Menstruación: la luz artificial altera la sincronización de la regla con la Luna
La ciencia confirma que el ciclo menstrual humano aún guarda un eco de la Luna, pero la irrupción de la luz artificial nocturna ha debilitado esa antigua sincronía. Un vínculo biológico y cultural que resiste en la sombra de las pantallas.
Por Enrique Coperías
La luna llena, símbolo de la antigua sincronía entre el ciclo menstrual humano y los ritmos celestes. Estudios recientes muestran que esa conexión natural, antes más evidente, se ha debilitado con la irrupción de la luz artificial nocturna. Imagen generada con DALL-E
Durante siglos, la coincidencia entre los ciclos menstruales de las mujeres y las fases de la Luna ha alimentado mitos, rituales y explicaciones mágicas. El propio término menstruación proviene del latín mensis, mes, y comparte raíz con mes y luna (mene, en griego). La idea de que la fertilidad femenina estaba ligada a los ritmos lunares formaba parte de una cosmovisión en la que los cuerpos humanos no eran ajenos a los ciclos de la naturaleza.
Pero ¿qué hay de cierto en todo ello? ¿Se trata de una coincidencia matemática —veintiocho o veintinueve días de promedio tanto para el ciclo menstrual como para el ciclo lunar— o existe realmente una sincronía biológica?
La ciencia ha oscilado entre el escepticismo y la fascinación. Y ahora, un nuevo estudio científico sobre menstruación y luna publicado en Science Advances viene a aportar luz, nunca mejor dicho, sobre cómo esa conexión se ha ido debilitando con el tiempo, en parte por culpa de la contaminación lumínica y la exposición a pantallas que nos rodea.
La Luna como reguladora de la vida animal
La Luna ha marcado la reproducción animal de multitud de especies. En los océanos, corales y peces liberan gametos sincronizados con la fase lunar. En tierra firme, mamíferos como los tejones y los leones ajustan los apareamientos y los partos a momentos concretos del ciclo lunar, probablemente para maximizar la supervivencia de las crías o minimizar el riesgo de depredación.
En los seres humanos, las primeras investigaciones modernas se remontan a los años setenta y ochenta. Estudios con cientos de universitarias estadounidenses encontraron que aquellas con ciclos de 29,5 días tendían a menstruar en luna llena, lo que implicaba que la ovulación sucedía en luna nueva. Otras investigaciones, como la realizada en China en 1986, confirmaron una distribución desigual de las menstruaciones a lo largo del mes lunar: casi un tercio se concentraba en la fase de luna nueva.
La evidencia parecía apuntar a una sincronía intermitente, más fuerte en algunas mujeres que en otras y más clara en determinadas edades. En 2021, un trabajo con veintidós mujeres que registraron sus ciclos durante más de tres décadas mostró que la regla aparecía con mayor frecuencia justo antes de la luna llena y la luna nueva. La conclusión era clara: el ciclo menstrual humano se comporta como un oscilador circalunar, es decir, un reloj biológico que tiende a acoplarse con los ritmos de la Luna, aunque no de manera permanente.
El nuevo estudio: 176 mujeres y 11.000 ciclos analizados
El equipo de Charlotte Helfrich-Förster, neurobióloga de la Universidad Julius Maximilianus de Wurzburgo, en Alemania, ha dado ahora un paso más en la resolución de este misterio. Analizaron 176 registros detallados de menstruaciones, de entre 2 y 37 años de duración, recopilados en Europa, Israel y Norteamérica. En total, más de 11.000 ciclos menstruales registrados a mano, en calendarios o diarios, y en épocas más recientes a través de aplicaciones móviles.
El periodo de las participantes variaba entre 24 y 36 días, con una media cercana a los 29. Al comparar estos datos con los tres tipos de ciclos lunares —el sinódico (luna nueva y llena, 29,53 días), el anomalístico (perigeo y apogeo, 27,55 días) y el tropical (cambio de declinación lunar, 27,32 días)—, los investigadores observaron que el ciclo femenino puede acoplarse a todos ellos, aunque de forma intermitente y con limitaciones.
El hallazgo más llamativo fue de tipo generacional: antes de 2010, cuando las bombillas de ledes aún no dominaban las noches y los teléfonos móviles no eran omnipresentes, las menstruaciones mostraban un acoplamiento claro con las fases de la Luna, especialmente en torno a la llena y la nueva. Después de esa fecha, la señal prácticamente desaparece cuando se analizan los datos de forma conjunta.
En cambio, la influencia gravitatoria de la Luna y el Sol —que se refuerza cada mes de enero, cuando la Tierra pasa por el perihelio, su punto más cercano al Sol— sigue dejando huella. En esos momentos, aún se observa una sincronización significativa de la menstruación con la Luna, tanto a nivel individual como poblacional. Dicho de otra manera: cuando la fuerza de la gravedad es máxima, el vínculo ancestral entre la regla y luna resurge, pese al ruido lumínico de nuestra vida moderna.
La menstruación puede alinearse con la Luna, pero la edad y la exposición a la luz artificial reducen esa capacidad, según un nuevo estudio. Foto: Vidar Nordli-Mathisen
Cómo influye la luz artificial en el periodo
Los autores sostienen que la irrupción de los ledes y el uso masivo de pantallas electrónicas ha modificado los relojes internos. No es un argumento gratuito: está bien documentado que la exposición nocturna a luz artificial altera la producción de melatonina, la hormona que regula los ritmos circadianos. En el caso del periodo, esa exposición podría acortar el ciclo y dificultar su sincronización con el mes lunar.
