Cómo el rápido crecimiento cerebral ayuda a los bebés humanos y a los titíes a aprender a hablar
El balbuceo de los bebés y los chillidos de los titíes esconden un secreto común: un cerebro que crece a toda velocidad. Un nuevo estudio demuestra cómo esa coincidencia evolutiva explica el origen del aprendizaje del lenguaje en los seres humanos y primates.
¿Por qué no nos acordamos de cuando éramos bebés?
¿Podemos recordar nuestros primeros años de vida? Un estudio de Yale revela que los bebés sí almacenan recuerdos, pero con el tiempo, estos podrían quedar ocultos en el cerebro.