Tormentas oceánicas subglaciares: el fenómeno que acelera el deshielo en la Antártida Occidental

Bajo las plataformas de hielo de la Antártida Occidental se libra una batalla invisible: turbulencias oceánicas que actúan como auténticas tormentas y derriten los glaciares desde abajo en cuestión de horas. Un proceso inesperado y acelerado que redefine la comprensión del deshielo y alerta sobre el futuro del nivel del mar.

Por Enrique Coperías

Vista aérea del glaciar Thwaites, en la Antártida Occidental, uno de los glaciares afectados por un nuevo catalizador del deshielo, las tormentas oceánicas.

Vista aérea del glaciar Thwaites, en la Antártida Occidental, uno de los glaciares afectados por un nuevo catalizador del deshielo, las tormentas oceánicas. Cortesía: NASA / OIB / Jeremy Harbeck

Un hallazgo clave para entender el aumento del nivel del mar

Investigadores de la Universidad de California en Irvine (UC Irvine) y del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA han identificado un nuevo y preocupante motor del deshielo antártico: auténticas tormentas oceánicas que actúan bajo las grandes plataformas de hielo y que aceleran su desintegración en cuestión de horas.

El hallazgo, publicado recientemente en Nature Geoscience, abre una ventana inédita sobre procesos rápidos y de pequeña escala que hasta ahora quedaban fuera de los modelos climáticos, pese a su enorme impacto en glaciares tan vulnerables como Thwaites y Pine Island, en el mar de Amundsen (Antártida Occidental).

El equipo de investigación, constituido por Mattia Poinelli, Lia Siegelman, de la Institución Scripps de Oceanografía (UC San Diego), y Yoshihiro Nakayama, de Dartmouth College, estudió por primera vez episodios de fusión del hielo inducidos por el océano en escalas temporales de días, más propias de la meteorología que de la climatología habitual de la región. Mediante simulaciones de alta resolución y observaciones ancladas en el fondo marino, lograron reconstruir estructuras submesoescalares, esto es, remolinos y frentes entre uno y diez kilómetros, capaces de transportar agua cálida hacia las cavidades situadas bajo las plataformas de hielo.

Un bucle de retroalimentación que multiplica el deshielo

🗣️ «Del mismo modo que los huracanes amenazan las zonas costeras, estas estructuras submesoscalares avanzan por el océano abierto hasta chocar contra las plataformas y causar daños considerables —explica Poinelli, investigador posdoctoral de UC Irvine y afiliado a la NASA, que lidera el estudio. Y añade—: Provocan la intrusión de agua más cálida bajo el hielo y lo derriten desde abajo. Son procesos presentes durante todo el año en el mar de Amundsen y constituyen un factor clave del deshielo submarino».

El mecanismo, además, se retroalimenta. Conforme las plataformas se funden, liberan agua dulce y generan frentes inestables que intensifican estos temporales oceánicos. Ese aumento de turbulencia impulsa a su vez mayores flujos verticales de calor hacia la base del hielo, multiplicando la fusión. «La actividad submesoescala dentro de la cavidad es a la vez causa y consecuencia del deshielo», resume Poinelli.

Los autores calculan que estos procesos efímeros y de alta frecuencia explican cerca de una quinta parte de la variabilidad total del deshielo submarino a lo largo de un ciclo estacional completo. En episodios extremos, la fusión puede triplicarse en cuestión de horas cuando estos remolinos golpean el frente glaciar y se cuelan bajo la plataforma.

Coincidencia entre modelos y observaciones reales

Las simulaciones concuerdan con observaciones independientes procedentes de fondeos cercanos y de flotadores desplegados en otros sectores de la Antártida, que registran picos intermitentes de calentamiento oceánico y salinidad a profundidades similares a las descritas en el estudio.

Según Poinelli, el área entre las plataformas de Crosson y Thwaites es «un punto caliente submesoescala». La lengua flotante de Thwaites y el relieve marino poco profundo actúan como una barrera que potencia la turbulencia y hace a la región especialmente frágil.

El trabajo adquiere relevancia adicional en un contexto de rápido calentamiento global. La Antártida Occidental, cuyo colapso completo podría elevar el nivel del mar hasta tres metros, se enfrenta a escenarios futuros con aguas más cálidas, periodos más largos de polinias —aberturas de agua libre rodeadas de hielo— y una menor cobertura helada en superficie. Todos estos factores favorecerían la proliferación de estos frentes energéticos.

La necesidad urgente de nuevas herramientas para estudiar el océano oculto

🗣️ «Nuestros resultados demuestran que estas finas estructuras, a menudo pasadas por alto, son en realidad motores fundamentales de la pérdida de hielo —afirma Poinelli—. Es imprescindible incorporarlas a los modelos climáticos para mejorar las proyecciones de aumento del nivel del mar».

Para Eric Rignot, profesor de Ciencias del Sistema Terrestre en la UC Irvine y asesor del equipo, el proyecto, financiado por el Programa de Ciencias Criósféricas de la NASA, pone sobre la mesa una carencia urgente: «necesitamos financiar y desarrollar mejores instrumentos de observación, incluidos robots oceánicos avanzados capaces de medir estos procesos suboceánicos y su dinámica asociada». ▪️

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