Las vetas oscuras de las laderas de Marte no son señales de agua, sino de polvo y viento
Unas misteriosas vetas en las laderas de Marte, que durante años avivaron la esperanza de hallar agua líquida, han resultado ser simples avalanchas de polvo. Un estudio masivo con inteligencia artificial apunta a que el planeta rojo es aún más seco de lo que creíamos.
Por Enrique Coperías
La cámara CaSSIS, a bordo del orbitador ExoMars TGO de la ESA, captó vetas oscuras con forma de dedos que se extienden sobre la polvorienta superficie de Arabia Terra. Un nuevo estudio de Bickel y Valantinas revela que estas formaciones se originan por avalanchas secas desencadenadas por el viento y los impactos, y no por agua líquida. Estos procesos activos podrían mover millones de toneladas de polvo al año, influyendo significativamente en el ciclo del polvo marciano. Cortesía: NASA
Durante más de cuatro décadas, unas enigmáticas marcas oscuras en la superficie del planeta rojo han desafiado a la ciencia planetaria. Aparecen y desaparecen en las laderas de Marte, como cicatrices temporales que surcan sus pendientes polvorientas. ¿Podría ser esta la huella de agua líquida deslizándose momentáneamente por la superficie de un planeta que hoy parece seco y desolado?
La posibilidad de que las marcas fueran dejadas por el líquido vital ha fascinado a científicos, divulgadores y entusiastas del espacio por igual. Las llamadas vetas de ladera (slope streaks) y sus primas más breves y estacionales, las líneas de pendiente recurrentes (RSL, por sus siglas en inglés), han sido interpretadas por algunos expertos como una evidencia de procesos hídricos aún activos en la superficie marciana.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Nature Communications por investigadores de la Universidad de Brown, en Estados Unidos; y la Universidad de Berna, en Suiza ofrece una interpretación muy distinta y en cierta medida decepcionante para aquellos que tienen la esperanza de que exista vida en Marte: lo que estamos viendo no es agua, sino polvo marciano movido por el viento o sacudido por impactos.
Cómo la IA ha llegado a esta conclusión
El equipo, compuesto por Adomas Valantinas, de la Brown, y Valentin Tertius Bickel, de la Berna, decidió aplicar técnicas de aprendizaje automático para resolver este antiguo debate. Entrenaron un algoritmo con imágenes confirmadas de vetas de ladera y luego lo usaron para escanear más de 86.000 imágenes orbitales de alta resolución tomadas por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO).
El resultado fue un catálogo global sin precedentes que identifica más de medio millón de estas formaciones, algunas de las cuales nunca se habían registrado antes.
«Una gran parte de la investigación actual sobre Marte se centra en entender los procesos activos hoy en día en su superficie, incluida la posibilidad de que haya agua líquida —explica Valantinas. Y añade—: Pero nuestro estudio revisó estas estructuras y no encontró evidencia de agua. Nuestro modelo favorece claramente los procesos secos».
Una vez mapeadas las vetas, el siguiente paso fue compararlas con bases de datos de variables ambientales de Marte, como la temperatura, la velocidad del viento, la humedad, la composición del terreno y la actividad sísmica. Este enfoque de big data les permitió estudiar correlaciones entre cientos de miles de casos, algo imposible hasta ahora.
¿Cómo se forman las vetas «secas»?
Los resultados de la IA fueron reveladores. Las vetas de ladera y las RSL no mostraron asociación con condiciones que sugerirían un origen húmedo, como pendientes orientadas hacia el Sol, altas temperaturas superficiales y zonas con abundante vapor de agua. En cambio, los patrones eran consistentes con un origen seco: las bandas aparecían en zonas con alta deposición de polvo y velocidades del viento por encima del promedio.
«Una vez que tuvimos en nuestras manos este mapa global, pudimos compararlo con bases de datos de otros fenómenos, como la actividad de deslizamientos, la presencia de agua y la radiación solar —comenta Bickel. Y añade—: Así pudimos identificar los factores que realmente están asociados con la formación de estas vetas, y la evidencia es clara: no hay agua».
Según el estudio, las vetas aparecen cuando capas de polvo muy fino se deslizan repentinamente por pendientes empinadas, un fenómeno que recuerda a una miniavalancha de arena. Los desencadenantes son múltiples, desde impactos de meteoritos recientes y ráfagas de viento hasta, en el caso de las RSL, la actividad de remolinos de polvo (dust devils) y derrumbes de rocas.
Una veta de ladera en Marte captada por el Experimento Científico de Imágenes de Alta Resolución HiRISE. Cortesía: NASA/JPL/University of Arizona
Por qué estás vetas de polvo son importantes
Las vetas de ladera no cubren grandes áreas del planeta: apenas entre el 0,03% y el 0,07% de la superficie marciana. Sin embargo, su impacto es notable. Según las estimaciones del estudio, estas formaciones mueven más polvo al año que varias tormentas globales marcianas juntas. Esta movilización masiva de partículas podría tener un rol significativo en el ciclo del polvo marciano, una de las claves del clima y la atmósfera del planeta rojo.
