Estevia y minoxidil: un nuevo enfoque natural contra la caída del cabello

Un edulcorante natural extraído de la estevia, el esteviósido, podría cambiar el futuro de los tratamientos capilares. Científicos han creado unas microagujas disolubles a base de este azúcar capaces de potenciar el efecto del minoxidil y estimular el crecimiento del cabello sin irritar la piel.

Por Enrique Coperías

Imagen conceptual de un parche experimental de microagujas disolubles, elaborado con esteviósido, el edulcorante natural derivado de la estevia.

Imagen conceptual de un parche experimental de microagujas disolubles, elaborado con esteviósido, el edulcorante natural derivado de la estevia. El parchee aplica sobre el cuero cabelludo para mejorar la absorción del minoxidil. La tecnología, desarrollada por investigadores chinos y australianos, promete un tratamiento más eficaz y seguro contra la alopecia androgénica. Imagen generada con DALL-E

La estevia (Stevia rebaudiana) se ha convertido en las dos últimas décadas en un icono de la alimentación saludable. De las hojas de esta planta asterácea se extraen los esteviósidos, unos compuestos naturales de sabor dulce que, a diferencia del azúcar, no aportan calorías.

Pero su química encierra más secretos que su poder endulzante.

El equipo liderado por los investigadore Junying Zhang y Chungyong Wu, de la China Pharmaceutical University, en China, junto con colaboradores de la Universidad de Sídney, en Australia, ha descubierto que el esteviósido posee una estructura molecular peculiar: combina una parte hidrofóbica, o sea, que repele el agua, con otra hidrofílica, que la atrae.

La estevia, mucho más que un edulcorante natural

Esa dualidad lo convierte en un candidato ideal para actuar como solubilizante, una especie de vehículo molecular capaz de envolver sustancias poco solubles y hacerlas más compatibles con soluciones acuosas.

Entre esas sustancias insolubles se encuentra el minoxidil, un viejo conocido en los tratamientos para la calvicie. Originalmente desarrollado como vasodilatador oral, el minoxidil se convirtió en los años ochenta en un tratamiento tópico de referencia para la alopecia androgénica, la forma más común de pérdida de cabello en hombres y mujeres. Sin embargo, su efectividad depende de su capacidad para atravesar la barrera de la piel, y ahí reside uno de sus mayores obstáculos.

«El minoxidil no se disuelve bien en agua y tiene dificultades para penetrar la epidermis, por lo que su efecto es limitado y lento», explican los autores en el estudio. Las formulaciones actuales —en espuma o loción— dependen de solventes como el alcohol y el propilenglicol, que facilitan la absorción, pero pueden provocar irritación, sequedad o dermatitis en el cuero cabelludo.

«El uso de esteviósido para mejorar la administración de minoxidil representa un paso prometedor hacia tratamientos más efectivos y naturales para la pérdida del cabello, que potencialmente beneficiarían a millones de personas en todo el mundo», afirma Lifeng Kang, de la Universidad de Sídney y coautor del artículo.

La tecnología de microagujas disolubles: una vía directa al folículo

Para superar esas limitaciones, Zhang, Wu y sus colegas diseñaron una nueva forma de administrar el fármaco: un parche de microagujas disolubles fabricadas a partir de esteviósido y cargadas con minoxidil. Estas diminutas agujas —cada una mide menos de un milímetro— perforan suavemente la superficie de la piel y se disuelven en cuestión de minutos, liberando el medicamento directamente en la dermis, cerca de los folículos pilosos.

La técnica no es completamente nueva: las microagujas se han ensayado para suministrar desde vacunas hasta analgésicos, e incluso cosméticos. Pero esta es la primera vez que se utiliza un edulcorante natural como material estructural y vehículo bioquímico en este tipo de dispositivos.

El enfoque tiene varias ventajas. Por un lado, evita los efectos secundarios del alcohol presente en las lociones convencionales. Por otro, mejora la biodisponibilidad del minoxidil: al cruzar directamente la barrera cutánea, una dosis menor logra un efecto más potente y sostenido.

