¿Por qué queremos estar en pareja? Las verdaderas razones detrás del deseo de tener una relación romántica
Un estudio científico concluye que las motivaciones para buscar pareja son muy distintas entre sí, y no todas conducen al amor feliz.
Por Enrique Coperías
¿Todas las personas desean una pareja? ¿Queremos estar en una relación por amor, por presión social o por miedo a la soledad? Estas preguntas son más comunes de lo que parecen en la era de las apps de citas y los vínculos líquidos. Y ahora, por fin, tienen respuesta científica. Foto: Toa Heftiba
En una era en la que las apps de citas parecen haber convertido el amor en una especie de mercado digital, una pregunta fundamental ha pasado curiosamente desapercibida para la ciencia del comportamiento: ¿por qué, exactamente, queremos estar en pareja? Es más, ¿todas las personas desean tener su media naranja? ¿Queremos estar en una relación por amor, por presión social o por miedo a la soledad?
Un grupo de investigadores de las universidades de Toronto, McGill y California se ha propuesto responder a esa pregunta con el rigor de la psicología científica. El estudio, publicado en la revista Personality and Social Psychology Bulletin, parte de una premisa simple pero potente: no todas las personas buscan una relación por las mismas razones.
Algunos lo hacen por placer, otros por presión social, los hay por miedo a la soledad... y hay quienes, directamente, no quieren estar en pareja. Y todas estas razones importan.
Una nueva forma de medir el deseo amoroso
El equipo, liderado por Geoff MacDonald, de la Universidad de Toronto, en Canadá, ha desarrollado una escala de motivaciones para evaluar por qué las personas solteras desean —o no— iniciar una relación romántica. La llamaron AMRPS (siglas en inglés de Escala de Motivación Autónoma para la Búsqueda Romántica), y está basada en la teoría de la autodeterminación, un enfoque de la psicología motivacional que sostiene que las personas actúan con mayor compromiso, bienestar y eficacia cuando sus decisiones provienen de una motivación interna y autónoma, en lugar de la presión externa o el control.
Desarrollada por Edward Deci y Richard Ryan, la teoría de la autodeterminación establece un marco que diferencia entre las motivaciones internas o autónomas y las externas o controladas.
En palabras de MacDonald, la idea de fondo es que nuestras razones para actuar —ya sea aprender, hacer ejercicio o enamorarnos— no son iguales en calidad. Buscar pareja porque uno lo disfruta o lo considera valioso es muy distinto a hacerlo para no parecer un fracasado o para agradar a la familia.
Esta teoría, que ya ha sido aplicada con éxito en campos como la educación, el deporte o la salud mental, nunca se había utilizado para mapear de forma sistemática las razones por las que alguien podría —o no— querer una relación sentimental. Hasta ahora.
Seis formas de buscar (o evitar) el amor
El estudio identifica seis tipos de motivación que pueden explicar por qué una persona soltera busca una relación:
1️⃣ Intrínseca: buscar pareja porque estar en una relación resulta divertido, satisfactorio o gratificante en sí mismo.
2️⃣ Identificada: valorar las relaciones como un objetivo personal importante, aunque no siempre placentero.
3️⃣ Introyección positiva: buscar pareja para sentirse más valioso o demostrar que uno puede conseguir una relación.
4️⃣ Introyección negativa: Establecer pareja para evitar la culpa, la vergüenza o la sensación de fracaso por seguir soltero.
5️⃣ Externa: estar en pareja para agradar a los demás o cumplir con expectativas sociales o familiares.
6️⃣ Amotivación: no tener un motivo claro ni interés genuino en estar en pareja.
Según los datos, los motivos intrínsecos y los identificados fueron los más comunes entre los participantes en el estudio, mientras que los motivos más controlados, como la presión social, fueron menos frecuentes.
¿Qué motivaciones llevan realmente al enamoramiento?
Para entender cómo se forman las parejas —y por qué muchas no lo hacen— necesitamos comprender no solo el qué, sino el por qué. En dos estudios con más de 4.000 participantes de distintos países, los autores del trabajo examinaron cómo estas motivaciones se relacionan con factores clave como el miedo a la soltería, el estilo de apego, el deseo de compromiso o incluso la disposición a buscar relaciones serias o casuales.
Los resultados mostraron que las personas con motivaciones más autónomas (intrínsecas e identificadas) eran más propensas a tener una visión positiva del amor, mostraban mayor disposición al compromiso y, en general, tenían más probabilidades de iniciar una relación a los seis meses de haber sido encuestadas.
Por el contrario, quienes se movían por motivos controlados —como la presión social o el miedo a quedarse solos— no sólo tenían menos éxito a la hora de encontrar pareja, sino que, en algunos casos, reportaban menos satisfacción emocional.
