Los niños de solo cinco años ya usan mapas mentales para orientarse en una minicuidad
Un estudio de la Universidad Emory demuestra que los niños de cinco años ya tienen la capacidad cerebral para la navegación basada en mapas. Descubre cómo funciona su cerebro y por qué este hallazgo cambia lo que sabemos sobre el desarrollo cognitivo infantil.
Por Enrique Coperías
«Nuestros resultados sugieren que la capacidad de navegación en niños pequeños no solo existe, sino que puede desarrollarse y entrenarse mediante el juego y la exposición al entorno», afirma Yaelan Jung, autora principal del estudio. Imagen generada con DALL-E
Durante mucho tiempo, se creyó que la navegación basada en mapas —la habilidad de orientarse en espacios amplios utilizando puntos de referencia— no se desarrollaba hasta aproximadamente los doce años de edad. Sin embargo, un estudio neurocientífico de la Universidad Emory, en Estados Unidos, desafía esta suposición.
A través de una innovadora combinación de escáneres cerebrales y un entorno virtual llamado Tiny Town (Ciudad Minúscula), los investigadores demostraron que incluso los niños con solo cinco años ya cuentan con el sistema cerebral necesario para este tipo de navegación.
Los hallazgos, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, constituyen la primera evidencia neuronal de que esta capacidad cognitiva está presente a una edad mucho más precoz de lo que se pensaba.
Tecnología y entorno virtual al servicio del cerebro infantil
«Aunque las habilidades de navegación en grandes espacios siguen desarrollándose durante la infancia, nuestros resultados muestran que el sistema neuronal subyacente está presente sorprendentemente pronto», afirma Yaelan Jung, autor principal del estudio y becario postdoctoral en el Departamento de Psicología de Emory.
«En lugar de requerir una década o más, la navegación basada en mapas se activa a la mitad de ese tiempo», añade Daniel Dilks, profesor de Psicología y autor sénior del estudio. Y añade—: Los niños de cinco años pueden orientarse en una ciudad virtual. No solo diferencian entre la heladería de la zona montañosa y la de la zona lacustre, sino que también saben cómo llegar a cada una de ellas».
Dilks lidera investigaciones pioneras sobre funciones específicas del córtex visual, como el procesamiento de rostros, objetos y lugares, y cómo estas funciones se desarrollan desde la infancia hasta la adultez.
«Dos preguntas fundamentales en neurociencia —dice Dilks— son cómo se organiza el conocimiento en el cerebro y cuál es su origen. En otras palabras, ¿nacemos con ciertas capacidades o las adquirimos con el tiempo?».
Cassandra Hendrix, antigua estudiante de doctorado de Emory, posa junto a un bebé en un escáner de IRMf, en 2020. Hendrix ya se ha graduado y ahora es profesora adjunta en la Universidad de Hawái. Foto: Cory Inman
Áreas del cerebro involucradas en la navegación
Para responder a estas preguntas, los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf), una técnica no invasiva que permite visualizar qué zonas del encéfalo se activan al incrementar el flujo sanguíneo local.
En estudios previos con adultos, el laboratorio de Dilks identificó tres áreas clave en la navegación visual:
✅ El área parahipocampal de lugar (PPA), que reconoce y categoriza entornos.
✅ El complejo retrosplenial (RSC), que ubica esos entornos en un mapa mental.
✅ El área occipital de lugar (OPA), que ayuda a moverse físicamente dentro del espacio inmediato.
«Todavía no podemos reparar la mayoría de los trastornos neurológicos —comenta Dilks—, pero entender cómo se desarrolla y funciona normalmente el cerebro nos acerca a ese objetivo».
En 2024, Dilks y Jung descubrieron que el sistema cerebral responsable de evitar obstáculos al caminar no alcanza su madurez hasta los ocho años, a pesar de que muchos niños comienzan a andar a los dos.
