Descubierta una nueva luna de Urano

Urano suma un nuevo y diminuto satélite, invisible incluso para la Voyager 2, gracias a la sensibilidad del telescopio espacial James Webb. El hallazgo nos recuerda la complejidad del sistema de anillos y lunas interiores del gigante helado y anticipa más sorpresas en los confines del Sistema Solar.

Por Enriquen Coperías

Imagen del telescopio espacial James Webb en la que se observa la nueva luna de Urano, designada S/2025 U1, junto a trece de sus veintiocho satélites conocidos.

Imagen del telescopio espacial James Webb en la que se observa la nueva luna de Urano, designada S/2025 U1, junto a trece de sus veintiocho satélites conocidos. El pequeño Cordelia, que orbita justo dentro del anillo más externo, no es visible por el resplandor de los anillos. La composición combina tres tratamientos distintos de los datos obtenidos con la cámara infrarroja NIRCam y su filtro F150W2 (1,0–2,4 micras), lo que permite apreciar simultáneamente detalles de la atmósfera del planeta, de los anillos y de las lunas que lo rodean. Cortesía: NASA, ESA, CSA, STScI, M. El Moutamid (SwRI), M. Hedman (University of Idaho)

Urano suma su satélite número 29

El séptimo planeta del Sistema Solar acaba de ampliar su peculiar corte celeste. Un equipo internacional liderado por la astrónoma Maryame El Moutamid, del Southwest Research Institute (SwRI), ha descubierto con el telescopio espacial James Webb (JWST) una nueva luna que orbita alrededor de Urano.

El hallazgo, registrado el 2 de febrero de 2025 en una serie de observaciones infrarrojas, eleva a veintinueve el número de satélites conocidos del gigante helado, y de paso confirma que incluso mundos ya visitados por sondas pioneras aún esconden secretos.

El objeto, provisionalmente bautizado como S/2025 U 1, mide apenas unos diez kilómetros de diámetro, lo que lo convierte en el satélite más pequeño identificado hasta la fecha en el sistema uraniano. Su débil brillo fue detectado en una serie de diez exposiciones de cuarenta minutos de duración obtenidas con la cámara de infrarrojo cercano del James Webb (NIRCam), un instrumento cuya resolución y sensibilidad permiten localizar objetos imposibles de captar con los telescopios anteriores a él.

Un hallazgo que amplía el legado de Voyager 2

«Es una luna diminuta, pero el hallazgo resulta significativo, algo que ni siquiera la Voyager 2 pudo ver durante su sobrevuelo hace casi cuarenta años», subraya El Moutamid en un comunicado de la NASA.

La sonda Voyager 2, que pasó a unos 80.000 kilómetros de las cimas nubosas de Urano en enero de 1986, es hasta ahora la única nave que ha explorado de cerca este planeta. Sus imágenes revelaron un sistema de anillos sorprendente y una decena de pequeños satélites hasta entonces desconocidos.

Ahora, casi cuatro décadas después, el James Webb retoma ese legado con una mirada más profunda al exterior del Sistema Solar. «Este descubrimiento muestra cómo la astronomía moderna construye sobre la herencia de misiones como Voyager”, añade El Moutamid, investigadora principal del programa 6379 de Webb destinado a estudiar los anillos y las lunas de Urano.

Imagen del telescopio espacial James Webb en la que se señala en amarillo la ubicación aproximada de S/2025 U1, una diminuta luna que orbita Urano entre los satélites Bianca y Ofelia.

Imagen del telescopio espacial James Webb en la que se señala en amarillo la ubicación aproximada de S/2025 U1, una diminuta luna que orbita Urano entre los satélites Bianca y Ofelia. Con un diámetro estimado de unos 10 kilómetros, sería el satélite más pequeño identificado hasta ahora en el sistema uraniano. Las elipses continuas representan los anillos, mientras que las líneas de puntos muestran las órbitas de muchas de las lunas interiores. Cortesía: Southwest Research Institute

La ubicación de la nueva luna

S/2025 U 1 se encuentra en el plano ecuatorial del planeta, a unos 56.000 kilómetros de su centro, entre las órbitas de Ofelia y Bianca, dos pequeños satélites situados junto al sistema de anillos principales. Su órbita es casi circular, lo que sugiere que pudo formarse en las inmediaciones de su posición actual.

El nuevo objeto celeste se convierte, además, en el decimocuarto miembro de la intrincada red de lunas interiores, un conjunto especialmente numeroso en comparación con el de otros planetas. La abundancia de pequeños satélites alrededor de Urano fascina a los astrónomos.

«Ningún otro planeta tiene tantas lunas interiores, y sus complejas interacciones con los anillos apuntan a una historia caótica que difumina la frontera entre lo que entendemos como un sistema de anillos y un sistema de lunas —explicó Matthew Tiscareno, investigador del Instituto SETI y miembro del equipo.

En palabras de Tiscareno, «el nuevo satélite es más pequeño y tenue que cualquiera de los ya conocidos, lo que hace probable que aún haya más complejidad por descubrir».

Urano: el planeta acostado y sus lunas literarias

Urano, conocido como el planeta tumbado por la inclinación extrema de su eje, es un mundo de tonos azulados dominado por hidrógeno, helio y metano. Sus cinco grandes lunas —Titania, Oberón, Umbriel, Ariel y Miranda— fueron descubiertas entre los siglos XVIII y XX. Todas ellas, al igual que las veintitrés más pequeñas, deben sus nombres a personajes de Shakespeare y Alexander Pope, siguiendo una tradición que ahora vuelve a abrirse con la llegada de S/2025 U 1.

El nombre definitivo de la nueva luna, como establece la norma, tendrá que ser aprobado por la Unión Astronómica Internacional (IAU).

El hallazgo no es solo un detalle numérico: aporta información crucial sobre la formación y evolución del sistema uraniano. También resalta la potencia del telescopio James Webb como herramienta para el estudio del Sistema Solar exterior.

«A través de este y otros programas, Webb está ofreciendo una nueva mirada a los confines del Sistema Solar —dice El Moutamid. Y concluye: Cada nuevo hallazgo nos recuerda que incluso en mundos ya visitados quedan capítulos enteros por escribir».▪️

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