Cómo un mapa bíblico de hace 500 años influyó en las fronteras modernas
Un mapa bíblico impreso al revés en 1525 acabó transformando algo más que la forma de leer la Biblia: redefinió cómo imaginamos el territorio. Lo que nació como una guía espiritual terminó moldeando la idea moderna de frontera y de Estado.
Por Enrique Coperías
Mapa de Tierra Santa elaborado por Lucas Cranach el Viejo e incluido en el Antiguo Testamento de Christoph Froschauer (Zúrich, 1525), que se conserva en la Wren Library del Trinity College de Cambridge. Cortesía: The Master and Fellows of Trinity College, Cambridge.
Hace quinientos años, cuando Europa comenzaba a mirarse a sí misma a través de nuevos mapas impresos, un viejo territorio —la Tierra Prometida— estaba a punto de cambiar para siempre nuestra manera de entender el mundo. No porque sus límites hubiesen cambiado, sino porque la forma de representarlos iba a determinar cómo imaginamos aún hoy la política, las naciones y las fronteras.
El historiador Nathan MacDonald, de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, ha rastreado este sorprendente hilo que une la cartografía bíblica medieval con el nacimiento del Estado moderno. Su estudio revela que el primer mapa bíblico impreso con una división completa por tribus, publicado en 1482, no solo recoge la Tierra Santa, sino que anticipaba un modo completamente nuevo de pensar el territorio: como un espacio homogéneo dividido por líneas nítidas, un concepto sin el cual hoy sería impensable hablar de naciones, soberanía o fronteras inviolables.
MacDonald lo resume con una frase directa: «Este es simultáneamente uno de los mayores fracasos y triunfos de la edición —afirma sobre aquel primer mapa impreso al revés. Y añade: Imprimieron el mapa al revés, de modo que el Mediterráneo aparece al este de Palestina. En Europa se sabía tan poco de esta parte del mundo que nadie en el taller parece haberse dado cuenta. Pero este mapa transformó la Biblia para siempre, y hoy la mayoría de las Biblias contienen mapas».
Cuando la Biblia enseñó a dibujar fronteras
El relato convencional afirma que las fronteras lineales surgieron gracias al renacimiento de la geografía de Ptolomeo en el siglo XV. Pero MacDonald muestra que esta idea se queda corta: el mapa que cambió las reglas no fue político, sino bíblico.
En el primer atlas impreso de Ptolomeo en Ulm (1482), los cartógrafos incluyeron un mapa de Palestina que no procedía del geógrafo griego, sino del portulano medieval del cartógrafo y geógrafo Pietro Vesconte. Aquella lámina, una herencia directa del pensamiento cartográfico cristiano de los siglos XIII y XIV, mostraba la Tierra Santa dividida con precisión en los territorios de las doce tribus de Israel. Era una distribución sistemática, limpia, perfectamente contigua, con fronteras marcadas por líneas punteadas. La representación era tan organizada que, vista hoy, podría pasar por un mapa administrativo moderno.
🗣️ Lo más revelador, explica MacDonald, es que «se ha supuesto equivocadamente que los mapas bíblicos siguieron un instinto propio de la Edad Moderna de crear mapas con divisiones territoriales claramente marcadas. En realidad, fueron estos mapas de Tierra Santa los que iniciaron la revolución».
Y subraya su impacto global: «A medida que más y más personas accedieron a Biblias a partir del siglo XVII, estos mapas difundieron una idea de cómo debía estar organizado el mundo y cuál era el lugar de cada uno en él. Esto sigue siendo enormemente influyente».
El profesor Nathan MacDonald, junto al Antiguo Testamento de 1525 impreso por Christoph Froschauer, abierto en el mapa de Tierra Santa de Lucas Cranach el Viejo, en la Wren Library del Trinity College de Cambridge. Cortesía: University of Cambridge.
De los atlas a las Biblias: un mapa omnipresente
Los atlas del siglo XVI eran objetos caros, pensados para nobles y eruditos. Pero un segundo vehículo mucho más poderoso para moverse por el mundo estaba a punto de multiplicar la influencia del mapa tribal: las Biblias protestantes.
Desde la década de 1520, editores como Christoph Froschauer en Zúrich comenzaron a incluir mapas de la Tierra Prometida junto al libro de Josué, donde se mostraba el reparto de la tierra entre las tribus. Aquellos mapas se convirtieron pronto en un estándar: prácticamente cada familia protestante que poseía una Biblia tenía también, sin saberlo, un mapa que representaba un territorio dividido en unidades discretas con fronteras precisas.
Aquí MacDonald recuerda que el propio texto bíblico presenta problemas: «Josué 13–19 no ofrece una imagen completamente coherente y consistente de qué tierras y ciudades ocupaban las distintas tribus. Hay varias discrepancias. El mapa ayudó a los lectores a entenderlo, aunque no fuera geográficamente exacto».
