Hipnosis guiada por audio: una nueva aliada contra los sofocos de la menopausia
Una investigación demuestra que escuchar sesiones de hipnosis guiada puede reducir a la mitad los sofocos de la menopausia. Una terapia sin fármacos, accesible y eficaz, que aprovecha el poder de la mente para calmar el cuerpo.
Por Enrique Coperías
Un estudio pionero muestra que la hipnosis practicada desde casa, con grabaciones de audio, alivia los sofocos de la menopausia con una eficacia superior al placebo. Una alternativa no hormonal que devuelve el control a las mujeres. Imagen generada con DALL-E
Los sofocos de la menopausia son una de las molestias más temidas de esta etapa vital de las mujeres. Llegan sin avisar, hacen sudar, enrojecer, desvelar. Y, aunque las terapias hormonales siguen siendo el tratamiento más eficaz, muchas mujeres no pueden o no quieren recurrir a ellas.
Un nuevo estudio apunta ahora a una alternativa sorprendente y accesible: la hipnosis autoadministrada mediante grabaciones de audio.
Publicado en la revista médica JAMA Network Open, el trabajo, dirigido por el psicólogo Gary Elkins, de la Universidad Baylor, en Estados Unidos, muestra que escuchar a diario sesiones de hipnosis durante seis semanas reduce más de un 50% la frecuencia y la intensidad de los sofocos, frente a un 41% en quienes escucharon grabaciones de hipnosis simulada con ruido blanco.
Los resultados, según los autores, son comparables a los de las terapias presenciales con hipnosis clínica y se mantienen durante al menos tres meses.
¿Qué causa los sofocos en la menopausia?
Hasta un 80% de las mujeres experimentan sofocos durante la transición menopáusica y años después. Los sofocos de la menopausia se deben, según la ciencia, a una alteración del centro termorregulador del cerebro, localizado en el hipotálamo, que deja de percibir correctamente los cambios de temperatura corporal debido a la disminución de los niveles de estrógenos.
Esta caída hormonal estrecha el margen térmico que el organismo considera neutral, de modo que fluctuaciones mínimas bastan para activar mecanismos de enfriamiento como la dilatación de los vasos sanguíneos y la sudoración. A ello se suman cambios en neurotransmisores como la noradrenalina y la serotonina, que amplifican la respuesta vasomotora.
En conjunto, estos procesos convierten el sistema de regulación térmica en un termostato hipersensible, responsable de los repentinos episodios de calor, sudor y enrojecimiento característicos de la menopausia.
¿Por qué los sofocos afectan tanto a las mujeres menopáusicas?
En promedio, los episodios duran entre cuatro y siete años, aunque en algunas mujeres se prolongan más de una década. El fenómeno, conocido en la jerga médica como síntomas vasomotores, no solo causa incomodidad: también afecta el sueño, el estado de ánimo y la calidad de vida.
La terapia hormonal sustitutiva suele ser la primera opción, pero está contraindicada en mujeres con antecedentes de cáncer de mama, enfermedades cardiovasculares o trombosis, y se desaconseja cuando la menopausia comenzó hace más de una década. De ahí la urgencia de encontrar tratamientos no hormonales seguros y eficaces.
La Sociedad de la Menopausia de Norteamérica ya había reconocido la hipnosis clínica como una intervención eficaz, pero su aplicación requería terapeutas formados, lo que limitaba su alcance.
🗣 «Queríamos comprobar si la hipnosis podía funcionar también cuando las propias mujeres la aplican en casa, guiadas por audios —explica Elkins. Y añade—: Si los resultados eran positivos, esto abriría la puerta a una herramienta sencilla, barata y sin efectos secundarios».
Un ensayo clínico innovador sobre hipnosis y sofocos
Los investigadores reclutaron para el estudio a 250 mujeres posmenopáusicas de entre 45 y 70 años, todas con al menos cuatro sofocos diarios o veintiocho semanales. Casi una cuarta parte eran supervivientes de cáncer de mama, un grupo especialmente afectado por los síntomas debido a los tratamientos hormonales o de quimioterapia.