Según el estudio, el esteviósido logra multiplicar por dieciocho la solubilidad del minoxidil en agua, alcanzando de este modo concentraciones de hasta 47 miligramos por mililitro, una cifra muy superior a la habitual. Los análisis de difracción de rayos X y calorimetría diferencial mostraron que el fármaco adopta una forma amorfa dentro de la matriz de steviósido, lo que facilita su disolución.

Además, los experimentos con resonancia magnética nuclear revelaron que el steviósido forma micelas —pequeños agregados moleculares— que encapsulan las moléculas de minoxidil. Esas burbujas microscópicas actúan como cápsulas de transporte, protegiendo el fármaco y favoreciendo su paso a través de la piel.

Resultados preclínicos: más cabello en menos tiempo

El siguiente paso fue probar el invento en modelos animales. Para ello, los científicos utilizaron ratones genéticamente modificados C57BL/6, a los que se les indujo una forma de alopecia androgénica mediante inyecciones de testosterona propionato. Esta hormona bloquea el ciclo de crecimiento del pelo, imitando el proceso que ocurre en los humanos.

Los animales se dividieron en cuatro grupos: uno sin tratamiento, otro con microagujas sin fármaco (solo esteviósido), un tercero con la loción tradicional de minoxidil al 2%, y el último con el nuevo parche de microagujas disolubles cargadas de minoxidil.

Los resultados, tras 35 días de tratamiento, fueron claros. Los ratones tratados con el parche recuperaron hasta el 67,5% del área capilar, frente al 25% del grupo tratado con la loción. En las secciones histológicas de la piel se observaron folículos más numerosos y profundos, y una mayor concentración de melanina, signo de actividad folicular y crecimiento en fase anágena.

«Las microagujas basadas en steviósido no solo facilitaron la absorción del minoxidil, sino que además mostraron un efecto estimulante propio sobre la microcirculación y la regeneración de los folículos», señalan los autores en el artículo. Esa última observación se relaciona con las conocidas propiedades vasodilatadoras de algunos compuestos derivados de la estevia, que podrían potenciar el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo y, con ello, el aporte de nutrientes a las raíces del cabello.

Un tratamiento capilar inteligente y sostenible

El trabajo, publicado en la revista Advanced Healthcare Materials, se inscribe en una tendencia creciente hacia los tratamientos transdérmicos inteligentes. Frente a las pastillas o lociones tradicionales, estas tecnologías buscan combinar la biocompatibilidad con una liberación controlada y localizada de los medicamentos.

En este caso, el parche de microagujas de esteviósido ofrece un triple beneficio:

✅ Aumenta la solubilidad y estabilidad del minoxidil sin recurrir a alcoholes.

✅ Mejora la penetración del principio activo directamente hacia el folículo.

✅ Actúa de forma sostenida, manteniendo niveles terapéuticos durante horas o días.

Los experimentos in vitro mostraron que, en piel porcina —anatómicamente similar a la humana—, el parche liberó el 85% del fármaco en veinticuatro horas, con una retención cutánea del 18%, más del doble que la del minoxidil en solución. Además, las microagujas demostraron suficiente resistencia mecánica para atravesar la epidermis sin romperse y se disolvieron completamente, eliminando cualquier riesgo de residuos.

Hojas de estevia, una fuente de esteviósido

Hojas de estevia, una fuente de esteviósido. Cortesía: Flyingbikie (Robert Lynch, Melbourne/Australia)

Esteviósido: de la cocina al laboratorio

El uso del esteviósido como excipiente farmacéutico no es del todo nuevo. Ya se sabía que sus propiedades anfifílicas le permiten formar micelas y complejos con fármacos lipofílicos, pero su aplicación en dermatología representa un paso adelante. Además, el steviósido cuenta con un historial de seguridad toxicológica favorable: es un compuesto no tóxico, no mutagénico y no acumulativo, aprobado como aditivo alimentario por la Unión Europea desde 2011.

Para los investigadores, esa condición natural y segura abre la puerta a nuevas formulaciones cosméticas y terapéuticas basadas en la stevia. «Los glucósidos naturales como el esteviósido pueden sustituir a surfactantes sintéticos en muchos productos tópicos, desde cremas hasta parches, reduciendo la irritación y mejorando la eficacia», dice Kang.

