El eclipse solar de hace 2.700 años que revela cómo giraba la Tierra y cómo se comportaba el Sol

Un registro chino del año 709 a. C. ha permitido reconstruir con precisión la rotación terrestre y el nivel de actividad del Sol en aquella época. Un ajuste geográfico de apenas ocho kilómetros ha resuelto un misterio astronómico de casi tres milenios.

Por Enrique Coperías

Recreación artística de un eclipse total de Sol en la Antigüedad. La ilustración es interpretativa y no refleja con exactitud el aspecto del eclipse registrado en el 709 a. C.

Recreación artística de un eclipse total de Sol en la Antigüedad. La ilustración es interpretativa y no refleja con exactitud el aspecto del eclipse registrado en el 709 a. C. Cortesía: Crédito: Kano Okada, Universidad de Nagoya (basado en una imagen de Phil Hart).

Un eclipse total de Sol que ocurrió en el año 709 antes de nuestra era y que fue registrado en los archivos de la antigua China, acaba de ofrecer a un equipo internacional de investigadores una ventana inesperada al pasado remoto de la Tierra y el Sol.

Gracias a la geografía histórica y a una revisión minuciosa de las crónicas, los científicos han logrado afinar cómo rotaba la Tierra hace casi tres milenios y confirmar, por una vía independiente, las reconstrucciones del ciclo solar del siglo VIII a. C.

Los resultados de la investigación aparecen publicados en la revista Astrophysical Journal Letters.

El registro datable más antiguo de un eclipse total de Sol: por qué es tan importante

El punto de partida para los investigadores fue el que se considera el registro datable más antiguo de un eclipse total de Sol en la historia humana. El suceso, documentado el 17 de julio de 709 a. C. en los Anales de Primavera y Otoño, una de las crónicas oficiales más antiguas del Ducado de Lu, situado en la actual Qufu (provincia de Shandong, China), menciona escuetamente que «el Sol fue totalmente eclipsado». Pero siglos después, una adición tardía en el Hanshu (Libro de Han) dejó un detalle intrigante: el Sol eclipsado se veía «completamente amarillo arriba y abajo».

La frase, interpretada tradicionalmente como una referencia a la corona solar, podría ser —si fuera fiable— una de las primeras descripciones escritas de esta estructura.

🗣️ «Lo que hace especial este registro no es solo su antigüedad, sino también una adición posterior en el Hanshu, basada en una cita escrita siete siglos después del eclipse —explica el investigador principal, Hisashi Hayakawa, profesor en el Instituto para la Investigación del Medio Ambiente Sol-Tierra y el Instituto de Investigación Avanzada de la Universidad de Nagoya. Y añade—: Describe el Sol eclipsado como “completamente amarillo por arriba y por abajo”. Esta adición se ha asociado tradicionalmente con un registro de la corona solar. Si realmente es así, se trataría de una de las descripciones escritas de la corona solar más antiguas que se conservan».

Texto histórico del Hanshu (Libro de Han), una crónica dinástica china que aporta detalles adicionales sobre el eclipse del 709 a. C.

Texto histórico del Hanshu (Libro de Han), una crónica dinástica china que aporta detalles adicionales sobre el eclipse del 709 a. C. En él se describe que el Sol eclipsado se veía “completamente amarillo por arriba y por abajo”, una referencia que los científicos interpretan como una temprana descripción de la corona solar. Cortesía: Archivos Nacionales de Japón

Cómo ocho kilómetros cambiaron la interpretación del eclipse

Cuando los científicos intentaron verificar la observación con simulaciones astronómicas modernas y modelos de la rotación terrestre, se toparon con un problema: desde la corte del Ducado de Lu, en Qufu, no debería haberse visto un eclipse total. Algo no cuadraba. La pista estaba en la geografía.

Los investigadores recurrieron entonces a la arqueología y la geografía histórica para localizar la ciudad antigua con precisión. Descubrieron que los estudios anteriores habían usado coordenadas equivocadas, desplazadas unos ocho kilómetros respecto a la ubicación real de Qufu en el siglo VIII a. C.

«Esta corrección nos permitió medir con precisión la rotación de la Tierra durante el eclipse total, calcular la orientación del eje de rotación del Sol y simular la apariencia de la corona», señala Hayakawa, que posee doctorados tanto en física solar como en historia oriental.

