Imagen: el telescopio James Webb descubre miles de galaxias ocultas en el campo ultraprofundo del Hubble
Una nueva imagen del telescopio James Webb saca a la luz más de 2.500 galaxias, muchas jamás vistas, en uno de los rincones más antiguos del cosmos. El legado del Hubble cobra nueva vida con la mirada infrarroja más profunda jamás obtenida del universo.
Por Enrique Coperías
Miles de galaxias de diferentes formas y tamaños pueblan esta pequeña región del espacio profundo. Las más lejanas apenas se perciben como puntos, mientras que las cercanas destacan con formas espirales o brillan intensamente. Los tonos rojos y naranjas indican mayor presencia de polvo o intensa actividad estelar. Cortesía: ESA/Webb, NASA & CSA, G. Östlin, P. G. Perez-Gonzalez, J. Melinder, the JADES Collaboration, M. Zamani (ESA/Webb)
El telescopio espacial James Webb, fruto de la colaboración entre la NASA, la ESA y la agencia espacial canadiense (CSA), ha vuelto a posar su mirada sobre uno de los rincones más célebres del cosmos: el campo ultraprofundo del Hubble.
Esta vez, lo ha hecho con una precisión y profundidad sin precedentes, combinando la potencia de dos de sus instrumentos para desvelar nuevas pistas sobre el origen y la evolución de las galaxias en el universo primitivo.
El campo ultraprofundo del Hubble (HUDF, por sus siglas en inglés) es una de las imágenes más icónicas jamás tomadas del universo. Fue captada por el telescopio espacial Hubble en 2004, tras apuntar durante casi un millón de segundos —unos once días— hacia una pequeñísima región del cielo en la constelación del Horno, aparentemente vacía.
El resultado del James Webb ha sido asombroso: una imagen repleta de unas 10.000 galaxias, muchas de ellas entre las más lejanas y antiguas jamás observadas, que se formaron apenas unos cientos de millones de años después del big bang. Algunas tienen más de 13.000 millones de años de antigüedad.
MIDIS, una de las observaciones más profundas del universo
Este campo demostró que incluso las regiones más oscuras del cielo están pobladas de estructuras cósmicas y cambió radicalmente nuestra comprensión sobre la formación de galaxias en el universo primitivo. El HUDF se convirtió en una piedra angular de la cosmología moderna y es un referente en la investigación astronómica hasta hoy.
La región observada, conocida como MIDIS (MIRI Deep Imaging Survey), ha sido escudriñada durante casi cien horas con el filtro de onda más corta del instrumento de infrarrojo medio MIRI. Es la observación más larga realizada por el James Webb de un campo extragaláctico con un solo filtro, lo que ha permitido obtener una de las imágenes más profundas del cosmos jamás captadas.
A estos datos se suman los obtenidos por la cámara de infrarrojo cercano NIRCam, que ha proporcionado una visión combinada que permite rastrear el crecimiento y el desarrollo de las galaxias a lo largo de miles de millones de años.
Más de 2.500 galaxias, muchas desconocidas hasta ahora
En este minúsculo fragmento del cielo, el James Webb ha identificado más de 2.500 galaxias, muchas de ellas extremadamente lejanas. Entre ellas destacan cientos de galaxias rojas, que los astrónomos interpretan como posibles galaxias masivas cubiertas de polvo o estructuras evolutivamente avanzadas, con estrellas maduras formadas en los albores del cosmos.
Gracias a la alta resolución del telescopio, incluso en longitudes de onda medias, los investigadores pueden distinguir la morfología de estas galaxias y analizar cómo se distribuye su luz, lo que aporta información crucial sobre su estructura interna y su evolución galáctica.
La imagen, cuidadosamente coloreada para representar distintos tipos de luz infrarroja, permite distinguir detalles sutiles en los objetos captados.
¿Qué revela el color en esta imagen infrarroja?
✅ Naranjas y rojos: indican presencia de polvo, estrellas jóvenes o núcleos activos, con fuerte emisión en el infrarrojo medio.
✅ Verdes y blancos: representan galaxias muy lejanas con alto corrimiento al rojo, cuya luz ha sido desplazada hacia el infrarrojo por la expansión del universo.
✅ Azules y cianes: marcan objetos más cercanos o con menos emisiones en el rango medio del espectro.
Esta codificación de colores permite diferenciar galaxias por edad, distancia y actividad, lo que resulta clave para los estudios de cosmología observacional y evolución galáctica.
Al regresar a esta región emblemática, que el telescopio Hubble convirtió en un icono astronómico hace dos décadas, el James Webb no solo continúa la tradición de los campos profundos, sino que la renueva con una mirada más aguda y sensible.
La imagen además de ofrecer una perspectiva más rica del cosmos distante, permite descubrir galaxias antes invisibles y comprender mejor la aparición de las primeras estructuras cósmicas tras el big bang. Una nueva ventana al pasado remoto del universo acaba de abrirse.▪️
Fuente: ESA