Una filóloga descifra un fragmento de un antiguo mito sumerio de hace 4.400 años
Descubre el sorprendente mito sumerio donde un zorro astuto rescata al dios de la tormenta Iškur del inframundo. Un hallazgo único en la tablilla NI 12501.
Por Enrique Coperías
Copia hecha a mano del fragmento Ni 12501. Crédito: Jane Matuszak in Matuszak 2025
Durante milenios, los antiguos mitos sumerios han dormido entre fragmentos de arcilla y el silencio polvoriento de sus tablillas olvidadas.S in embargo, un fragmento apenas traducido hasta ahora, descubierto en Nippur hace más de un siglo, está revelando nuevas aristas de la cosmovisión mesopotámica primitiva:.
En este relato, un dios de la tormenta cae prisionero en el mundo subterráneo y un zorro —sí, un zorro— podría ser el improbable salvador del orden cósmico.
Este documento, designado como NI 12501, y recién editado en profundidad por la filóloga Jana Matuszak, de la Universidad de Chicago, nos abre una ventana excepcional a la mitología del período Dinástico Temprano IIIb (hacia 2400 a. C.), en la antigua Sumeria. Recordemos que en estas fechas Sumeria estaba formada por ciudades-estado políticamente autónomas, aunque a mediados del siglo XXIV (hacia el 2350 a. C.) se produjeron intentos de unificarlas en un reino.
En palabras de Matuszak, «cada ciudad-estado tenía una deidad patrona, que a su vez contaba con toda una familia y personal. En el caso de Nippur, se trataba de Enlil». Este era considerado el rey de los dioses.
Una trama con tres protagonistas: el dios Iškur, el inframundo y el zorro
A pesar de su fragmentariedad, la tablilla cuneiforme contiene lo que parece ser un relato mitológico sobre la desaparición del dios de la tormenta Iškur —el Adad sumerio— y su cautiverio en el kur, el inframundo. La misión de rescate, en lugar de ser encomendada a un héroe divino, recae en una criatura insólita: un zorro astuto.
La tablilla fue fotografiada y mencionada brevemente en la década de 1950 por el historiador de origen ucraniano Samuel Noah Kramer, pionero de la sumerología, pero nunca había sido publicada ni estudiada en profundidad. Su contenido, según Kramer, parecía relatar un mito de Enlil en el que su hijo Iškur desaparece en el kur, y el zorro se ofrece como rescatador.
Décadas después, Matuszak ha logrado no solo transcribir el texto completo, sino también ofrecer un análisis filológico y contextual que abre nuevos caminos para entender la mitología temprana mesopotámica.
Los protagonistas principales de la historia son Enlil, Iškur y un zorro sagaz. Enlil es el jefe en funciones del panteón sumerio y a menudo se le denomina rey de los dioses, cuyo santuario principal se encuentra en la ciudad de Nippur, según Matuszak. La ciudad donde precisamente fue hallado este fragmento.
NI 12501 se conserva en el Museo Arqueológico de Estambul, en Turquía. Su tamaño original sugiere que contenía más de doscientas líneas de texto, aunque solo se han preservado parcialmente 69. No obstante, la estructura del relato y la riqueza simbólica de sus imágenes permiten una interpretación reveladora.
Así comienza el mito
El mito arranca con imágenes de prosperidad agrícola: ríos que brillan por sí solos, peces en movimiento, ganado multicolor que pastorea en paz bajo la lluvia. Todo parece indicar un periodo de equilibrio y fertilidad. Pero esa armonía se interrumpe abruptamente.
En un momento dado, Iškur desaparece. Sus vacas aparecen alimentándose en el kur, una tierra estéril donde incluso el pasto carece de nutrientes. El propio dios está prisionero. El mundo, sin su dios de la lluvia, comienza a desmoronarse.
En este fragmento y en algunas otras fuentes, el dios de la tormenta Iškur es considerado hijo de Enlil, según Matuszak. Iškur era el responsable de traer la lluvia, pero su papel como deidad menor ha sido históricamente subestimado. «El hecho de que dependieran principalmente de la agricultura de regadío explica por qué el dios de la tormenta sumerio nunca fue tan importante como el dios de la tormenta semítico, que era venerado en regiones más al norte y al oeste, donde la agricultura de secano era posible», explica esta filóloga.
Enlil, en su rol de patriarca divino, convoca una asamblea de dioses para afrontar la crisis. Les anuncia: «Mi hijo está cautivo en el kur. ¿Quién lo traerá de vuelta?». Como en otras epopeyas mesopotámicas, los grandes dioses guardan silencio ante lo imposible. Pero esta vez no aparece un Ninurta salvador. Aparece el zorro.
