Mosquitos «codificados por colores»: el método genético que permite separar machos y hembras y revoluciona el control de enfermedades
Distinguir machos y hembras de mosquito ha sido durante décadas uno de los mayores obstáculos para frenar enfermedades como el dengue y el zika. Una nueva estrategia genética, basada en un simple código de colores, promete cambiar las reglas del juego.
Por Enrique Coperías
Una diferencia visible a simple vista. La hembra de mosquito modificada genéticamente presenta un cuerpo de color amarillo pálido, en fuerte contraste con el tono oscuro de las hembras silvestres, una característica clave para separar sexos de forma rápida y segura en programas de control de mosquitos. Cortesía: Philippos Papathanos
Los científicos que trabajan en el control de los mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue, el zika y el chikunguña se han topado siempre con el mismo obstáculo: separar machos y hembras de forma eficaz, barata y segura.
Parece un problema menor, casi doméstico, pero de él depende el éxito de algunas de las estrategias de salud pública más prometedoras.
Ahora, un equipo internacional de investigadores ha anunciado en la revista Nature Communications el desarrollo de un método genético sorprendentemente simple y visual para sortear esta dificultad para sexar a estos insectos: mosquitos codificados por colores, en los que los machos son oscuros y las hembras, pálidas. La innovación promete resolver uno de los grandes cuellos de botella de la lucha contra estos insectos invasores.
Por que los mosquitos son un problema
Los mosquitos no son solo una molestia estacional: son el animal más letal para el ser humano. Cada año transmiten una larga lista de enfermedades causadas por parásitos, virus y bacterias, desde el dengue, el zika y el chikunguña hasta la fiebre amarilla y la malaria, pasando por la fiebre del Nilo Occidental y la filariasis linfática.
Mosquitos de los géneros Culex, Anopheles y Aedes son responsables en conjunto de centenares de millones de infecciones y de más de un millón de muertes anuales en todo el mundo, según estimaciones internacionales.
Su impacto es especialmente devastador en regiones tropicales y subtropicales, pero el avance del cambio climático y la globalización está ampliando su presencia a nuevas zonas, incluidas amplias áreas de Europa. Frenar su expansión se ha convertido en una prioridad sanitaria global.
Por qué solo se liberan machos
La idea detrás de muchas estrategias modernas de control de mosquitos es conceptualmente elegante. En lugar de fumigar sin descanso, con el consiguiente impacto ambiental y la creciente resistencia a los insecticidas, se liberan grandes cantidades de ejemplares machos esterilizados o genéticamente modificados. Estos machos compiten con los silvestres para aparearse con las hembras, pero no dejan descendencia viable. Con el tiempo, la población colapsa.
El problema es que este plan solo funciona si se liberan exclusivamente machos. Las hembras pican, chupan la sangre, transmiten agentes patógenos y, en algunos casos, pueden arruinar el propio programa de control de mosquitos si llegan al medio natural. Separar ambos sexos de forma masiva y fiable se ha convertido, así, en una pesadilla logística.
Hoy por hoy, el método más utilizado consiste en clasificar las pupas por tamaño: las hembras suelen ser algo más grandes que los machos. Pero la diferencia es sutil, se solapa entre individuos y exige maquinaria costosa o trabajo manual intensivo. El margen de error sigue siendo inaceptable cuando se habla de liberar millones de insectos.
Identificación temprana en la fase de pupa. Aunque el dimorfismo sexual en los mosquitos suele apreciarse por primera vez en esta etapa, la cepa genética yellow (izquierda) se distingue de inmediato por su color claro frente a la pupa oscura silvestre (derecha), independientemente del sexo, lo que simplifica la separación en cría masiva. Cortesía: Philippos Papathanos
Una solución genética basada en el color
El nuevo trabajo, comandado por Philippos A. Papathanos, del Departamento de Entomología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, propone un enfoque radicalmente distinto. En lugar de intentar distinguir machos y hembras a partir de rasgos imprecisos, los investigadores han diseñado una línea de mosquitos en la que el sexo se identifica de un vistazo. Literalmente.
