El entorno ácido del tumor impulsa la supervivencia y el crecimiento de las células cancerosas

En el ambiente hostil de un tumor, la acidez se convierte en aliada: impulsa a las células cancerosas a reorganizar su energía y seguir creciendo donde otras morirían, según un nuevo estudio.

Por Enrique Coperías

El pH ácido del entorno tumoral obliga a las células de cáncer de páncreas a reprogramar su metabolismo energético, una adaptación que favorece su supervivencia en uno de los tumores más agresivos conocidos

El pH ácido del entorno tumoral obliga a las células de cáncer de páncreas a reprogramar su metabolismo energético, una adaptación que favorece su supervivencia en uno de los tumores más agresivos conocidos. Cortesía: DKFZ

Los tumores son entornos hostiles. En su seno escasean el oxígeno y los nutrientes, y se acumulan desechos metabólicos que estresan constantemente a las células cancerosas.

Sin embargo, un estudio del Centro Alemán de Investigación Oncológica (DKFZ), en Alemania, y del Instituto de Patología Molecular (IMP) de Viena, en Austria, revela que precisamente uno de esos factores adversos —la acidez del entorno tumoral— es clave para la supervivencia y el crecimiento del cáncer.

La investigación, publicada en Science, muestra cómo el pH ácido impulsa a las células tumorales a reconfigurar su metabolismo energético para adaptarse y prosperar, especialmente en el cáncer de páncreas. Este ocupa el octavo puesto en frecuencia en España: se los casi 300.000 nuevos casos de cáncer que se detectarán en nuestro país, un 3,5% serán en esta glándula.

La acidez tumoral reprograma el metabolismo de las células cancerosas

El equipo dirigido por Wilhelm Palm, del DKFZ, y Johannes Zuber, del IMP, analizó de forma sistemática cómo se comportaban las células tumorales en condiciones de estrés celular. Mediante la herramienta de edición genética CRISPR-Cas9, los científicos desactivaron uno a uno cientos de genes en células de cáncer pancreático y observaron los efectos sobre su crecimiento tanto en cultivos celulares como en modelos de ratón.

El resultado fue sorprendente: el metabolismo de las células tumorales dependía en gran medida de cómo se ajustaban a la acidez del entorno.

«No es solo la falta de oxígeno o nutrientes lo que altera el metabolismo en el tumor, sino sobre todo la acidificación del entorno tumoral», explica Palm. Bajo estas condiciones, las células cambian su modo de obtener energía: abandonan la producción basada en el azúcar —la glucólisis— y recurren a una respiración celular más eficiente en las mitocondrias, los orgánulos conocidos como las centrales energéticas de la célula

No es solo la falta de oxígeno: el papel central del pH ácido

Los investigadores descubrieron que el pH ácido desencadena cambios profundos en estas estructuras. En circunstancias normales, las mitocondrias de las células cancerosas aparecen fragmentadas en pequeñas unidades.

Pero en un medio ácido se fusionan y forman redes mitocondriales extensas y más eficaces para generar energía. Este proceso se debe a que la acidez inhibe la proteína de señalización ERK, cuya hiperactivación suele provocar la fragmentación mitocondrial. Al evitar esa división, las mitocondrias pueden aprovechar mejor los nutrientes.

Cuando los científicos bloquearon genéticamente esa fusión, las células tumorales perdieron flexibilidad metabólica y crecieron con mucha más lentitud en entornos ácidos.

«Nuestros resultados demuestran que la acidosis tumoral no es un simple subproducto del metabolismo, sino un auténtico interruptor que regula la energía y la supervivencia de las células cancerosas», subraya Zuber. A largo plazo, los autores creen que este hallazgo podría abrir nuevas terapias contra el cáncer dirigidas a sabotear el metabolismo energético de los tumores.▪️

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