Y sobre el origen suizo del primer mapa bíblico, es contundente: «No es sorprendente que el primer mapa bíblico se publicara en Zúrich».
Así, sin proponérselo, la Biblia contribuía a sembrar en Europa la idea de que los pueblos —cualquier pueblo— deben tener fronteras claras, contiguas, estables y exclusivas.
El origen medieval: mapas para peregrinar, no para gobernar
Pero el origen del fenómeno se remonta aún más atrás. En el siglo XIII, el dominico alemán Burchard de Monte Sión elaboró una vasta descripción de Tierra Santa, acompañada de un enorme mapa de más de metro y medio de ancho. En él, las tribus de Israel aparecen marcadas con líneas rojas que atraviesan montañas, aldeas y fortificaciones cruzadas. La cartografía no es geopolítica: es espiritual, casi visionaria. El mapa funciona como una guía de peregrinación mental.
Este mundo simbólico, en el que la geografía bíblica convivía con castillos cruzados contemporáneos, no pretendía reconstruir la historia, sino hacerla presente: permitir que el lector entrara en el relato.
🗣️ No es casual que MacDonald describa el recorrido imaginario que proponían estos mapas: «Cuando recorrían con la mirada el mapa de Cranach, deteniéndose en el monte Carmelo, Nazaret, el río Jordán y Jericó, las personas realizaban una peregrinación virtual. En su imaginación viajaban a través del mapa y encontraban el relato sagrado en ese recorrido».
El Mapa moderno de Tierra Santa de la edición de Ulm de 1486 (1482), de la Cosmographia de Ptolomeo. Cortesía: Stanford Digital Repository
Cuando los límites sagrados se volvieron políticos
La segunda parte del estudio de MacDonald, que ha sido publicado en The Journal of Theological Studies, analiza un giro igual de significativo: cómo las nuevas ideas sobre las fronteras influyeron en la lectura de la Biblia.
Durante siglos, la tabla de los pueblos según Génesis 10, que describe cómo los descendientes de Noé poblaron el mundo, había sido interpretada como un relato sobre lenguas y genealogías. Pocos creían que describiera fronteras físicas.
Pero desde el siglo XVII, en plena expansión de los Estados modernos, comentaristas ingleses comenzaron a leer el capítulo como una partición territorial sistemática, hecha por lotes, casi como un catastro divino.
🗣️ MacDonald va más allá: «Los mapas bíblicos que delimitaban los territorios de las doce tribus fueron poderosos agentes en el desarrollo y la difusión de estas ideas— Y señala el giro conceptual: Un texto que no trata de fronteras políticas en el sentido moderno pasó a interpretarse como un ejemplo del ordenamiento divino del mundo según los Estados-nación».
También explica la mutación del simbolismo cartográfico: «Las líneas en los mapas empezaron a simbolizar los límites de las soberanías políticas, en lugar de las promesas divinas ilimitadas. Esto transformó la manera en que se entendían las descripciones del espacio geográfico en la Biblia.”
El proceso, sostiene el historiador, fue doble: «Las nociones de nación de la Edad Moderna estuvieron influidas por la Biblia, pero la interpretación del texto sagrado también fue moldeada por las nuevas teorías políticas surgidas en ese periodo. La Biblia fue a la vez agente del cambio y objeto del cambio».
Detalle (zona central-derecha) del Gran Mapa de Burchard, donde se muestran Efraín, Benjamín y Dan, con las fronteras tribales marcadas en tinta roja (Carte nautiche, IV [recto]; por cortesía del Ministero della Cultura / Archivio di Stato di Firenze).
Horizontes que perduran
Hoy vivimos rodeados de fronteras rectas en los mapas, fronteras que consideramos naturales o inevitables. Pero la historia de estos límites muestra que proceden de un invento cultural: una convención gráfica, nacida entre monasterios, peregrinos y cartógrafos medievales.
El propio MacDonald advierte de su vigencia: «Para muchas personas, la Biblia sigue siendo una guía importante de sus creencias básicas sobre los Estados-nación y las fronteras. Consideran que estas ideas están autorizadas por la Biblia y que, por tanto, son verdaderas y correctas de manera fundamental».
Incluso alerta sobre malentendidos modernos: «“Cuando pregunté a ChatGPT y a Google Gemini si las fronteras son bíblicas, ambos respondieron simplemente ‘sí’. La realidad es más compleja».
Y concluye con una advertencia de fondo: «Debemos preocuparnos cuando algún grupo afirma que su forma de organizar la sociedad tiene un fundamento divino o religioso, porque esto a menudo simplifica y distorsiona textos antiguos que expresan otro tipo de planteamientos ideológicos en contextos políticos muy distintos».
