¿Cómo serán las costas del mundo en 2025? 25 años de predicciones científicas tienen la respuesta
¿Somos capaces de predecir cuál será el futuro de los océanos? Un grupo de científicos revisa veinticinco años de pronósticos sobre las costas rocosas… y pone sobre la mesas sorpresas, aciertos y amenazas que nadie vio venir.
Por Enrique Coperías
Las costas rocosas, que conforman casi el 50 % del litoral global, son ecosistemas intermareales clave, fácilmente accesibles y altamente estudiados, donde el impacto humano se manifiesta de forma directa y visible. Foto: Joran Quinten
A principios del nuevo milenio, un grupo de destacados científicos marinos se propuso una tarea ambiciosa: predecir los desafíos que enfrentarían las costas rocosas del mundo en un plazo de 25 años.
La iniciativa, publicada en 2002, partía de una premisa clara: estos ecosistemas marinos, aunque resilientes, eran vulnerables y servirían como centinelas para observar la salud del océano global. Ahora, en 2025, ese mismo equipo, ampliado con expertos de todo el mundo y nuevas disciplinas, ha vuelto sobre sus pasos para evaluar qué pronósticos se cumplieron, cuáles no y qué amenazas inesperadas han surgido.
El estudio, recientemente publicado en la revista Marine Pollution Bulletin, no solo es una revisión rigurosa de los aciertos y errores científicos, sino también una reflexión sobre cómo anticipar el futuro ambiental requiere una mirada integradora, flexible y, sobre todo, humilde ante lo desconocido.
Por qué las costas rocosas son un indicador del cambio ambiental
Las costas rocosas están presentes en cerca del 50% del litoral mundial. Son ecosistemas intermareales accesibles y altamente estudiados, y en muchos casos se convierten en la primera línea de contacto entre las actividades humanas y el mar.
Según el profesor Stephen Hawkins, autor principal del estudio y miembro de la Marine Biological Association, en el Reino Unido, «nuestras costas son los centinelas del océano global y, para muchas personas, la ventana directa a lo que está ocurriendo en el mar. Proteger su salud es esencial, pero enfrentan amenazas constantes tanto desde tierra como desde el océano».
El equipo internacional que ha revisado el trabajo original incluye investigadores del Reino Unido, Sudáfrica, Italia, China, Estados Unidos, Chile, Irlanda y Mónaco. Entre ellos se encuentra el profesor Richard Thompson, recientemente nombrado por la revista TIME como una de las cien personas más influyentes del mundo por su trabajo en contaminación por plásticos.
«En este cuarto de siglo, el mundo ha tomado conciencia de las amenazas que enfrenta el planeta—señala Thompson—. La clave ha estado en preguntarnos cómo afrontarlas. Los científicos marinos han demostrado que una combinación de acciones globales y locales puede generar cambios positivos».
1️⃣ Predicciones acertadas: señales de advertencia que se cumplieron
✅ Derrames de petróleo. Una de las previsiones que más claramente se ha confirmado es la disminución de los derrames de petróleo. Aunque todavía ocurren accidentes, como los recientes en Brasil y los derivados de conflictos bélicos en el mar Negro, la frecuencia y volumen de estos eventos ha disminuido gracias a mejores regulaciones ambientales y técnicas de limpieza. El uso de dispersantes tóxicos ha sido reemplazado por métodos más sensibles con el medioambiente, y los planes de contingencia en la mayoría de los países han reducido la gravedad de los impactos.
✅ Recolección de alimentos. También se predijo correctamente un aumento de esta actividad en las costas rocosas, tanto a nivel comercial como recreativo. En países en desarrollo, la recolección de alimentos se ha intensificado, a veces con consecuencias devastadoras para la biodiversidad marina. Sin embargo, se han desarrollado modelos de cogestión pesquera exitosos, como los de cooperativas en Chile y España, que integran el conocimiento local para establecer límites de captura sostenibles y zonas de exclusión temporal. Las áreas marinas protegidas han crecido exponencialmente: de 3 millones de kilómetros cuadrados en 2005 a más de 28 millones en 2021.
