Una copa con 4.300 años de antigüedad con la representación más antigua de la Creación muestra un «arca celestial»
Un diminuto cáliz de plata, encontrado en 1970 en Cisjordania y expuesta en el Museo de Israel, podría contener la representación más antigua de la creación del mundo. Una escena grabada hace 4.300 años muestra cómo las primeras civilizaciones imaginaron el paso del caos al orden mucho antes de los grandes mitos mesopotámicos.
Por Enrique Coperías
Vaso de plata hallado en ʿAin Samiya, cerca de Ramala (Cisjordania), datado hacia el 2300 a. C. La pieza, custodiada por la Administración Civil y expuesta en el Museo de Israel, es uno de los objetos más singulares del Próximo Oriente antiguo. Cortesía: The Israel Museum, Jerusalem / Ardon Bar Hama
En 1970, durante unas excavaciones en la necrópolis palestina de ʿAin Samiya, cerca de Ramala, salió a la luz un pequeño vaso de plata que ha desconcertado a arqueólogos, historiadores y expertos en religión antigua durante más de medio siglo.
Hoy, un nuevo estudio, publicado en la última edición del Journal of the Ancient Near Eastern Society “Ex Oriente Lux”, propone que podría tratarse de la representación más antigua conocida del mito de la Creación en las tradiciones del Próximo Oriente, mucho antes que los relatos mesopotámicos del Enuma Elish o el Génesis bíblico.
Medio siglo después, el cáliz continúa desafiando a especialistas en iconografía y cosmología. El geocientífico suizo Eberhard Zangger, presidente de la Luwian Studies Foundation y uno de los autores del nuevo estudio, lo resume con contundencia en unas declaraciones a The Times of Israel: «Esta es la única pieza de arte de esta región y de este período; no existe nada más tan antiguo».
Qué muestra la copa: dos escenas, un mito compartido durante milenios
El vaso, de unos ocho centímetros de altura, está cubierto de criaturas híbridas, serpientes, motivos solares y dos figuras humanas sosteniendo un misterioso arco. Datado entre 2650 y 1950 a. C., es el único objeto de lujo conocido con escenas mitológicas de la Edad del Bronce Intermedio en el sur del Levante. Y, según el nuevo análisis, podría contener la representación más antigua conocida de un relato de la creación, anterior incluso a los textos babilónicos, como ya se ha mencionado.
El nuevo trabajo, que tumba interpretaciones anteriores que asociaban la iconografía del vaso con epopeyas mesopotámicas posteriores, sitúa la copa dentro de una tradición religiosa que conecta Mesopotamia, Anatolia, Siria y Egipto. Y propone que el elemento clave —el arco sostenido por dos deidades— no es un arma ni un símbolo local, sino la barca de luz, el vehículo que transporta el sol y la luna a través del cielo.
🗣️ Como explica Zangger, «la barca tiene un propósito práctico: es un vehículo que transporta los cuerpos celestes por el cielo… y era la explicación de por qué el sol y la luna se mueven».
Un objeto que viajó lejos antes de descansar en una tumba
La copa apareció en una vasta necrópolis con más de un millar de tumbas. En la cámara donde se halló había cerámicas, lámparas de cuatro picos, un par de armas y cuentas de ámbar, pero nada comparable en valor ni iconografía al vaso de plata. Esa anomalía ha despertado preguntas desde el primer día.
Zangger lo expresa así: «Resulta bastante evidente que el objeto no se produjo en los alrededores, así que tuvo que viajar desde algún lugar. Y la pregunta es, por supuesto, ¿dónde fue producido? ¿Y por quién?»
El análisis iconográfico sugiere vínculos con la tradición visual acadia hacia 2300 a. C. Sin embargo, eso no implica que el vaso fuera fabricado en Babilonia. «Podría ser que el artesano estuviera formado en esa tradición —explica Zangger en el The Times of Israel— pero el cáliz también podría haber sido hecho en el norte de Siria. Había mucho movimiento de personas y bienes en aquella época porque toda la región era un único ámbito cultural».
Reconstrucción de las escenas grabadas en el vaso de plata hallado en ʿAin Samiya, cerca de Ramala (Cisjordania), datado hacia el 2300 a. C. Las imágenes muestran a deidades, serpientes y el disco solar en una narración simbólica donde el orden cósmico emerge del caos. Fotografía: Museo de Israel, Jerusalén / Florika Weiner.
