Primeras imágenes del polo sur del Sol, captadas por la sonda europea Solar Orbiter

Por primera vez, una nave espacial ha obtenido imágenes directas de los polos del Sol, una región inexplorada que guarda las claves del clima espacial y el ciclo magnético solar.

Por Enrique Coperías

Imagen del polo sur solar, en la parte inferior, tomada por la sonda europea Solar Orbiter. Foto: ESA

Hasta ahora, todas las imágenes que conocíamos del Sol se habían tomado desde la misma perspectiva: su ecuador. La razón es sencilla. Tanto la Tierra como el resto de planetas —y prácticamente todas las misiones espaciales— orbitan el Sol en un plano común, conocido como el plano de la eclíptica.

Pero eso ha cambiado gracias al Solar Orbiter, una misión liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA), que ha logrado algo sin precedentes: observar los polos solares desde fuera de ese plano orbital. El Solar Orbiter es el laboratorio científico más complejo que jamás haya estudiado nuestra estrella vital, y ha tomado imágenes del Sol desde más cerca que ninguna otra nave espacial hasta ahora.

El pasado mes de marzo, el Solar Orbiter alcanzó una inclinación de 17° respecto al ecuador solar, lo que le permitió obtener las primeras imágenes directas del polo sur del Sol. Esta campaña de observación, realizada entre los días 16 y 17 de ese mes, marca un hito en la exploración solar.

«Los polos del Sol eran literalmente tierra incógnita —explica el profesor Sami Solanki, director del instrumento PHI en el Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar (Alemania). Y añade—: No sabíamos qué esperar».

Caos magnético en el polo sur solar

Las imágenes reveladas por la sonda europea muestran un panorama inesperado. Lejos de presentar un campo magnético solar organizado, el polo sur solar aparece como un mosaico caótico, donde se entremezclan zonas con polaridad norte y sur. Este fenómeno es característico del máximo solar, la fase del ciclo solar de once años en la que el campo magnético del Sol se invierte.

Normalmente, tras la inversión del campo magnético, se forma un nuevo polo dominante. Sin embargo, el Solar Orbiter ha captado el proceso en pleno desarrollo, justo en el momento ideal para estudiar cómo se construye un nuevo polo magnético solar.

«Todavía no comprendemos del todo cómo se produce esa reorganización del campo», admite Solanki. El seguimiento que realizará la sonda Solar Orbiter durante los próximos años —a medida que aumente aún más su inclinación orbital— permitirá por primera vez estudiar este proceso desde una posición privilegiada.

Collage que muestra la vista del polo sur del Sol captada por Solar Orbiter los días 16 y 17 de marzo de 2025, desde un ángulo de observación de aproximadamente 15° por debajo del ecuador solar.

Collage que muestra la vista del polo sur del Sol captada por Solar Orbiter los días 16 y 17 de marzo de 2025, desde un ángulo de observación de aproximadamente 15° por debajo del ecuador solar. Esta fue la primera campaña de observación en alta inclinación de la misión, realizada pocos días antes de alcanzar su ángulo máximo actual de 17°. Cortesía: ESA & NASA/Solar Orbiter/PHI, EUI and SPICE Teams

Los instrumentos que revelaron los secretos del astro rey

De los diez instrumentos científicos a bordo de Solar Orbiter, tres han sido claves en esta primera campaña polar:

El PHI: capta el campo magnético solar en luz visible.

El EUI: observa la corona solar en el ultravioleta extremo, a temperaturas de más de un millón de grados centígrados.

✅ SPICE: analiza mediante espectroscopía el espectro de elementos como hidrógeno, carbono, oxígeno y magnesio para entender la dinámica de las capas atmosféricas del Sol.

Primer mapa de velocidades en la región de transición solar

El instrumento SPICE, en particular, ha logrado otro avance pionero: medir por primera vez desde una alta latitud solar la velocidad a la que se mueven las partículas solares en la región de transición, una delgada capa donde la temperatura solar pasa abruptamente de 10.000 °C a cientos de miles.

Gracias al efecto Doppler —el mismo que hace cambiar el tono de una sirena al acercarse o alejarse—, los científicos han creado mapas de velocidad que muestran flujos de gas a distintas alturas de la atmósfera solar. Estas observaciones solares son esenciales para entender cómo se origina el viento solar, ese flujo constante de partículas cargadas que el Sol lanza al espacio y que afecta tanto a satélites como a redes eléctricas en la Tierra.

«Hasta ahora, todas las mediciones del viento solar desde los polos se veían limitadas por una perspectiva oblicua —señala Frédéric Auchère, responsable del instrumento SPICE. Y añade—: Con esta nueva posición, la Solar Orbiter va a revolucionar la física solar».

El instrumento PHI de la Solar Orbiter observa un magnetismo confuso en el polo sur del Sol. Cortesía: ESA & NASA/Solar Orbiter/PHI Team, J. Hirzberger (MPS)

Lo que viene: una escalera al cielo

La información recién publicada es solo el inicio. La misión Solar Orbiter aún no ha alcanzado su inclinación máxima, y en los próximos años continuará elevando su órbita para obtener vistas cada vez más detalladas de ambos polos solares. Se espera que el conjunto completo de datos científicos solares de este primer paso polar llegue a la Tierra en octubre de 2025. A bordo de la nave, una decena de instrumentos científicos seguirán captando datos sin precedentes.

«Hoy revelamos las primeras vistas humanas de los polos del Sol —celebra Carole Mundell, directora científica de la ESA. Y continúa—Es fundamental entender el funcionamiento del Sol, tanto por su papel en el origen de la vida como por su impacto sobre nuestras tecnologías modernas».

La misión Solar Orbiter avanza, escalando lo que los científicos llaman su escalera al cielo. Peldaño a peldaño, está desvelando una cara oculta del astro rey. Una que, hasta ahora, había permanecido literalmente en las sombras. ▪️

  • Información facilitada por la ESA

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