El estallido cósmico más brillante jamás detectado: FRB 20250316A, la ráfaga rápida de radio que reescribe la astronomía

Un bombazo cósmico de apenas un milisegundo ha roto todos los récords: el FRB 20250316A, detectado a solo 130 millones de años luz de la Tierra, es la ráfaga de radio más brillante de la historia. Su descubrimiento abre una nueva ventana para descifrar el enigma de las ráfagas rápidas de radio y la física extrema del cosmos.

Por Enrique Coperías

La deslumbrante ráfaga rápida de radio RBFLOAT, originada cerca de la constelación de la Osa Mayor, ofrece la visión más clara hasta la fecha del entorno que rodea a estos misteriosos destellos.

La deslumbrante ráfaga rápida de radio RBFLOAT, originada cerca de la constelación de la Osa Mayor, ofrece la visión más clara hasta la fecha del entorno que rodea a estos misteriosos destellos. Crédito: Danielle Futselaar

La madrugada del 16 de marzo de 2025, un parpadeo cósmico recorrió el firmamento. Duró menos que un pestañeo, apenas un milisegundo, pero durante ese instante liberó más energía en ondas de radio que todo el resto de su galaxia junta.

El fenómeno fue tan inusualmente intenso que los astrónomos, con humor, lo bautizaron como RBFLOAT, siglas en inglés de Radio Brightest Flash Of All Time —el destello de radio más brillante de todos los tiempos—. Su nombre oficial: FRB 20250316A.

Esta ráfaga rápida de radio (FRB, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una de las más cercanas y luminosas jamás detectadas. Ocurrió en la galaxia espiral NGC 4141, situada en la constelación de la Osa Mayor, a unos 130 millones de años luz de la Tierra.

«Cósmicamente hablando, este estallido sucedió en nuestro vecindario», explica el físico Kiyoshi Masui, investigador del MIT, miembro del Instituto Kavli de Astrofísica y coautor del estudio, que ha sido publicado en The Astrophysical Journal Letters. Esa cercanía permitió observarlo con un nivel de detalle sin precedentes, ofreciendo así a los astrónomos una oportunidad única para desentrañar el misterio que rodea a estos destellos enigmáticos.

¿Qué son las ráfaga rápida de rápido?

Las ráfagas rápidas de radio son unos fenómenos astrofísicos que fueron descubiertos en 2007 por Duncan Lorimer y su estudiante David Narkevic. Se presentan como flashes brevísimos, que duran entre una y unas pocas milésimas de segundo. En ese tiempo liberan una energía colosal de entre 10³⁶ y 10⁴² ergios, comparable a lo que el Sol emite en días o incluso años completos.

Lo asombroso de estos bombazos es que se detectan desde miles de millones de años luz de distancia.

Hasta ahora, se han catalogado unos 4.000 FRB distintas, gracias en gran parte al radiotelescopio CHIME/FRB, en Canadá. La mayoría aparece una sola vez, aunque alrededor de un 2%–3 % se repite, lo que ha abierto un intenso debate en la comunidad científica: ¿existen dos poblaciones distintas de FRB, una de eventos cataclísmicos irrepetibles y otra de objetos persistentes que emiten ráfagas cada cierto tiempo? ¿O todas las ráfagas rápidas de radio son intrínsecamente repetitivas, pero la mayoría lo hace tan rara vez que aún no hemos tenido suerte de verlos en acción de nuevo?

El descubrimiento de la FRB 20250316A

El 16 de marzo de 2025, CHIME detectó un destello tan descomunal que, al principio, se pensó que podía tratarse de interferencia terrestre. El sistema de detección del telescopio aplicó automáticamente un enmascaramiento de la señal para evitar confundirla con ruido.

Pero el fenómeno era real. Al analizar los datos brutos, los astrónomos calcularon que la señal alcanzó una relación señal-ruido de 865, la más alta jamás registrada para una FRB. «Era tan fuerte que incluso nos hizo dudar de si estábamos viendo un fenómeno astrofísico o un artefacto humano» recuerda Shion Andrew, estudiante de doctorado en el MIT Kavli.

Lo extraordinario de este hallazgo no es que haya sido la FRB más energética, sino que estaba relativamente cerca. Desde nuestra perspectiva cósmica, 130 millones de años luz la convierte en un vecino. Esta combinación de brillo extremo y proximidad la transformó a FRB 20250316 en un laboratorio natural perfecto para los astrofísicos.

Cómo se detectó: el papel de CHIME y los CHIME Outriggers

La clave de esta observación estuvo en el propio CHIME y en su ampliación más reciente: los CHIME Outriggers. Se trata de tres estaciones adicionales distribuidas en Norteamérica —en la Columbia Británica, Virginia Occidental y California— que, combinadas con el telescopio principal, permiten localizar los FRB con una precisión sin precedentes.

Andrew lo ilustra con una metáfora: «Imagina que estamos en Nueva York y un instante se enciende una luciérnaga en Florida durante una milésima de segundo. Localizar un FRB en su galaxia es como identificar no solo el árbol del que salió la luz, sino la rama exacta en la que se posó el insecto».

El FRB 20250316A es el primer destello localizado gracias a esta red completa. El sistema logró ubicarlo con una resolución equivalente a 13 pársecs (unos 40 años luz). Una precisión que permitió identificar no solo la galaxia de origen, sino también la región específica desde donde se produjo el estallido.

Esta ilustración muestra a una supernova y al estallido de rayos gamma asociado desencadenado por una estrella de neutrones de rápido giro con un campo magnético muy fuerte — un objeto exótico conocido como magnétar.