En regiones con mayor contaminación lumínica, como el norte de Italia e Israel, los investigadores observaron ciclos menstruales más cortos que en países con cielos más oscuros. En Alemania, por ejemplo, donde la polución lumínica es algo menor, la distribución de las menstruaciones respecto a las fases lunares era más clara.
Así, lo que durante milenios fue un diálogo íntimo entre el cuerpo femenino y la noche natural se ve ahora enmudecido por farolas, pantallas y LEDs.
La gravedad y los ciclos lunares largos
El nuevo trabajo no se limitó solo a la luz. Los investigadores también exploraron cómo la gravedad lunar, reforzada en determinados ciclos de dieciocho años, puede influir en la sincronización menstrual. Descubrieron que durante los llamados lunasticios menores —los momentos en que la Luna alcanza su mínima declinación respecto al ecuador celeste, es decir, el punto más alto o más bajo de su trayectoria en el cielo— las menstruaciones tienden a alinearse con la luna llena.
En cambio, en los lunasticios mayores el acoplamiento se desplaza hacia la luna nueva. Estos patrones se intensifican cuando coinciden con la serie de eclipses Saros 137, un ciclo lunar de 18 años en el que la Luna está especialmente cerca de la Tierra.
Para reforzar estos hallazgos, el equipo incluso recurrió a Google Trends: el análisis de búsquedas como dolor de regla en distintos países mostró picos coincidentes con el perihelio de enero, un momento de máxima atracción gravitatoria combinada del Sol y la Luna.
Una sincronía intermitente y frágil
El estudio confirma que la menstruación no sigue ciegamente a la Luna, pero tampoco es indiferente a ella. Los relojes biológicos funcionan con rangos de ajuste.
En el caso del ciclo menstrual, si la duración se acerca a los 29,5 días, es más probable que se acople a la fase lunar. Si se aleja demasiado, esa sincronía se pierde.
La edad también influye. En los primeros años tras la menarquia o primera menstruación, los ciclos tienden a ser más largos e irregulares, pero aún susceptibles de sincronizarse con la Luna. A partir de los 30 o 35 años, cuando el ciclo se acorta, la conexión con los ritmos lunares se debilita. No obstante, incluso mujeres mayores pueden mostrar acoplamientos temporales si sus ciclos se mantienen largos.
Implicaciones evolutivas y sociales
¿Por qué pudo ser ventajoso para nuestros ancestros sincronizar la fertilidad femenina con la Luna? Una hipótesis sugiere que menstruar en luna llena implicaba ovular en luna nueva, el periodo más oscuro, cuando salir de las cuevas era más peligroso por la presencia de depredadores. Permanecer resguardadas en esos días críticos de fertilidad pudo ofrecer ventajas selectivas.
Hoy, ese trasfondo evolutivo ha perdido vigencia, pero entenderlo ayuda a contextualizar por qué la biología femenina conserva un eco de los ritmos lunares. La investigación también plantea preguntas sobre fertilidad y anticoncepción: si la luz artificial altera los ciclos, ¿podría influir indirectamente en la capacidad reproductiva?
Los autores de advierten que, aunque los efectos son sutiles, merecen ser estudiados en un mundo donde la infertilidad y los problemas menstruales son crecientes.
Entre el mito y la ciencia: ¿qué nos dice la Luna sobre la menstruación?
El nuevo trabajo no resucita un determinismo lunar absoluto —la idea de que todas las mujeres menstruaban juntas en luna llena—, pero sí devuelve al debate científico un matiz olvidado: el cuerpo humano no es ajeno a los ciclos cósmicos. Como en otras especies, nuestras biologías laten también al compás de la naturaleza, aunque de forma menos evidente y más frágil.
Lo que emerge de esta investigación es un relato de pérdida: la modernidad, con su brillo incesante, está apagando la melodía lunar en el cuerpo femenino. Sin embargo, cuando la gravedad aprieta, en los inviernos de enero o en los grandes ciclos lunares de 18 años, esa vieja armonía aún se hace audible.
La Luna sigue ahí, tirando de las mareas y, en menor medida, de nosotras. Y aunque las farolas intenten eclipsarla, todavía deja su huella en algo tan íntimo y universal como la menstruación.▪️
Preguntas & Respuestas: La Luna y la menstruación
🌚 ¿Qué relación hay entre la Luna y la menstruación?
El ciclo menstrual humano, de unos 29 días, puede sincronizarse con las fases de la Luna, sobre todo en luna llena y luna nueva.
🌚 ¿Por qué la luz artificial afecta a la regla?
La luz nocturna reduce la melatonina, altera los ritmos biológicos y acorta el ciclo, dificultando su sincronización con la Luna.
🌚 ¿Sigue influyendo la Luna en la menstruación hoy?
Sí, pero de forma intermitente y sobre todo en periodos de máxima fuerza gravitatoria (enero, ciclos de 18 años).
🌚 ¿Es un mito que todas las mujeres menstruaban en luna llena?
No es exacto: algunas se sincronizaban, pero la conexión nunca fue universal ni permanente.
Fuente: Charlotte Helfrich-Förster et al. Synchronization of women’s menstruation with the Moon has decreased but remains detectable when gravitational pull is strong. Science Advances (2025). DOI:10.1126/sciadv.adw4096