Las personas que buscan pareja por razones internas —placer, valores personales— tienen más éxito en el amor. Según el estudio, estas motivaciones autónomas favorecen relaciones más duraderas, compromiso y bienestar emocional. Foto: Christian Buehner
El miedo a la soltería como motor (im)productivo
Una de las variables más interesantes del estudio fue el miedo a estar solo. Esta ansiedad, que puede ser tan cotidiana como angustiante, estuvo fuertemente relacionada con motivaciones de tipo introyectado —buscar pareja para sentirse menos mal consigo mismo— y también con motivaciones externas —como agradar a familiares o amigos—.
Sin embargo, paradójicamente, estas razones se asociaron con una menor probabilidad de lograr una relación satisfactoria.
La explicación puede parecer contraintuitiva, pero tiene sentido desde la psicología: quienes buscan una pareja desde la inseguridad o la autoexigencia tienden a actuar de forma más impulsiva, menos selectiva y con mayor temor al rechazo. Todo eso, a la larga, puede sabotear las posibilidades de éxito amoroso.
Cuando no tener motivación también lleva al amor
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio fue que algunas personas que inicialmente no mostraban motivación alguna para tener pareja terminaron en una relación estable seis meses después. ¿Cómo se explica esto?
Los autores especulan con que, en algunos casos, quienes se sienten amotivados podrían estar satisfechos con su vida sexual o emocional sin necesidad de un compromiso formal.
Pero en contextos como las relaciones sexuales casuales o las amistades con derecho a roce, es posible que surjan vínculos afectivos que acaben en una relación. Un fenómeno que los autores llaman sesgo de progresión: la tendencia de ciertos vínculos a evolucionar hacia algo más serio, incluso cuando no era la intención inicial.
Las relaciones como meta... y como espejo
Otro aspecto revelador del trabajo es la relación entre el tipo de motivación y el tipo de pareja buscada. Por ejemplo, quienes tenían motivaciones intrínsecas tendían a valorar cualidades emocionales como el sentido del humor o la complicidad. Los que se guiaban por motivaciones identificadas podían estar más centrados en proyectos concretos, como formar una familia.
En cambio, los motivados por la autoimagen o por presiones externas tendían a fijarse en atributos más superficiales, como el estatus social o el atractivo físico.
Estas diferencias no solo afectan al tipo de pareja que se busca, sino también a la calidad de la relación una vez establecida. Aunque el estudio no encontró diferencias significativas en la satisfacción durante los primeros seis meses, investigaciones previas sugieren que las motivaciones autónomas favorecen relaciones más estables y gratificantes a largo plazo.
¿Qué tipo de motivación predice una relación feliz? Las motivaciones intrínsecas y motivaciones identificadas son las que mejor predicen una relación duradera y satisfactoria. Son aquellas que nacen del deseo genuino, no de la presión social. Foto: Masha S
¿Sirve esto para mejorar nuestras relaciones?
Posiblemente sí. Comprender nuestras propias motivaciones podría ayudarnos a tomar decisiones más conscientes y saludables en el terreno amoroso. Buscar una relación de pareja por presión externa o por miedo a estar solo puede llevarnos a vincularnos con personas que no encajan con nuestras verdaderas necesidades.
Por el contrario, cuando el deseo de estar en pareja nace de valores personales o de una auténtica satisfacción emocional, las probabilidades de éxito aumentan.
Los autores del estudio insisten en que el deseo de pareja no es universal ni obligatorio. De hecho, un número creciente de personas —especialmente mujeres mayores— afirma no querer una relación a menos que sea verdaderamente satisfactoria. Y eso, dicen los investigadores, también es una forma válida de autodeterminación emocional.
El futuro del amor, según la ciencia
Esta investigación aporta una herramienta novedosa para explorar cómo, por qué y con qué resultados las personas buscan el amor. También abre nuevas preguntas: ¿cómo cambian nuestras motivaciones románticas a lo largo de la vida? ¿Qué papel juega el contexto cultural? ¿Cómo influye la autoestima o el entorno familiar en nuestros deseos románticos?
Mientras la tecnología sigue transformando las formas de relacionarnos, la ciencia del amor nos recuerda que, en el fondo, nuestras decisiones sentimentales siguen estando atravesadas por emociones, expectativas y motivaciones muy humanas. Y que entenderlas no solo puede ayudarnos a encontrar pareja, sino también a comprendernos mejor a nosotros mismos. ▪️
Fuente: Geoff MacDonald et al. Why Do You Want a Romantic Relationship? Individual Differences in Motives for Romantic Relationship Pursuit. Personality and Social Psychology Bulletin (2025). DOI: https://doi.org/10.1177/01461672251331699