✅ Especies invasoras. Otra predicción cumplida es el aumento de especies exóticas, una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo. El cambio climático y el comercio marítimo global han facilitado la expansión de especies como el cangrejo verde europeo (Carcinus maenas), la ostra del Pacífico (Magallana gigas) y ciertas algas, como el Sargassum muticum y la Undaria pinnatifida. Estas invasiones reconfiguran comunidades enteras y, aunque algunas aportan beneficios puntuales, como alimentos o filtración del agua, sus efectos son predominantemente negativos sobre la biodiversidad y el funcionamiento del ecosistema.
✅ Sedimentación costera. Finalmente, el equipo también acertó al advertir sobre el incremento de la sedimentación costera debido a la urbanización y la intensificación agrícola. Este fenómeno afecta especialmente a zonas estuarinas, favorece la expansión de algas filamentosas y dificulta la recuperación de hábitats con especies de crecimiento lento como Ascophyllum nodosum.
El profesor Stephen Hawkins, en la costa de Devon (Reino Unido), lleva medio siglo estudiando los cambios del entorno costero. Cortesía: Marine Biological Association
2️⃣ Predicciones parcialmente correctas: la realidad fue más compleja
En otros casos, los científicos acertaron solo en parte. Por ejemplo:
✳️ Contaminación por organoestánnicos (TBT). Por ejemplo, los científicos subestimaron el éxito de políticas ambientales como la prohibición de este biocida utilizado en pinturas marinas que causaba alteraciones hormonales en moluscos. Su uso fue prohibido globalmente en 2008, y muchas poblaciones afectadas, como los caracoles Nucella lapillus, han mostrado signos de recuperación ecológica.
✳️ Calentamiento global. También se reconoció la influencia del cambio climático en los ecosistemas costeros, pero no se anticiparon del todo los efectos devastadores de eventos extremos como olas de calor marinas, tormentas intensas y fenómenos meteorológicos imprevisibles. «Sabíamos que el clima estaba cambiando, pero no imaginamos cuán vulnerables serían algunas especies clave», reconoce Hawkins.
✳️ Infraestructuras costeras. Otro acierto parcial fue el aumento de defensas, malecones y otras infraestructuras costeras para combatir el aumento del nivel del mar. Si bien estos elementos protegen las ciudades, a menudo sustituyen hábitats naturales y favorecen la proliferación de especies invasoras. En respuesta, ha surgido el enfoque de la ecoingeniería costera: rediseñar infraestructuras para que también favorezcan la biodiversidad.
✳️ Uso recreativo de las costas. En cuanto a este particular, la predicción fue pesimista. Aunque hay impactos, como el pisoteo de organismos o la recolección de seres vivos no regulada, también ha habido un aumento de la conciencia ambiental y una apreciación más profunda por estos ecosistemas, lo que ha impulsado programas educativos y de ciencia ciudadana.
Los plásticos flotan a la deriva en todos los océanos del planeta, acumulándose en playas y fondos marinos, y convirtiéndose en uno de los contaminantes más persistentes y peligrosos del siglo XXI. Foto: Naja Bertolt Jensen
3️⃣ Predicciones fallidas: amenazas que no se materializaron
No todas las preocupaciones de 2002 se cumplieron. Como muestra, un botón:
❌ Transgénicos. El temor a que los organismos genéticamente modificados (OGMs) impactaran negativamente los ecosistemas costeros resultó infundado. Aunque sigue habiendo debate sobre su uso, no se ha documentado un efecto significativo en ambientes marinos.
❌ Acuicultura. También se pensaba que la expansión de la acuicultura intensiva causaría graves daños a las costas rocosas. Si bien existen desafíos asociados, como escapes de peces y contaminación localizada, los impactos no han sido tan amplios como se temía.