🗣️ «Esto produce un rasgo sexual diseñado genéticamente en mosquitos que utiliza los propios genes del insecto —detalla Papathanos—. Al comprender y controlar la vía de determinación del sexo, hemos podido crear un sistema en el que machos y hembras son visualmente distintos a nivel genético».
El estudio se centra en la especie Aedes albopictus, el mosquito tigre asiático, una de las especies más invasoras del planeta y vector de múltiples virus, como el dengue en América Central, América del Sur y zona del Pacífico; la fiebre amarilla; y, aunque en mucha menor frecuencia, el virus del Nilo Occidental.
Las «tijeras CRISPR» y el gen que decide el sexo
Estos insectos no tienen cromosomas sexuales visibles como los humanos. Su sexo está determinado por una pequeña región genética, el llamado locus M, que contiene un gen clave: el nix. Este gen actúa como un interruptor maestro que dirige el desarrollo masculino.
Aprovechando herramientas de edición genética de precisión como la CRISPR, que funciona como unas tijeras moleculares para cortar y modificar el ADN con alta precisión, el equipo desactivó primero un gen llamado yellow, implicado en la pigmentación oscura del cuerpo del mosquito. El resultado fue una línea estable de insectos de color amarillento, desde larvas hasta adultos, perfectamente viables y fértiles, pero notablemente más claros.
El siguiente paso fue más audaz: restaurar el color oscuro solo en los machos. Para ello, los investigadores introdujeron una versión funcional del gen yellow ligada artificialmente al gen nix. De este modo, solo los individuos que desarrollan características masculinas recuperan la pigmentación oscura. Las hembras, al carecer de ese rescate genético, permanecen pálidas.
El resultado final es una cepa genéticamente estable en la que todos los machos son oscuros y todas las hembras, claras. No hace falta lupa, ni microscopio, ni algoritmos sofisticados. El sexo se distingue a simple vista.
Una ventaja inesperada: huevos que no sobreviven
Más allá de lo llamativo del contraste cromático, el sistema ofrece ventajas prácticas adicionales. Las hembras pálidas se desarrollan más lentamente que las silvestres, lo que acentúa un fenómeno conocido como protandria: los machos emergen antes que las hembras. Esta diferencia temporal facilita todavía más la separación de sexos durante la cría masiva de mosquitos, combinando tiempo y color como filtros redundantes.
Además, los huevos puestos por estas hembras muestran una debilidad inesperada. Al no melanizarse correctamente, son mucho más sensibles a la desecación. Mientras los huevos normales pueden sobrevivir semanas en ambientes secos —una de las claves del éxito invasor del mosquito tigre—, los huevos de esta línea genética pierden viabilidad en pocos días.
🗣️ «Esto actúa como un mecanismo genético de contención incorporado. Incluso si algunas hembras fueran liberadas accidentalmente, sus huevos no sobrevivirían en el medio natural, lo que impediría que cualquier cepa modificada genéticamente que contenga nuestro sistema llegue a establecerse en el entorno», comenta Papathanos.
Lo que podría parecer un inconveniente se convierte, en realidad, en una ventaja de bioseguridad. Si alguna hembra escapara accidentalmente durante un programa de control genético, sus huevos tendrían muchas menos probabilidades de sobrevivir y establecerse en el medio natural.
Diferencias visibles desde las primeras fases de vida. La coloración amarilla característica permite identificar fácilmente a los mosquitos modificados genéticamente ya en las etapas tempranas de su desarrollo, incluida la fase larvaria que se muestra en la imagen. Crédito: Doron Zaada
¿Son competitivos estos machos modificados?
El estudio también aborda una cuestión crucial: ¿son estos machos genéticamente esterilizados tan competitivos como los naturales? Para que un programa de control de mosquitos funcione, no basta con que los machos existan; deben aparearse eficazmente y bloquear nuevas cópulas de las hembras. Los experimentos muestran que estos machos inducen la llamada refractariedad postcópula con la misma eficacia que los machos normales. En términos funcionales, se comportan como ellos.
