Las emociones en el trabajo: cómo influye el lenguaje emocional en la colaboración y la productividad
Un nuevo estudio revela que la forma en que se expresa una ayuda en el entorno laboral afecta a la confianza, la reciprocidad y la calidad de las relaciones profesionales.
Por Enrique Coperías
Un gesto de ayuda acompañado de gratitud refuerza la confianza y la colaboración entre compañeros de trabajo, según un estudio sobre la influencia de las emociones en el entorno laboral. Imagen generada con DALL-E
En el entorno laboral, no basta con ayudar a un compañero: cómo se expresa esa ayuda puede marcar la diferencia entre fortalecer una relación o debilitarla.
Así lo demuestra una investigación de la Washington State University, en Estados Unidos, que analiza cómo las expresiones emocionales impactan en la percepción de la ayuda en el trabajo.
El trabajo, publicado en el Academy of Management Journal, señala que las emociones que acompañan a los gestos de ayuda en los entornos laborales pueden determinar si esta es bien recibida, malinterpretada o incluso rechazada.
Emociones positivas como motor de colaboración
La investigación, liderada por Stephen Lee, profesor adjunto de Gestión en la Carson College of Business, concluye que quienes ayudan mostrando gratitud o simpatía son percibidos como más sinceros y generosos, lo que fomenta la confianza y la cooperación futuras.
En cambio, cuando la ayuda viene acompañada de expresiones de orgullo o desprecio, se tiende a sospechar de las intenciones, lo que debilita los vínculos laborales y reduce las posibilidades de reciprocidad.
«En el trabajo se suele promover el comportamiento colaborativo, pero no toda ayuda es igual a ojos de quien la recibe —explica Lee—. No es solo si ayudas, sino cómo lo haces y qué emociones expresas lo que moldea la respuesta de los demás».
Emociones como señales sociales en el trabajo
El estudio se fundamenta en el enfoque de las emociones como información social, que entiende las emociones no solo como estados internos, sino como señales que comunican intenciones. De este modo, las emociones socialmente comprometidas, como la gratitud y la simpatía, señalan interés genuino por el otro.
Por el contrario, las emociones desvinculadas, caso del orgullo y del desprecio, comunican distancia o autosuficiencia, y tienden a sugerir intereses egoístas o distanciamiento.
La investigación también identificó el mecanismo que explica por qué ciertas emociones generan mejores relaciones laborales: el efecto de las emociones expresadas en la calidad de la relación y la disposición a corresponder se debe, principalmente, a la atribución de motivos prosociales por parte del receptor. Es decir, lo que impulsa a una persona a devolver el favor no es simplemente el gesto de ayuda, sino la percepción de que esta fue sincera y desinteresada.
Evidencia empírica: tres estudios y un piloto
Los hallazgos de Lee y su colega Michael D. Johnson, de la Universidad de Washington, se basan en tres estudios y un trabajo piloto con adultos en activo y estudiantes.
En ellos, los participantes recordaron experiencias reales de ayuda, realizaron tareas interactivas en laboratorio o respondieron a situaciones simuladas con compañeros de trabajo.
En todos los casos, las emociones que implicaban conexión social se asociaron con percepciones de motivaciones altruistas, relaciones más sólidas y una mayor disposición a corresponder.
Implicaciones para empresas, líderes y equipos
Los resultados de este trabajo tienen importantes implicaciones para la cultura empresarial, el liderazgo emocional y la gestión del talento. Fomentar una comunicación emocional auténtica, basada en la empatía, la gratitud y el reconocimiento, puede reforzar las redes de apoyo y mejorar el clima laboral.
«Ayudar desde la gratitud o la preocupación genuina tiene más probabilidades de generar relaciones laborales duraderas y positivas —afirma Lee—. Los líderes pueden marcar la pauta mostrando esas emociones cuando apoyan a sus equipos».
También a nivel individual se pueden cultivar estas emociones mediante la reflexión sobre experiencias previas o practicando la empatía. «Cuando expresamos gratitud o simpatía auténticas, no solo beneficiamos a otros” —dice Lee. Y concluye—: Estamos construyendo relaciones más sólidas y un entorno de trabajo más humano». ▪️