El zorro como héroe inesperado
En un giro de narrativa que evoca los cuentos populares más universales, un animal pequeño y astuto se ofrece a hacer lo que los poderosos no se atreven: enfrentarse al inframundo. En otros textos sumerios, como Enki y Ninḫursaŋa, los vulpinos ya aparecen como mediadores ingeniosos. Aquí, en NI 12501, asume un papel aún más crucial: el de héroe cósmico.
La tablilla muestra al zorro descendiendo al kur y moviéndose con desenvoltura entre las reglas del inframundo. No acepta ni comida ni bebida —un gesto clave para evitar quedar atrapado— y en cambio esconde el pan y el agua en bolsas. Este detalle tiene ecos directos del mito de Inanna, protectora de la ciudad de Uruk y diosa del amor, la belleza, el sexo, la guerra, la justicia y el poder político. Según la mitología sumeria, los mensajeros que la rescatan deben evitar aceptar ofrendas en el kur.
Si el zorro fue instruido por los dioses o actuó por intuición, el texto no lo dice. Pero su estrategia sugiere conocimiento y astucia en partes iguales.
El desenlace de la historia se ha perdido. No sabemos si Iškur fue rescatado. Pero los paralelismos con otras mitologías del Oriente Próximo sugieren que sí: la lluvia vuelve, la fertilidad renace y el equilibrio se restablece.
La filóloga Jana Matuszak, de la Universidad de Chicago, autora del estudio que ha permitido conocer parte del mito sumerio con4.400 años de antigüedad. Cortesía: Jana Matuszak / X
Una tradición nippurita con ecos regionales
Matuszak sugiere que el texto representa una tradición nippurita, es decir, propia de la ciudad de Nippur, donde Enlil era la deidad patrona. En palabras de esta experta, «las ciudades también tenían varios templos dedicados a otras deidades». Y, a pesar de su autonomía política, «las ciudades-estado generalmente compartían prácticas políticas y administrativas similares, una lengua, un sistema de escritura y un sistema de creencias, con diferencias locales».
Así, aunque no hay pruebas de que este mito mesopotámico circulara fuera de Nippur, tampoco hay indicios de que hubiese sido rechazado en otras ciudades. Nippur y Adab eran vecinos y sus panteones estaban interrelacionados, aclara Matuszak.
En culaquiercaso, este relato es excepcional por varios motivos:
✅ Es el único texto conocido donde Iškur es protagonista.
✅ Presenta al zorro como un héroe mitológico, algo muy raro en la tradición sumeria.
✅ Inicia en un estado de orden y prosperidad, que luego se rompe. A diferencia de los mitos de creación, donde el caos es el punto de partida, aquí el orden es lo que se pierde y debe recuperars
Recreación artística del zorro en el momento de rescatar aldios Iškur en el inframundo, como se narra en la tablilla NI 12501. Imagen generada con DALL-E
¿Qué nos enseña hoy esta historia sumeria?
Este relato también aporta una perspectiva diferente sobre cómo los antiguos mesopotámicos concebían los ciclos de abundancia y escasez. A diferencia de otros mitos que empiezan con el caos y terminan en orden, NI 12501 arranca con un paraíso agrícola en funcionamiento que se ve amenazado. Es el equilibrio el que se pierde y debe ser restaurado.
La lluvia, la fertilidad y la infancia misma —pues se menciona la muerte de recién nacidos en ausencia de Iškur— se presentan como bienes divinos frágiles, sujetos al humor de los dioses y al esfuerzo de los héroes, aunque estos héroes a veces tengan orejas puntiagudas y cola.
Desde una perspectiva moderna, este mito resuena de forma sorprendente:
✅ Habla del cambio climático, en forma de sequía provocada por la ausencia del dios de la lluvia.
✅ Propone que la astucia y no la fuerza bruta puede restaurar el orden.
✅ Introduce una narrativa cíclica de abundancia-pérdida-recuperación que resuena en culturas agrícolas de todo el mundo.
También plantea preguntas universales: ¿Qué ocurre cuando la naturaleza se descompensa? ¿Cómo se restablece el equilibrio? ¿Y quién —o qué— es capaz de lograrlo?
Un mito rescatado que amplía nuestra visión del mundo sumerio
«El fragmento NI 12501 de Nippur es la única narración en la que Iškur desempeña un papel protagonista”, destaca Matuszak. Esa singularidad convierte este mito sumerio en una pieza clave para reinterpretar el lugar del dios de la tormenta en el panteón mesopotámico.
También revaloriza al zorro, no solo como figura secundaria, sino como catalizador narrativo: es quien altera el rumbo de los acontecimientos cuando los grandes titanes guardan silencio. La inteligencia, parece decirnos esta vieja tablilla de barro, también puede ser un atributo divino.▪️
Fuente: Matuszak J. Of captive storm gods and cunning foxes: new insights into early sumerian mythology, with an edition of NI 12501. Iraq (2025). DOI: https://doi.org/10.1017/irq.2024.19