Cómo el cerebro sincroniza sus ondas cerebrales para potenciar la inteligencia
Un estudio afirma que las personas con mayor capacidad cognitiva coordinan mejor sus señales neuronales en situaciones de alta demanda mental.
Por Enrique Coperías
Una joven resuelve un ejercicio de razonamiento lógico basado en patrones geométricos. Este tipo de tareas activa la sincronización de ondas theta en el cerebro, especialmente en personas con alta capacidad cognitiva, según un estudio de la Universidad Johannes Gutenberg. Imagen generada con DALL-E
Cuando el cerebro se enfrenta a una tarea complicada, sus señales eléctricas tienden a organizarse en una especie de armonía neuronal. Como si se tratara de una orquesta bien dirigida y sincronizada, algunas regiones empiezan a actuar al unísono para maximizar el rendimiento.
Un estudio reciente de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU), en Alemania, ha demostrado que esta coordinación cerebral está mejor afinada en personas con mayor capacidad cognitiva y que su flexibilidad para adaptarse a distintas exigencias resulta clave para entender cómo funciona la inteligencia.
«Las señales del área mediofrontal del cerebro se sincronizan mejor en quienes tienen una mayor habilidad cognitiva, especialmente durante momentos críticos de razonamiento», explica la psicóloga Anna-Lena Schubert, autora principal del estudio publicado en la revista Journal of Experimental Psychology: General.
¿Qué son las ondas theta y por qué son importantes para la inteligencia?
El equipo de Schubert analizó una clase específica de ondas cerebrales, las llamadas ondas theta, que oscilan entre los cuatro y ocho hercios. Estas frecuencias, más lentas, suelen aparecer en situaciones que requieren concentración o control consciente del comportamiento.
Mediante electroencefalografía (EEG), una técnica que registra la actividad cerebral a través de electrodos en el cuero cabelludo, los investigadores observaron cómo estas ondas se coordinaban durante la resolución de tareas mentales exigentes.
En el ensayo participaron 148 personas de entre dieciocho y sesenta años, que fueron seleccionadas tras pasar por una batería de pruebas de memoria e inteligencia. Después, mientras se registraba su actividad cerebral, estos volutarios se enfrentaron a una serie de ejercicios diseñados para evaluar su capacidad de adaptación mental.
Uno de los voluntarios del experimento se somete a un EEG mientras realiza una tarea mental. Cortesía: Henrike Jungeblut / Luis Ahrens
El cerebro como una red dinámica y flexible
Uno de estos test consistió en cambiar rápidamente entre dos reglas distintas: decidir si un número era par o impar, y, en el momento siguiente, si era mayor o menor que cinco.
Cada cambio exigía un reajuste mental inmediato, y ahí es donde el estudio encontró diferencias notables. Aquellos con mayor capacidad cognitiva mostraban una sincronización especialmente fuerte de las ondas theta justo en los momentos decisivos. Sus cerebros parecían estar mejor preparados para sostener un pensamiento deliberado cuando más se necesitaba.
«Las personas con mayor conectividad theta en la región mediofrontal del encéfalo tienden a mantener mejor la concentración y a ignorar distracciones, ya sea el zumbido del móvil mientras trabajan o el ruido de una estación de tren mientras leen», explica Schubert.
Inteligencia y conectividad cerebral: más allá de los lóbulos
El hallazgo más sorprendente, según la investigadora, fue la claridad con la que esta sincronización cerebral se relacionaba con la inteligencia. No se trataba de mantener un ritmo constante, sino de ajustar el compás según la situación, como una orquesta que sigue a un director experto. La región mediofrontal parece marcar el ritmo, pero en coordinación con otras áreas cerebrales.
A diferencia de estudios previos centrados en regiones aisladas, esta investigación adoptó una perspectiva de red, observando cómo diferentes zonas del cerebro interactúan entre sí a lo largo de múltiples tareas. Los resultados sugieren que las diferencias individuales en inteligencia están estrechamente ligadas a esta capacidad de coordinación dinámica.
Aunque aún es pronto para aplicaciones clínicas, como entrenamientos personalizados o herramientas de diagnóstico cerebral, Schubert destaca que estos resultados representan un paso importante para entender los mecanismos neuronales de la inteligencia. Su equipo ya prepara un nuevo estudio con participantes mayores de cuarenta años, en el que explorarán cómo influyen otros factores, como la velocidad de procesamiento o la memoria de trabajo, en esta armonía cerebral. ▪️
Información facilitada por la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia
Fuente: Schubert, A.-L., Löffler, C., Jungeblut, H. M., & Hülsemann, M. J. Trait characteristics of midfrontal theta connectivity as a neurocognitive measure of cognitive control and its relation to general cognitive abilities. Journal of Experimental Psychology General (2025). DOI: https://doi.org/10.1037/xge0001780