Ese ajuste aparentemente menor permitió reconciliar el registro con los modelos astronómicos actuales y obtener nuevos datos sobre la velocidad de rotación terrestre. No es un asunto menor: la Tierra gira hoy ligeramente más despacio que hace milenios debido, entre otros factores, al frenado que ejercen las mareas oceánicas. Reconstruir esa variación —expresada mediante el parámetro ΔT— es crucial para fechar fenómenos astronómicos antiguos y entender la dinámica del sistema Tierra-Luna.

China, además, jugó un papel clave en preservar estos datos. Los astrónomos de la corte imperial, encargados de detectar presagios celestes, dejaron algunos de los registros de eclipses más sistemáticos y antiguos del mundo.

Nueva medición de ΔT: cómo giraba la Tierra hace 2.700 años

Con la posición correcta de la ciudad, el equipo pudo derivar una nueva estimación de ΔT para la época: entre 20.264 y 21.204 segundos.

🗣️ «Este nuevo conjunto de datos corrige errores de coordenadas en estudios anteriores sobre la rotación terrestre. Además, mejora la precisión en la datación y reconstrucción de acontecimientos astronómicos históricos», explica Mitsuru Sôma, coautor del estudio e investigador del Observatorio Astronómico Nacional de Japón.

El hallazgo no solo corrige estudios previos, sino que enlaza con otra cuestión mayor: la actividad solar. La posible descripción de la corona encaja con las reconstrucciones recientes del ciclo solar elaboradas a partir de la proporción de radiocarbono en los anillos de los árboles. Cuando el Sol está activo, su campo magnético bloquea parte de los rayos cósmicos que generan radiocarbono en la atmósfera; medir ese isótopo permite reconstruir su comportamiento.

«Esta adición histórica única sobre la posible estructura de la corona solar es crucial para proporcionar un punto de referencia en las reconstrucciones de la actividad solar obtenidas a partir de anillos de árboles y núcleos de hielo, además de ofrecer una validación independiente de los modelos de actividad solar», apunta Mathew Owens, profesor de Física Espacial en la Universidad de Reading, en el Reino Unido.

El eclipse de 709 a. C. se produjo justo después del llamado Gran Mínimo Neoasirio o Mínimo de Homero, un periodo de escasa actividad solar entre los años 808 a. C. y 717 a. C. De acuerdo con la morfología descrita en el texto chino tardío, el Sol habría retomado un ciclo solar regular y se habría encontrado en el máximo de su fase de once años en el momento del eclipse. Una imagen coherente con lo que muestran los anillos de los árboles.

Fragmento de los Anales de Primavera y Otoño que contiene el registro datable más antiguo de un eclipse total de Sol, observado en el 709 a. C. El texto afirma: “En otoño, en el séptimo mes, en el día renchen, primer día del mes, el Sol fue totalmente eclipsado”. El término renchen designa un día concreto del ciclo tradicional chino de 60 días. Cortesía: National Archives of Japan

Cómo este eclipse confirma reconstrucciones del ciclo solar en el siglo VIII a. C.

La investigación, que combina astronomía, historia, arqueología y modelización solar, demuestra el valor científico de las crónicas antiguas. Aunque los autores mantienen reservas sobre la fiabilidad del detalle de la corona, que aparece solo en una cita tardía de siete siglos posteriores al suceso, el registro del eclipse sigue siendo firme y proporciona un anclaje temporal valiosísimo.

«Algunos de nuestros antepasados fueron observadores muy hábiles. Cuando combinamos sus registros meticulosos con métodos computacionales modernos y evidencias históricas, podemos descubrir nueva información sobre nuestro planeta y sobre nuestra estrella de hace miles de años», concluye Meng Jin, coautor del trabajo y astrónomo del Laboratorio Solar y de Astrofísica de Lockheed Martin.

Tres milenios después de que un escriba dejara constancia de que «el Sol fue totalmente eclipsado», ese fragmento mínimo ha permitido reconstruir un pedazo de la historia de la Tierra… y del Sol.▪️

  • Información facilitada por la Universidad de Nagoya

  • Fuente: Hisashi Hayakawa et al. Analyses of the Ancient Chinese Report on the Total Solar Eclipse in 709 BCE: Implications for the Contemporaneous Earth’s Rotation Speed and Solar Cycles. The Astrophysical Journal Letters (2025). DOI: 10.3847/2041-8213/ae0461

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