Las participantes fueron divididas aleatoriamente en dos grupos:
✅ Uno escuchó grabaciones de hipnosis guiada con imágenes mentales de frescor y relajación.
✅ El otro, grabaciones de ruido blanco, que imitaban el formato de la sesión sin contenido terapéutico (grupo placebo activo).
En los dos grupos, las sesiones duraban veinte minutos y había que escucharlas a diario durante seis semanas. Ni las voluntarias ni los investigadores sabían quién pertenecía a cada grupo —lo que se conoce como un ensayo ciego simple—, para minimizar sesgos.
El seguimiento incluyó diarios sobre la frecuencia y gravedad de los sofocos, cuestionarios sobre su impacto en la vida cotidiana y escalas de percepción del beneficio. Las participantes también registraron su nivel de adherencia, es decir, cuántos días siguieron las sesiones.
Durante el periodo perimenopaúsico y en la menopausia casi el 70-80% de las mujeres padecen sofocos y sudores nocturnos. La hipnosis guiada por audio se postula como una nueva herramienta para enfriar estos síntomas de la menopausia sin fármacos ni efectos secundarios. Foto de Quốc Bảo
Resultados: menos sofocos, mejor calidad de vida
Tras seis semanas, los resultados no dejaron lugar a la duda. Las mujeres del grupo de hipnosis redujeron su puntuación global de sofocos en un 53,4%, frente al 40,9% del grupo de control. A las doce semanas —es decir, un mes y medio después de finalizar las grabaciones— la mejora se mantenía: una reducción del 60,9% frente al 44,2% en el grupo del ruido blanco.
Además, las participantes que practicaron hipnosis reportaron menos interferencia en su vida diaria, medida con la escala HFRDIS, que evalúa el impacto de los sofocos en el trabajo, el sueño, el ocio o las relaciones. La reducción media fue del 56,6%, frente al 48,8% del grupo control. En particular, la hipnosis mostró mejoras mayores en el sueño, el estado de ánimo y la concentración.
El 90% de las mujeres del grupo de hipnosis afirmó que su situación había mejorado —“algo mejor”, “moderadamente mejor” o “mucho mejor”—, frente al 64% de las del grupo control. Ninguna participante sufrió efectos adversos relevantes.
El beneficio fue aún más pronunciado entre las mujeres con antecedentes de cáncer de mama, que lograron reducciones de hasta un 62% en la intensidad de los sofocos. «Esto es especialmente relevante, porque estas pacientes suelen tener pocas opciones seguras y padecen síntomas más graves», destaca Elkins.
La importancia de la práctica y la adherencia
El estudio también confirmó algo que los hipnoterapeutas conocen bien: la práctica regular es clave para un buen resultado. Cuanto más constante fue la escucha de las grabaciones, mayores fueron los beneficios. En promedio, las mujeres del grupo de hipnosis aumentaron su frecuencia de práctica de siete a once sesiones semanales durante el tratamiento.
El equipo comparó la magnitud del efecto con la obtenida en ensayos previos de hipnosis presencial. Los resultados fueron similares, lo que sugiere que la autohipnosis guiada podría ofrecer una alternativa igual de efectiva y mucho más accesible.
🗣 «Este tipo de intervención puede realizarse desde casa, sin necesidad de desplazarse ni pagar sesiones clínica —afirma la coautora Debra Barton, enfermera investigadora en la Universidad de Tennessee. Y añade—: Podría democratizar el acceso a terapias psicológicas basadas en la evidencia».
Más allá del placebo: cómo actúa la hipnosis
El uso de un grupo control activo —las grabaciones de ruido blanco— es uno de los puntos fuertes del estudio. En investigaciones sobre terapias mente-cuerpo, los efectos placebo pueden ser potentes: el simple hecho de participar en una intervención relajante ya produce alivio. Aquí, sin embargo, la diferencia entre grupos fue estadísticamente significativa.