Esta ilustración muestra a una supernova y al estallido de rayos gamma asociado desencadenado por una estrella de neutrones de rápido giro con un campo magnético muy fuerte — un objeto exótico conocido como magnétar. Cortesía: ESO

El entorno de la FRB más brillante

Los análisis posteriores confirmaron que el estallido provino del borde de una región de formación estelar dentro de la galaxia NGC 4141. No se encontraba en pleno corazón de un vivero estelar, sino ligeramente apartado, a unos 190 pársecs del cúmulo más cercano de estrellas jóvenes.

Esa ubicación resulta intrigante. Los modelos más aceptados señalan a los magnétaresestrellas de neutrones con campos magnéticos extremos— como candidatos naturales para generar ráfagas rápidas de radio. Estos objetos suelen nacer tras la explosión de supernovas masivas y se espera que aparezcan justo en regiones activas de formación estelar.

Pero FRB 20250316A ocurrió al borde de la acción, no en el centro. «Eso nos da pistas sobre la edad de la fuente —señala Masui—. Si estuviera justo en medio, sería extremadamente joven, de apenas unos miles de años. Pero al encontrarse en el borde, tal vez estemos viendo un magnétar más viejo».

El investigador Adam Lanman, posdoctorado en el MIT, coincide con Musari: «A medida que logramos mirar con más detalle, vemos la diversidad de entornos donde se producen los FRB. Este caso en particular apunta a que no todos nacen en condiciones idénticas».

¿Repetitiva o única?

La otra gran incógnita era si la fuente se repetiría. CHIME y otros radiotelescopios revisaron seis años de observaciones previas en esa zona del cielo y acumularon más de 270 horas de monitorización posterior. No encontraron nada. Ningún destello adicional.

Todo indica que FRB 20250316A es un evento único. Y eso lo convierte en un dato crucial. «Estamos en medio de la historia sobre si las FRB repetitivas y los no repetitivas provienen de orígenes distintos —explica Masui en un comunicado del MIT. Y añade—: Este caso, por su cercanía y brillo, nos permite examinar con lupa cómo podría formarse una FRB no repetitiva”.

Para Andrew, la conclusión es clara: «Hay evidencia de que no todos los progenitores de las ráfagas rápidas de radio son iguales. Estamos en el camino de localizar cientos de FRB cada año, y con eso podremos, al fin, trazar la diversidad completa de esta población».

Lo que no vimos también importa

La campaña de seguimiento no se limitó a CHIME. Se movilizaron telescopios ópticos como el Gemini, el MMT y el Keck, además de observaciones en rayos X (con Swift, Chandra y NICER) y en radio de alta resolución (con VLA, EVN y uGMRT).

Ninguno de estos aparatos detectó contrapartidas persistentes: no hubo supernovas, ni destellos gamma, ni fuentes de radio estables.

Este silencio es igualmente revelador. En otras FRB repetitivas se han observado fuentes persistentes de radio cercanas al origen. Aquí, no. De hecho, la sensibilidad de los instrumentos permitió establecer que cualquier emisión asociada sería al menos 100 veces más débil que la de los repetidores conocidos. El entorno inmediato de FRB 20250316A, al parecer, es sorprendentemente tranquilo.

Por qué este descubrimiento es un antes y un después

Hasta ahora, solo las ráfagas rápidas de radio repetitivas podían estudiarse con tanta precisión, ya que sus múltiples destellos daban más oportunidades de ser triangulados. Con la llegada de los CHIME Outriggers, esa limitación ha quedado atrás. Ahora los astrónomos pueden ubicar los FRB únicos con una precisión tan fina que les permite señalar no solo la galaxia donde ocurrieron, sino incluso la región exacta dentro de ella.”

Esto abre un futuro prometedor. Cada nueva localización permitirá asociar una FRB a su galaxia anfitriona y, dentro de ella, a su región específica. Así, los astrónomos podrán construir un mapa comparativo de entornos de las ráfagas rápidas de radio: cúmulos estelares jóvenes, brazos espirales, halos galácticos, cúmulos globulares.

«Estamos armando un rompecabezas cósmico pieza por pieza —resume Masui—. Y aunque todavía quedan muchas preguntas abiertas, como qué mecanismos precisos disparan las ráfagas o qué papel juegan los magnétares frente a otras posibles fuentes, como colisiones estelares, lo cierto es que la detección de RBFLOAT marca un antes y un después.

Una luz fugaz que ilumina el misterio

FRB 20250316A no fue el estallido más energético del universo, pero sí la FRB más cercana y brillante que hemos registrado. Su potencia abrumadora permitió observarlo como nunca y nos mostró que las ráfagas rápidas de radio pueden surgir en entornos diversos, que algunas quizá no se repiten nunca y que el universo aún guarda secretos incluso en fenómenos que duran menos que un latido de nuestro corazón.

«Lo emocionante es que apenas estamos empezando —afirma Andrew. Y concluye—: Con cientos de FRB localizadas cada año, muy pronto tendremos un panorama completo. Y entonces, esas luces fugaces cósmicas que hoy parecen misteriosas se convertirán en herramientas poderosas para explorar el cosmos».▪️

  • Información facilitada por el MIT

  • Fuente: The CHIME/FRB Collaboration: et al. FRB 20250316A: A Brilliant and Nearby One-off Fast Radio Burst Localized to 13 pc Precision. The Astrophysical Journal Letters (2025). DOI: 10.3847/2041-8213/adf62f

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