❌ Radiación ultravioleta. Asimismo, los investigadores anticiparon daños por radiación ultravioleta en especies costeras, pero el impacto ha sido más limitado gracias a la regulación de compuestos destructores de ozono.
❌ Energía renovable marina. Los científicos esperaban impactos negativos por la instalación de turbinas eólicas marinas o plataformas en el mar. Hasta ahora, los estudios indican que estos dispositivos pueden incluso crear nuevos hábitats artificiales, aunque aún se investigan sus efectos a largo plazo.
4️⃣ Lo que nadie previó: amenazas emergentes
Tal vez lo más revelador del informe es todo aquello que no se anticipó en 2002. La lista es larga e inquietante:
⚠️ Contaminación por plásticos. Especialmente la causada por los microplásticos ha alcanzado niveles alarmantes, ya que afecta a una gran variedad de especies desde el plancton hasta los grandes depredadores.
⚠️ Acidificación oceánica. Causada por la absorción de CO₂, esta amenaza invisible pone en riesgo a a organismos con estructuras calcáreas, como moluscos, corales y fitoplancton, fundamentales para el equilibrio ecológico.
⚠️ Contaminación lumínica y acústica marina. La expansión de zonas urbanas costeras ha generado alteraciones sensoriales en peces, invertebrados y mamíferos marinos, que afectan a sus patrones de migración, alimentación y reproducción.
⚠️ Fármacos y contaminantes emergentes. Antibióticos, anticonceptivos, antideopresivos y otros compuestos farmacéuticos llegan al mar por aguas residuales, con efectos aún poco estudiados en la vida marina.
«Estas nuevas amenazas subrayan la necesidad de mantener una vigilancia constante y de actuar con cautela incluso ante impactos aún poco comprendidos», afirma el profesor Thompson.
La situación de los corales es alarmante: más del 40 % de las especies están en riesgo de extinción y su pérdida avanza rápidamente, amenazando la biodiversidad marina si no se actúa con urgencia. Foto: David Clode
Lecciones para 2050: anticiparse a lo incierto
Los autores cierran su análisis mirando hacia el futuro. A pesar del progreso en algunas áreas, como la gestión de derrames de petróleo y la eliminación de ciertos contaminantes, advierten de que las amenazas seguirán multiplicándose si no se actúa con decisión.
La transición hacia una economía con emisiones netas cero, el fortalecimiento de los tratados internacionales, como el Tratado Global de Plásticos en discusión, y la promoción de soluciones basadas en la naturaleza son fundamentales.
«Lo que aprendimos es que sí es posible anticipar algunos desafíos si se actúa con base científica y visión a largo plazo —explica Hawkins. Y concluye—: Pero también debemos reconocer que siempre existirán incertidumbres. La clave está en encontrar un equilibrio entre la acción fundamentada y la precaución frente a lo desconocido”»
En un mundo cada vez más cambiante, el estudio ofrece una valiosa lección: mirar atrás, aprender de los errores y aciertos, y usar ese conocimiento para construir un futuro más sostenible. Las costas rocosas seguirán hablándonos. La cuestión es si estamos dispuestos a escuchar.▪️
Información facilitada por lahttps://www.plymouth.ac.uk/
Fuente: Stephen J. Hawkins, Kathryn A. O'Shaughnessy, George M. Branch, Laura Airoldi, Simon Bray, Paul Brooks, Michael T. Burrows, Juan Carlos Castilla, Tasman P. Crowe, Thomas W. Davies, Louise B. Firth, Keith Hiscock, Stuart R. Jenkins, Antony M. Knights, Olivia Langmead, Kenneth M.Y. Leung, Nova Mieszkowska, Paula Moschella, Ilse Steyl, Svenja Tidau, Mark Whittington, Richard C. Thompson. Hindsight informs foresight: revisiting millennial forecasts of impacts and status of rocky shores in 2025. Marine Pollution Bulletin (2025). DOI: https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2025.118214.