

Con IA, el espejo se distorsiona

Una de las principales conclusiones del estudio es que las personas con baja confianza en su creatividad general difícilmente desarrollan una alta confianza en contextos con IA. Pero lo contrario no es necesariamente cierto: incluso quienes se consideran creativos en general no siempre se sienten igual cuando interactúan con estas herramientas.

Este fenómeno parece depender, en parte, del nivel de confianza en la inteligencia artificial. Aquellos que desconfían de sus resultados —por considerarlos poco fiables, impersonales o ajenos a la autoría humana— tienden a desconectarse emocional y cognitivamente del proceso creativo. En otras palabras, si no confías en la herramienta, difícilmente sentirás que tu creatividad florece con IA.

Dos posible caminos: cooperación o delegación

La investigación detecta un matiz especialmente relevante: mientras que las creencias generales sobre creatividad están directamente asociadas con logros creativos, las creencias específicas sobre creatividad en IA solo se traducen en logros cuando están mediadas por actividades creativas asistidas por IA.

Dicho de otra forma: confiar en tu creatividad te lleva a crear, y crear lleva a resultados. Pero confiar en tu creatividad con inteligencia artificial no basta por sí solo; es necesario implicarse activamente en tareas creativas con IA para que esa confianza tenga algún efecto real.

Aun así, el estudio reveló un hecho llamativo: en algunos casos, cuanto más confiaban las personas en la «creatividad de la IA», menos logros creativos personales alcanzaban. Es como si, al dejar demasiada responsabilidad en manos de la máquina, el propio impulso creativo del individuo se apagara.

La IA como asistente creativo: ¿potenciador o sustituto?

«Sin duda, la IA puede ayudar a acelerar el proceso y lograr resultados creativos, pero no nos hace sentir automáticamente más creativos», advierte Giovanni Emanuele Corazza, otro de los firmantes del trabajo, de la Universidad de Bolonia. En el trabajo, él ys su colegas plantean cuatro posibles escenarios de futuro:

✅ Uno optimista de cocreación con inteligencia artificial (Co-cre-AI-tion).

✅ Uno elitista que preserve lo orgánico para unos pocos.

✅ Uno de plagio automatizado sin regulación.

✅ Uno —el más inquietante— en el que las personas simplemente dejen de crear, sintiéndose reemplazadas por IA creativa más rápida, más versátil y, en apariencia, más ingeniosa.

Paisaje generado por Gemini con el estilo de Monet.

Shutdown, el peor de los escenarios

Este último escenario, denominado Shutdown, es quizá el que más preocupa a los autores. Ya hay indicios de que trabajar con IA generativa puede tener efectos desmotivadores.

En estudios anteriores, los investigadores observaron que quienes colaboraban con otras personas en tareas creativas reforzaban su confianza creativa, mientras que quienes colaboraban con una IA no experimentaban ese mismo impulso.

El efecto, según los autores, podría ser de tipo antiagéntico; o sea, que, al percibir que la máquina creativa se encarga del proceso, el ser humano tiende a inhibirse, como si su aportación fuera irrelevante.

¿Qué perfiles de personas se sienten más cómodos creando con IA?

El estudio también analiza las variables de personalidad implicadas. Curiosamente, las personas más extrovertidas y amables —rasgos que suelen facilitar la cooperación— son las que desarrollan una visión más positiva de la creatividad con IA.

Esto sugiere que, en cierto modo, tratamos a la IA como si fuera un interlocutor digital: las mismas habilidades sociales que aplicamos en el trato humano parecen facilitar también una mejor relación creativa con la inteligencia artificial.

Por contraste, la apertura a la experiencia —rasgo típicamente vinculado a la creatividad general— no tiene el mismo peso en el contexto de la IA. Esto refuerza la idea de que estamos ante un tipo de creatividad digital diferente, con sus propias reglas, requisitos y resistencias.

Entonces, ¿qué diablos hacemos con la IA?

El mensaje final del estudio es matizado. Lejos de ver a la inteligencia artificial como un enemigo de la creatividad humana, los autores proponen entenderla como una herramienta creativa poderosa pero ambigua.

Su uso puede amplificar nuestra creatividad si se integra con intención, conocimiento y autoconciencia. Pero también puede mermarla si se convierte en un sustituto automático de nuestro esfuerzo intelectual y expresivo.

«Nuestro objetivo —dicen Faiella y Zielińska— es abrir un debate sobre cómo usamos la IA en procesos creativos. Su impacto depende de cómo la integramos: puede motivarnos o desmotivarnos, enriquecer o empobrecer nuestra creatividad. Por eso, entender estas dinámicas es clave para no perder confianza en nuestras propias ideas»

En esta nueva era de cocreatividad asistida por IA, no basta con tener talento: también hay que tener criterio para decidir cuándo intervenir, cómo orientar a la máquina, y qué parte del resultado sigue siendo una expresión auténtica de uno mismo. En definitiva, la creatividad del futuro no será solo cuestión de tener buenas ideas, sino también de saber quién las firma.▪️

Preguntas frecuentes

❌ ¿La inteligencia artificial hace que las personas sean más creativas?

No necesariamente. Según el estudio, la IA puede acelerar el proceso creativo y facilitar resultados, pero no siempre mejora la percepción subjetiva de ser creativos.

❌ ¿Es posible mantener la autoría cuando se usa IA en tareas creativas?

Sí, siempre que la IA se utilice como apoyo y no como reemplazo total del pensamiento y las decisiones del autor.

❌ ¿Qué personas se benefician más de la colaboración con IA?

Aquellas con alto nivel de extroversión y amabilidad, que ven la IA como una herramienta colaborativa más que como una amenaza.

❌ ¿La IA puede sustituir la creatividad humana?

No. Aunque puede imitarla o complementarla, la creatividad auténtica sigue siendo un proceso humano que implica intención, emoción, contexto y juicio.

  • Fuente: Angela Faiella, Aleksandra Zielińska, Maciej Karwowski, Giovanni Emanuele Corazza. Am I Still Creative? The Effect of Artificial Intelligence on Creative Self-Beliefs. The Journal of Creative Behavior (2025). DOI: https://doi.org/10.1002/jocb.70011

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