El reto, sin embargo, será llevar este hallazgo del laboratorio a la práctica clínica. Los autores reconocen que los resultados, aunque prometedores, provienen de modelos animales y deben validarse en ensayos clínicos con humanos. Las diferencias en el ciclo de crecimiento capilar entre especies y la complejidad genética de la alopecia humana obligan a ser cautos.

Microagujas, una revolución discreta en dermatología

Más allá del caso concreto del minoxidil, el estudio se inserta en un campo de innovación biomédica que avanza a gran velocidad: el de las microagujas disolubles. Estos sistemas, inspirados en la acupuntura y la nanotecnología, permiten administrar medicamentos sin dolor y con alta precisión.

Se han probado para la vacunación contra la gripe, el control de la glucosa mediante insulina e incluso la liberación de anestésicos locales. En dermatología, sus aplicaciones van desde el rejuvenecimiento cutáneo hasta la administración de fármacos para el acné o la psoriasis.

La posibilidad de combinar estos microdispositivos con materiales naturales, biodegradables y funcionales —como el steviósido— añade una dimensión ecológica y biocompatible a esta revolución tecnológica. «Estamos ante un ejemplo de cómo un producto cotidiano, como el edulcorante de la stevia, puede transformarse en una herramienta biomédica sofisticada», resume el estudio.

Perspectivas clínicas y desafíos

Si las pruebas clínicas confirman los resultados, los investigadores prevén desarrollar parches capilares de uso domiciliario, capaces de liberar el tratamiento de forma gradual sin necesidad de aplicación diaria. Esa comodidad podría mejorar la adherencia terapéutica, uno de los grandes problemas de los actuales tratamientos contra la alopecia, que requieren constancia durante meses o años.

Además, el enfoque podría adaptarse a otros compuestos activos. Los experimentos iniciales del grupo con otros fármacos insolubles —como cannabidiol, betametasona o paclitaxel— mostraron también una mejora notable en su solubilidad al combinarse con steviósido. Esto sugiere un potencial más amplio, desde terapias antitumorales hasta antiinflamatorios tópicos.

«Las microneedles de steviósido pueden ser una plataforma versátil para la administración transdérmica de múltiples fármacos», explican los investigadores. Su capacidad de autocomposición y su bajo coste de producción las hacen atractivas no solo para uso médico, sino también para la industria cosmética y nutracéutica.

Prudencia, pero también entusiasmo

Los expertos ajenos al estudio coinciden en valorar positivamente la innovación, aunque advierten de que aún faltan datos sobre la duración del efecto, la respuesta inmunológica de la piel y la estabilidad del parche en condiciones reales de uso.

También será necesario evaluar la dosificación exacta en humanos, dado que las microagujas liberan el fármaco directamente en las capas profundas de la piel, lo que podría alterar los niveles sistémicos.

Aun así, el hallazgo ilustra el creciente interés por aprovechar moléculas naturales con múltiples funciones más allá de la alimentación. En palabras de los autores, «el esteviósido representa un puente entre la naturaleza y la nanotecnología aplicada a la salud».

Endulzar el futuro del cabello

La calvicie, más allá de la estética, afecta la autoestima y el bienestar psicológico de millones de personas. Los tratamientos actuales ofrecen resultados modestos y temporales. En ese contexto, un enfoque que combine eficacia, seguridad y comodidad podría marcar un antes y un después.

«Si logramos traducir estos resultados a los seres humanos, podríamos estar ante una nueva generación de terapias capilares más efectivas y sostenibles», concluye el equipo.

Mientras tanto, el esteviósido —el mismo compuesto que endulza el café de millones de personas— podría estar preparándose para endulzar también el futuro del cabello humano.▪️

PARA SABER MÁS: Avance contra la calvicie: descubren una proteína que reactiva la regeneración capilar
  • Fuente: Junying Zhang, Tianyu Shao, Hailiang Li, Luying Zhu, Lamyaa Albakr, Nial J. Wheate, Lifeng Kang, Chungyong Wu. Natural Sweetener Stevioside-Based Dissolving Microneedles Solubilize Minoxidil for the Treatment of Androgenic Alopecia. Advanced Healthcare Materials (2025). DOI: https://doi.org/10.1002/adhm.202503575

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