Recordemos que la refractariedad postcópula es el fenómeno por el cual una hembra deja de aceptar nuevas cópulas tras aparearse una vez. En el caso de los mosquitos, significa que después del apareamiento con un macho, la hembra queda bloqueada reproductivamente y no vuelve a aparearse, o lo hace de forma muy limitada.
Desde el punto de vista genético, los análisis de expresión génica confirman que estos individuos activan correctamente los programas moleculares masculinos. Aunque genéticamente parten de hembras, el gen nix reorganiza su desarrollo hasta producir mosquitos que, salvo por la ausencia del antiguo locus sexual, son indistinguibles de los machos silvestres.
Un cambio de paradigma en la lucha contra el mosquito tigre
El avance no es solo técnico, sino conceptual. Durante años, el desarrollo de cepas sexadoras en mosquitos se vio frenado por la complejidad de su genética y por métodos poco predecibles heredados de la mutagénesis clásica. La edición genética permite ahora diseñar estos sistemas de forma racional, reutilizable y adaptable a distintas especies.
Los autores subrayan que este es el primer ejemplo de un rasgo sexual visible basado en un gen endógeno del propio mosquito, y no en marcadores artificiales externos. Esto reduce riesgos, mejora la estabilidad del sistema y allana el camino para aplicaciones a gran escala.
A medio plazo, la codificación por colores podría integrarse con sistemas automáticos de clasificación por imagen, reduciendo aún más costes y errores. A largo plazo, podría combinarse con otras tecnologías de control genético, como la esterilización o la incompatibilidad bacteriana, en estrategias híbridas más robustas.
🗣️ «Nuestro enfoque proporciona una plataforma versátil para la separación de sexos en mosquitos. Al combinar edición genética de vanguardia con genética clásica, hemos creado un sistema escalable, seguro y eficiente —explica Papathanos. Y concluye—: El siguiente paso está en desarrollar esta plataforma y hacer que las hembras se diferencien de más maneras, por ejemplo en su capacidad para sobrevivir a altas temperaturas o a determinados aditivos utilizados en biofábricas de cría masiva de mosquitos. Esto podría superar por fin uno de los mayores obstáculos del control genético de mosquitos».
Dos de cada tres personas en España están expuestas a la picadura del mosquito tigre
El mosquito tigre sigue expandiéndose por Europa y otras regiones templadas, impulsado por el comercio global y el cambio climático. El indeseble díptero llegó a España en 2004, a través de Cataluña, y se ha extendido rápidamente por toda la costa mediterránea, Madrid, y otras zonas del interior, adaptándose a entornos urbanos y reproduciéndose en pequeños depósitos de agua estancada. Está presente en 1.768 municipios, entre los cuales se encuentran los más poblados del país, lo que implica que dos de cada tres españoles, en concreto, el 66,2%, viven expuestas a sus picaduras, según un estudio publicado en la revista Insects, en agosto de 2025.
Frente a este mosquito, que se caracteriza por su coloración negra con ornamentación blanca en el tórax y el abdomen, patas a bandas negras y blancas y una conspicua línea blanca longitudinal central en tórax y cabeza, la ciencia explora soluciones cada vez más sofisticadas, pero también más específicas. En este contexto, la idea de distinguir machos y hembras por el color del cuerpo parece casi ingenua. Y, sin embargo, puede marcar la diferencia entre una tecnología prometedora y una realmente aplicable.
A veces, en biología, la innovación no consiste en añadir complejidad, sino en hacer visible lo que antes era invisible. En este caso, bastó con teñir la genética de amarillo y negro para despejar uno de los mayores obstáculos del control moderno de mosquitos.▪️
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Información facilitada por la Universidad Hebrea de Jerusalén
Fuente: Zaada, D. S. Y., Toren, O., Krsticevic, F. et al. Mosquito sex separation using complementation of selectable traits and engineered neo-sex chromosomes. Nature Communications (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41467-025-66940-0