La barca de luz: un símbolo que conecta Mesopotamia, Egipto y Anatolia
El grabado exterior muestra dos escenas. A la izquierda, una figura compuesta —torso humano y cuerpos de toro— sostiene ramas estilizadas frente a una serpiente colosal que se yergue sobre un pequeño sol recién nacido. Es la imagen del mundo antes de la diferenciación.
A la derecha, dos dioses sostienen el arco semicircular coronado por un gran disco solar. Bajo ellos, una serpiente dominada. El diseño señala la instauración del orden cósmico.
Para Zangger, la clave está en ese arco: «El elemento crucial en la iconografía es el arca que sostienen las dos figuras… Lo interpretamos como la barca de luz, la barca celestial». Un símbolo que, recuerda el geocientífico, aparece «en Mesopotamia, en Egipto y también en Anatolia».
No es el Enuma Elish
Durante décadas, los arqueólogos propusieron que la copa representaba escenas del Enuma Elish, el gran mito de la creación de la antigua Babilonia, compuesto hacia finales del segundo milenio antes de nuestra era y preservado en tablillas de arcilla escritas en cuneiforme. Narra la lucha entre el joven dios Marduk y la diosa primordial Tiamat, personificación del caos marino. Tras derrotarla, Marduk utiliza su cuerpo para formar el cielo y la tierra, instaurando el orden cósmico y convirtiéndose en soberano del panteón babilónico. Este relato, que influyó en diversas tradiciones del Próximo Oriente, combina teología, poder político y cosmogonía en una de las narraciones fundacionales más influyentes de la Antigüedad.
Pero el nuevo estudio rechaza la asociación entre el cáliz y el Enuma Elish: el vaso es más de un milenio anterior y no muestra un combate narrativo.
En su lugar, Zangger y los otros dos autores del trabajo, el experto en civilizaciones de Oriente Medio Daniel Sarlo, de la Universidad de Toronto (Canadá); y la arqueóloga Fabienne Haas Dantes, de la Universidad de Zúrich (Suiza), plantean que ilustra un motivo cosmológico compartido en la región: la separación entre caos y orden, la división entre cielo y tierra y entre la luz y la oscuridad, y el nacimiento del sol.
🗣️ «Una escena es la del después y refleja cómo funciona el cosmos hoy —explica Zangger. Y añade—: La escena de la izquierda representa lo que ocurrió antes de que el cosmos se formara, y eso es el caos: una mezcla de animales y humanos, con un sol muy joven que acaba de nacer».
El geoarqueólogo Eberhard Zangger observa el cáliz de plata hallado en ʿAin Samiya, cerca de Ramala (Cisjordania) y datado hacia el 2300 a. C. Museo de Israel
Un mapa visual de cómo las culturas imaginaban el cosmos antes de escribirlo
Comparaciones con sellos mesopotámicos, relieves hititas y arte egipcio muestran que la copa no es un objeto aislado, sino un fragmento de una tradición visual más amplia. Ya en textos sumerios del 2600 a. C. se habla de la separación entre cielo y tierra, de la oscuridad y la luz, del caos inicial.
«Tenemos textos desde el 2600 a. C. que ya hacen referencia a que el cielo y la tierra fueron separados —recuerda Zangger—. Y aparece en documentos hititas y babilónicos de períodos posteriores».
La particularidad del vaso es su antigüedad y su claridad visual: «Lo hermoso del cáliz —dice el investigador— es que nos ofrece una imagen muy detallada de lo que la gente en el año 2300 a. C. tenía en mente sobre cómo era el cosmos antes de la creación».
Un tratado cosmológico de plata fundido hace 4.300 años
Más que un artefacto de lujo, el vaso de ʿAin Samiya parece haber funcionado como un pequeño tratado cosmológico portátil: un objeto que acompañaba a un difunto en su viaje ritual y al mismo tiempo representaba, en miniatura, el triunfo del orden sobre el caos, del sol sobre la oscuridad, del tiempo sobre la indiferenciación.
Un relato visual de la creación, cincelado en plata cuatro milenios antes de que la historia se escribiera en palabras.▪️
Fuente: Zangger, E., Sarlo, D., Haas Dantes, F. The Earliest Cosmological Depictions: Reconsidering the Imagery on the ˁAin Samiya Goblet. JEOL – Journal of the Ancient Near Eastern Society ‘Ex oriente lux’ (2025). DOI: doi.org/10.5281/zenodo.17594730