La distribución de las vetas también es desigual: se concentran principalmente en el hemisferio norte, sobre todo en regiones como Arabia Terra, Lycus Sulci y Ceraunius Fossae. Por otro lado, las vetas oscuras son mucho más comunes que las claras, que representan fases más antiguas y descoloridas del mismo fenómeno, con una proporción aproximada de 37 a 1.
Además, el análisis con IA detectó que las vetas aparecen con más frecuencia en terrenos con albedo alto, lo que indica una gran presencia de polvo fino. En terrenos rocosos o con poca cobertura polvorienta, el fenómeno simplemente no ocurre.
¿Y qué pasa con el agua marcaina?
Uno de los grandes interrogantes desde que las vetas fueron detectadas por primera vez en imágenes de la misión Viking, en los años 70, era si podrían estar relacionadas con agua líquida. En teoría, aunque las temperaturas marcianas rara vez superan el punto de congelación, ciertas combinaciones de sales, humedad y calor solar podrían permitir la existencia efímera de agua en estado líquido.
Si eso fuera cierto, las vetas y las RSL podrían señalar microhábitats marcianos —nichos habitables— en la superficie actual. Pero los datos del estudio apuntan en otra dirección.
Las zonas donde se forman las vetas no muestran marcas significativas de agua, ni en forma de vapor en la atmósfera ni como posibles reservas de hielo o minerales hidratados en el subsuelo, según los bajos niveles detectados de hidrógeno, un indicador clave usado para estimar la presencia de agua en Marte. Incluso en las pocas ocasiones en que las temperaturas permiten la existencia teórica de agua líquida, las vetas no aparecen más a menudo.
El estudio descarta también una asociación con otros procesos que se habían propuesto como posibles desencadenantes: no hay una correlación general con los terremotos marcianos (marsquakes), detectados por la misión InSight, ni con los derrumbes de roca ni con la actividad estacional de los remolinos de polvo, que más bien parecen excluir las zonas donde se forman las vetas.
Vetas y RSL: parecidas, pero no iguales
Aunque a simple vista las vetas de ladera y las RSL pueden parecer similares, este estudio subraya que se trata de fenómenos distintos. Las RSL aparecen principalmente en el hemisferio sur, en terrenos más antiguos y rocosos, durante el verano del sur, cuando las temperaturas son relativamente más altas.
Las vetas, en cambio, se concentran en el norte, en terrenos polvorientos y durante el otoño e invierno boreales, cuando las condiciones térmicas son más adversas.
Sus características estadísticas también difieren. En efecto, la distribución de tamaños de las RSL se parece más a la de los deslizamientos de tierra terrestres, mientras que las vetas oscuras siguen una ley de potencias más empinada, típica de procesos de avalancha granular seca.
Distribución global de las vetas de ladera y las líneas de pendiente recurrentes (RSL). Cortesía: Nature
Implicaciones para la exploración marciana
La conclusión del estudio tiene una implicación importante para las futuras misiones a Marte: estas zonas no representan un riesgo biológico. En la exploración espacial, las áreas donde podría haber agua líquida activa se consideran zonas especiales y requieren medidas estrictas de protección planetaria para evitar contaminarlas con microbios terrestres. Si las vetas no implican la presencia de agua, entonces no es necesario aplicar esas precauciones, lo que facilita el diseño de misiones futuras.
«Esa es la ventaja de este enfoque basado en grandes volúmenes de datos —señala Valantinas—. Nos ayuda a descartar hipótesis desde la órbita antes de enviar misiones que exploren directamente el terreno».
Este trabajo también es un ejemplo destacado de cómo el uso de técnicas de inteligencia artificial puede transformar la investigación planetaria. El modelo de detección automático fue entrenado con apenas un millar de ejemplos y, sin embargo, fue capaz de analizar de forma fiable más de 80.000 imágenes, acelerando de esta manera un trabajo que habría sido inviable manualmente.
El planeta rojo es un mundo activo, pero desértico
Valantinas no tiene dudas de que este estudio cambia la narrativa sobre un fenómeno que durante años fue asociado con la posible existencia de agua líquida en Marte. Las vetas oscuras que surcan sus laderas no son flujos de agua, sino avalanchas secas de polvo ultrafino, activadas por impactos o por el viento.
Es un Marte que, aunque dinámico y activo geológicamente, sigue siendo esencialmente seco.
Esto no significa que el planeta rojo haya renunciado para siempre a su pasado húmedo ni que debamos abandonar la búsqueda de vida. Pero sí nos recuerda que hay que seguir afinando nuestras herramientas y nuestros modelos para no confundir el polvo con el agua, ni la esperanza con la evidencia.▪️
Información facilitada por la Universidad de Brown
Fuente: Bickel, V. T., Valantinas, A. Streaks on martian slopes are dry. Nature Communications (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41467-025-59395-w