Allie: el bot de ajedrez con inteligencia artificial que juega como un humano

¿Puede una máquina jugar al ajedrez como una persona? Allie, el bot de inteligencia artificial entrenado con 91 millones de partidas de ajedrecistas, no busca ser invencible, sino natural, comprensible y humano en cada movimiento.

Por Enrique Coperías

Yiming Zhang, doctorando en el LTI de Carnegie Mellon, creó Allie, un bot de ajedrez con inteligencia artificial entrenado con millones de partidas humanas.

Yiming Zhang, doctorando en el LTI de Carnegie Mellon, creó Allie, un bot de ajedrez con inteligencia artificial entrenado con millones de partidas humanas. En la imagen, Zhang juega contra su propio sistema, convencido de que entrenar inteligencias artificiales para razonar como personas abrirá nuevas aplicaciones en terapia, educación y medicina. Cortesía: Carnegie Mellon University

En plena fiebre pandémica por la serie Gambito de dama, Yiming Zhang, doctorando en la Carnegie Mellon University (CMU), descubrió el ajedrez online.

Pronto se topó con una frustración compartida por miles de principiantes: jugar contra bots de ajedrez era cualquier cosa menos natural.

«Después de aprender las reglas, estaba en el 10, quizá el 20% más bajo de jugadores en línea —recuerda este ingeniero computacional—. “Para principiantes no es interesante ni instructivo jugar contra bots, porque los movimientos que hacen suelen ser extraños e incomprensibles para un humano».

¿Qué es Allie y por qué es diferente?

De esa incomodidad nació Allie, un nuevo bot de ajedrez con inteligencia artificial (IA) entrenado sobre la base de 91 millones de partidas humanas en Lichess, la plataforma gratuita y de código abierto para jugar ajedrez online, lanzada en 2010 por el programador francés Thibault Duplessis.

El objetivo de Allie no es derrotar a los grandes maestros ni humillar a los principiantes, sino todo lo contrario: jugar como ajedrecista de carne y hueso, adaptarse al nivel de su oponente y, sobre todo, comportarse de manera que tenga sentido desde una perspectiva humana. Allie piensa, duda, abandona cuando la partida es insalvable y hasta se toma un respiro en posiciones críticas.

La diferencia es filosófica. Frente a motores como AlphaZero y Stockfish, diseñados para ganar a toda costa mediante cálculos inhumanos, Allie apuesta por la imitación humana. El equipo de la CMU la entrenó de forma similar a como se entrenan los modelos de lenguaje: en lugar de texto, la dieta de datos fueron millones de jugadas humanas.

Allie, el nuevo bot de ajedrez con inteligencia artificial, fue entrenado con 91 millones de partidas humanas en Lichess, la plataforma gratuita y de código abierto creada en 2010 por el francés Thibault Duplessis.

Allie, el nuevo bot de ajedrez con inteligencia artificial, fue entrenado con 91 millones de partidas humanas en Lichess, la plataforma gratuita y de código abierto creada en 2010 por el francés Thibault Duplessis.

IA más humana, más útil

«Antes de Allie no existía un motor que modelara cómo piensa la gent —explica Zhang. Y añade—: Los bots hacían movimientos instantáneos en situaciones complejas donde un humano necesita tiempo para considerar opciones, o seguían jugando en posiciones perdidas que cualquier persona habría abandonado. Eso hacía que las IAs de ajedrez resultaran antinaturales».

La idea va más allá de las 64 casillas. Para Zhang, pensar en sistemas que razonan de manera humana abre la puerta a mejores aplicaciones en ámbitos como la educación, la medicina e incluso la terapia con IA. Su directora de tesis, la profesora Daphne Ippolito, lo resume así:

«Ha habido una obsesión con construir inteligencias artificiales superhumanas, mejores que la mayoría de las personas en matemáticas u otras tareas de razonamiento. Pero tenemos muchas oportunidades para entrenar modelos que actúen como humanos, y creo que merece la pena explorarlo».

Qué aporta Allie al ajedrez y a la IA

La técnica detrás de Allie no solo es novedosa, también es híbrida. Combina los algoritmos de búsqueda clásicos con un modelado del comportamiento humano.

«Lo interesante es cómo esa combinación supera a cualquiera de los métodos por separado —explica Daniel Fried, también profesor en CMU y coautor del proyecto. Y continúa—: Métodos como los que usamos ya se han aplicado en juegos complejos como Diplomacy, y me entusiasma ver cómo se expanden a tareas en las que la IA necesita actuar estratégicamente, pero compatible con los humanos».

El experimento ha tenido una recepción notable. Desde su despliegue en Lichess, Allie ha jugado cerca de 10.000 partidas y está disponible como software de código abierto, para que la comunidad lo explore y modifique.

La IA como compañera de juego

«Nuestro proyecto es significativo porque evalúa cómo interactúan las personas con una IA que intenta ser humanlike —apunta Ippolito—. Y también porque construimos deliberadamente una plataforma abierta sobre la que cualquiera puede desarrollar».

El trabajo se presentó en la International Conference on Learning Representations 2025, en Singapur, uno de los foros más prestigiosos de investigación en aprendizaje automático. Junto a Zhang, Ippolito y Fried, colaboraron Athul Paul Jacob, estudiante de doctorado en el MIT, y Vivian Lai, investigadora en Visa.

Allie no busca ser invencible. Busca ser creíble. Y en ese gesto aparentemente menor —abandonar una partida perdida, reflexionar antes de mover una pieza— puede que esté la clave de cómo imaginamos la próxima generación de inteligencias artificiales: menos dioses del cálculo, más compañeras de juego. ▪️

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