«Las mujeres que escucharon ruido blanco también mejoraron, quizá por efecto placebo y por el tiempo que dedicaron a relajarse —comenta Elkins—. Pero la hipnosis añadió un componente terapéutico específico, que multiplicó el beneficio».
La hipnosis clínica se basa en inducir un estado de concentración y relajación profunda, durante el cual el cerebro se muestra más receptivo a las sugerencias. En este caso, las grabaciones guiaban a las participantes a imaginar sensaciones de frescor que contrarrestaban la respuesta vasomotora que causa los sofocos. «No se trata de magia, sino de entrenamiento mental —apunta Elkins—. Las imágenes mentales pueden modular la respuesta fisiológica y ayudar al cuerpo a regularse».
Sin efectos secundarios y con potencial terapéutico
A diferencia de los fármacos o las hormonas, la hipnosis no tiene efectos secundarios conocidos. En el ensayo, apenas un 3% de las participantes reportó molestias leves —como somnolencia o distracción—, sin relación directa con la intervención. Ninguna abandonó por causas médicas.
Los investigadores subrayan, no obstante, que el estudio tiene limitaciones: la mayoría de las participantes eran blancas, no hispanas y con educación universitaria, lo que podría afectar a la generalización de los resultados.
También falta investigar cuánto duran los efectos a largo plazo, y si las mujeres con sofocos requieren sesiones de refuerzo para conservar los beneficios.
La hipnosis como terapia complementaria y digital
La hipnosis clínica ha sido explorada para el tratamiento del dolor crónico, el síndrome del intestino irritable o la ansiedad, y la evidencia científica ha ido creciendo en los últimos años. Este ensayo es el primero en demostrar su eficacia cuando se administra de forma autónoma y remota para los sofocos.
El estudio fue financiado por el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa de Estados Unidos, sin participación del patrocinador en el diseño ni en el análisis de los datos.
Para los autores, el siguiente paso será evaluar si la hipnosis autoguiada puede integrarse en programas de salud pública o aplicaciones móviles. De hecho, algunos de los investigadores colaboran ya con plataformas digitales de bienestar mental. «Nuestro objetivo es hacer que esta herramienta llegue a más mujeres, especialmente a quienes no tienen acceso fácil a atención especializada», resume Elkins.
El cerebro, un termostato natural
Los sofocos son, como ya se ha mencionado, el resultado de una desregulación del sistema termorregulador del cerebro, probablemente vinculada a los cambios hormonales que acompañan a la menopausia.
La hipótesis de los investigadores es que la hipnosis ayuda a reprogramar la percepción del calor y la respuesta vascular asociada, favoreciendo una sensación de frescor y calma.
Aunque el mecanismo exacto sigue siendo objeto de estudio, el hallazgo refuerza una idea cada vez más aceptada en la medicina moderna: las técnicas psicológicas pueden influir en procesos corporales reales, y el entrenamiento mental puede convertirse en una poderosa herramienta terapéutica.
Del diván al altavoz: la hipnosis sin estigma
Si la palabra hipnosis evoca imágenes de relojes oscilantes y pérdida de control, los científicos insisten en que nada más lejos de la realidad. «La hipnosis clínica es un estado natural de atención focalizada, similar al que experimentamos al leer o meditar —explican los autores del estudio—. “No se pierde la conciencia ni el control; al contrario, se gana capacidad para modular la propia experiencia corporal».
En un mundo saturado de soluciones rápidas y fármacos milagro, esta investigación recuerda que, a veces, la mente puede ser el mejor remedio. Y que bastan unos auriculares, veinte minutos al día y una voz calmada que invite a imaginar frescor, para transformar la experiencia de miles de mujeres que conviven cada noche con el fuego interior de la menopausia. ⏹