Yaelan Jung introduce a un participante en el mundo virtual de Tiny Town. «Es fascinante explorar cómo los seres humanos utilizan distintas partes del cerebro para comportamientos complejos y cómo estos distintos sistemas neuronales se ponen en marcha durante el desarrollo», afirma Town. Foto: Laboratorio Dilks
Tecnología y entorno virtual al servicio del cerebro infantil
Esta paradoja llevó a los investigadores a formular una hipótesis: las habilidades más complejas de navegación basadas en mapas podrían desarrollarse antes que las más básicas. Notaron que, desde muy pequeños, los niños son transportados en brazos, cochecitos o vehículos, lo que podría permitirles construir mapas mentales del entorno.
Para comprobarlo, diseñaron experimentos con niños de cinco años, y utilizaron primero un entorno virtual llamado Neuralville, que previamente había sido desarrollado para llevar a cabo estudios con adultos. Sin embargo, pronto descubrieron que era demasiado complejo para los más pequeños.
Jung adaptó el experimento creando Tiny Town, una versión más simple con forma triangular, delimitada por tres paisajes distintivos: una montaña, un bosque y un lago. Construyó seis edificios: dos heladerías, dos parques infantiles y dos estaciones de bomberos, categorías atractivas para los niños.
Trabajar con participantes infantiles requiere tanto ciencia como creatividad, según Jung. El objetivo de este era que los niños aprendieran y se divirtieran al mismo tiempo.
El escáner, como ir al cine
Primero, se familiarizaba al niño con la ciudad virtual mediante un ordenador. Luego, debía explorarla él mismo. “Fue fascinante ver lo rápido que lo dominaban”, recuerda Jung.
Después de la familiarización, se les mostraban imágenes fijas y se les hacían preguntas como: “¿Has visto este edificio en Tiny Town? ¿Está en la esquina de la montaña?”. La mayoría superaba esta fase y pasaba a la siguiente: el entrenamiento de exploración.
Para mantener el interés, convirtieron el entrenamiento en un juego: los niños y adultos jugaban a congelarse cuando alguien gritaba ¡Quieto!. “A los niños les encantó. Especialmente cuando podían congelar a los adultos”, cuenta Jung entre risas.
Los investigadores explicaban que el escáner cerebral era como una cámara gigante, y que era importante quedarse completamente quietos para que la foto no saliera borrosa. Los niños practicaban con un escáner simulado antes de pasar al real, y se les hacía sentir cómodos con mantas, almohadas y la idea de que estaban viendo una película en su cine privado.
Durante la prueba real, los niños debían pulsar un botón si dos imágenes emparejadas —como una estación de bomberos y una montaña— coincidían con lo que habían visto en Tiny Town.
Para adaptar el experimento a niños de cinco años, los investigadores reemplazaron el complejo entorno virtual "Neuralville" por "Tiny Town", una ciudad triangular más sencilla y visualmente amigable, rodeada por una montaña, un bosque y un lago.
¿Cómo navegan los niños en un mundo virtual?
Los resultados fueron concluyentes: los niños eran capaces de construir un mapa mental del entorno y recordarlo. Y, lo más importante, lo hacían activando el complejo retrosplenial, la región del cerebro encargada de codificar la ubicación de los edificios dentro de un espacio más amplio.
Además del valor científico del hallazgo, la experiencia resultó enriquecedora para todos los participantes.
«Trabajar con niños fue muy divertido —dice Jung. Y añade—: Aprendí que los cinco años son una edad mágica: están abiertos a nuevas experiencias y no tienen miedo”.
El laboratorio de Dilks ya está ampliando el estudio para investigar cómo se desarrolla esta capacidad en niños aún más pequeños. Sin embargo, estudiar a niños de entre dos y tres años es un reto mayor: «Básicamente no te hacen caso», bromea Jung, madre de un niño de tres años.
Para superar esta limitación, los autores de este trabajo están experimentando con una maqueta de cartón del escáner, caricaturas y cereales Cheerios.
«Es fascinante ver cómo el cerebro utiliza distintas regiones para tareas complejas, y cómo esto cambia con la edad y la experiencia —dice Jung. Y concluye—: Nuestro trabajo sienta las bases para futuras aplicaciones clínicas, incluyendo una mejor comprensión del desarrollo cerebral típico y atípico». ▪️
Información facilitada por la Universidad Emory
Fuente: Y. Jung & D.D. Dilks. Early development of navigationally relevant location information in the retrosplenial complex. PNAS (2025). DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.2503569122