Nuestros mapas —y nuestra forma de pensar el mundo— le deben más a la Tierra Prometida de lo que parece. Y, tal vez, esa constatación nos invita a recordar que ninguna frontera es eterna, ni tan objetiva como sus líneas rectas nos quieren hacer creer. ▪️
PREGUNTAS & RESPUESTAS: El mapa bíblico y el origen de las fronteras modernas
🌍 ¿Qué mapas influyeron en el origen de las fronteras modernas?
Los mapas que más influyeron fueron los mapas bíblicos de Tierra Santa que comenzaron a imprimirse entre los siglos XV y XVI. En especial, los elaborados por Pietro Vesconte, los mapas medievales de Burchard de Monte Sión y el mapa de Lucas Cranach el Viejo en la Biblia de 1525. Estos mapas mostraban territorios claramente delimitados y terminaron inspirando la forma moderna de representar fronteras lineales y soberanías territoriales.
🌍 ¿Cuál fue el papel de la Biblia en la historia de la cartografía?
La Biblia desempeñó un papel decisivo porque sus primeras ediciones ilustradas incorporaron mapas de la Tierra Prometida con divisiones tribales. Estos mapas se difundieron masivamente a través de las Biblias protestantes desde el siglo XVI, consolidando la idea de que el territorio debía representarse mediante líneas claras, contiguas y exclusivas, anticipando el concepto moderno de Estado-nación.
🌍 ¿Qué es el mapa de Cranach y por qué fue tan importante?
El mapa de Cranach, incluido en la Biblia de Christoph Froschauer (Zúrich, 1525), fue el primer mapa bíblico impreso con una división completa del territorio en las doce tribus de Israel. Aunque se imprimió al revés por error, su impacto fue enorme: convirtió a la Biblia en un libro renacentista y difundió una nueva forma de imaginar el territorio, influyendo en cómo entendemos hoy las fronteras políticas.
🌍 ¿Cómo cambiaron las ideas de frontera en la Edad Moderna?
Durante la Edad Moderna, las fronteras dejaron de entenderse como zonas ambiguas o áreas de influencia y pasaron a concebirse como líneas definidas que delimitaban territorios homogéneos. Los mapas de la Tierra Santa —originalmente espirituales— fueron reinterpretados como representaciones políticas, y esta visión influyó en el nacimiento del Estado moderno y en la manera contemporánea de pensar la soberanía.
🌍 ¿Por qué los mapas bíblicos tenían tanta influencia en la población?
Porque las Biblias impresas se convirtieron en uno de los libros más difundidos de Europa. Sus mapas, accesibles a lectores comunes, popularizaron una visión cartográfica del territorio mucho antes que los atlas profesionales, moldeando la cultura visual sobre cómo debe organizarse el mundo.
🌍 ¿Qué relación existe entre las doce tribus de Israel y las fronteras modernas?
Aunque las divisiones tribales eran metáforas espirituales en la tradición cristiana medieval, desde el siglo XVI comenzaron a interpretarse como fronteras políticas reales. Esta lectura influyó en juristas y pensadores que modelaron la noción europea de territorios nacionales.
🌍 ¿Es correcto decir que las fronteras actuales tienen un origen bíblico?
No de forma literal. Pero sí puede afirmarse que los mapas inspirados en la Biblia contribuyeron a popularizar la idea de que los territorios debían delimitarse con líneas precisas. Según estudios recientes, estos mapas fueron agentes clave en la transición hacia la visión moderna de fronteras y Estados.
🌍 ¿Quién es Nathan MacDonald y cuál es su aportación?
Nathan MacDonald es profesor en la Universidad de Cambridge y especialista en Antiguo Testamento. Su investigación demuestra que los mapas bíblicos medievales y renacentistas desempeñaron un papel decisivo en la configuración visual de la geopolítica moderna, influenciando tanto la cartografía como la interpretación bíblica.
🌍 ¿Por qué se imprimió al revés el primer mapa bíblico?
Por desconocimiento geográfico. En 1525, la mayoría de impresores europeos nunca había visto un mapa fiable de Palestina. Al invertir accidentalmente la orientación, el Mediterráneo quedó al este, pero nadie del taller lo notó. Aun así, el mapa se convirtió en un precedente histórico.
🌍 ¿Qué papel tuvo la Reforma en la difusión de mapas bíblicos?
La Reforma protestante promovió una lectura literal y contextual de la Biblia, lo que impulsó la inclusión de mapas para situar los relatos en un espacio real. Esto convirtió los mapas bíblicos en una herramienta pedagógica fundamental y multiplicó su difusión por toda Europa.
Información facilitada por la Universidad de Cambridge
Fuente: Nathan MacDonald. Ancient Israel and the Modern Bounded State. The Journal of Theological Studies (2025). DOI: https://doi.org/10.1093/jts/flaf090

