Cómo los seres humanos y los perros se expandieron juntos por Eurasia durante 11.000 años
Durante milenios, los movimientos humanos dejaron una huella paralela en sus compañeros más fieles: los perros. Un nuevo análisis genómico nos descubre que ambas especies se expandieron juntas por Eurasia, sincronizando migraciones, tecnologías y cambios culturales desde hace 11.000 años.
Por Enrique Coperías
Migrantes de la Eurasia prehistórica avanzan junto a sus perros, en una recreación inspirada en los nuevos análisis genómicos que revelan cómo humanos y canes se desplazaron juntos durante más de 11.000 años, compartiendo rutas, tecnologías y transformaciones culturales. Ilustración generada con DALL-E
A lo largo de al menos 20.000 años, los perros han acompañado a los seres humanos en sus viajes, migraciones y transformaciones culturales. Ahora, un estudio internacional publicado en la revista Science refuerza la idea de que esa alianza fue mucho más que convivencia: humanos y perros se desplazaron conjuntamente y, en muchos casos, compartieron los mismos grandes giros históricos.
La investigación, liderada por Laurent Frantz, paleogenetista de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich (Alemania) y de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido), muestra que la expansión de nuevas culturas a lo largo de Eurasia fue acompañada por la difusión de poblaciones caninas genéticamente diferenciadas.
El equipo detrabajo, formado por científicos de Alemania, el Reino Unido y China, secuenció y analizó los genomas de diecisiete perros antiguos procedentes de Siberia, Asia Oriental y las estepas de Asia Central, incluyendo por primera vez muestras arqueológicas de China. Los restos tienen entre 9.700 y 870 años de antigüedad y proceden de sociedades de cazadores-recolectores, agricultores y pastores que protagonizaron profundas transformaciones en la región durante los últimos diez milenios. Para completar el análisis, los investigadores incorporaron además genomas de otros perros antiguos y modernos.
Los herreros de la Edad del Bronce y sus perros
La comparación de los genomas humanos y caninos revela una correspondencia llamativa: los momentos de reemplazo poblacional o de grandes cambios culturales en las poblaciones humanas van acompañados de variaciones equivalentes en los perros. Esta sincronía se hace especialmente evidente durante la Edad del Bronce Temprana china, hace unos 4.000 años, cuando la introducción de la metalurgia transformó las sociedades del norte de China.
Según el estudio, los grupos procedentes de la estepa euroasiática que llevaron esta tecnología a la región también trasladaron consigo a sus propios perros, en lugar de adoptar los que ya existían localmente.
Pero la historia conjunta va mucho más atrás. Los investigadores rastrean señales de esta codispersión hasta al menos 11.000 años atrás, cuando los cazadores-recolectores del norte de Eurasia intercambiaban perros estrechamente emparentados con los actuales huskies siberianos.
Perros muy flexibles
🗣️ «Los rastros de estos grandes cambios culturales pueden extraerse de los genomas de los perros antiguos —explica Lachie Scarsbrook, investigador de la Universidad Ludwig Maximilian y de la Universidad de Oxford y uno de los autores principales del trabajo. Y añade—: Nuestros resultados destacan la profunda importancia cultural de los perros. En lugar de limitarse a adoptar a los animales locales, las personas han mantenido un fuerte sentido de pertenencia hacia sus propios perros durante al menos los últimos 11.000 años».
Para Frantz, la estrecha asociación genética entre los seres humanos y los perros revela hasta qué punto estos animales estaban integrados en la vida social.
«Esta conexión muestra que los perros formaban una parte fundamental de la sociedad, tanto si eras un cazador-recolector en el círculo polar hace 10.000 años como un herrero en una ciudad china temprana —señala Frantz. Y concluye—: Es una asociación extraordinaria y perdurable, que demuestra la enorme flexibilidad de los roles de los perros en nuestras sociedades, mucho más que cualquier otra especie domesticada».
La investigación no solo ilumina episodios concretos de la prehistoria euroasiática, sino que también refuerza la idea de un vínculo milenario entre humanos y perros en el que no solo convivieron, sino que evolucionaron y se desplazaron juntos, conformando uno de los capítulos más duraderos y singulares de nuestra historia compartida. ▪️
Información facilitada por la Universidad de Múnich
Fuente: Shao-Jie Zhang et al. Genomic evidence for the Holocene codispersal of dogs and humans across Eastern Eurasia. Science (2025). DOI: 10.1126/science.adu2836

