Descubren dos cavidades ocultas en la pirámide de Micerino: una posible nueva entrada al monumento egipcio

Dos misteriosas cavidades llenas de aire bajo la fachada oriental de la pirámide de Micerino podrían estar indicando una entrada desconocida al interior del monumento faraónico. El hallazgo, fruto de avanzadas técnicas de exploración no invasiva, reabre uno de los enigmas más fascinantes del antiguo Egipto.

Por Enrique Coperías

Los investigadores han identificado dos cavidades llenas de aire en la pirámide egipcia de Menkaure.

Los investigadores han identificado dos cavidades llenas de aire en la pirámide egipcia de Menkaure con ayuda de tecnología puntera no invasiva. Cortesía: ScanPyramids Project

Por primera vez en más de un siglo, la pirámide de Micerino o Menkaura, la menor de las tres grandes pirámides de la necrópolis de la meseta de Guiza, vuelve a ser objeto de un estudio tecnológico de vanguardia. Un equipo internacional de ingenieros y arqueólogos, que forman parte del proyecto ScanPyramids, ha detectado dos cavidades llenas de aire tras el revestimiento de granito de su cara oriental.

El hallazgo, fruto de tres años de mediciones con técnicas no invasivas, sugiere que podría existir una segunda entrada o un pasadizo inexplorado en el interior del monumento.

El estudio, publicado en la revista NDT & E International por investigadores de la Universidad de El Cairo (Egipto) y la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), supone el primer análisis exhaustivo del monumento desde las excavaciones del egiptólogo estadounidense George Reisner a principios del siglo XX.

A diferencia de la pirámide de Keops —la más estudiada gracias al uso de rayos cósmicos y escáneres de muones—, la de Micerino había permanecido casi al margen de la investigación científica moderna. «Era el momento de mirar con nuevos ojos la última gran pirámide de Guiza que quedaba por explorar con tecnología del siglo XXI», explica el ingeniero egipcio Hany Helal, uno de los líderes del proyecto.

Una pista en el granito

La hipótesis de los arqueólogos partía de una observación arquitectónica: en la cara oriental de la pirámide hay una pequeña zona donde los bloques de granito pulido están perfectamente ajustados, de modo muy similar a los que rodean la entrada principal situada al norte. El investigador Paul van den Hoven ya había propuesto en 2019 que esa coincidencia podría delatar una segunda puerta, quizá un acceso simbólico o inacabado.

Para comprobarlo, el equipo recurrió a tres métodos de ensayo no destructivo:

Tomografía eléctrica de resistividad (ERT)

✅ Radar de penetración terrestre (GPR.

Ultrasonidos (UST).

Cada una de estas técnicas permite ver el interior de la piedra sin necesidad de excavar. La tomografía eléctrica detecta diferencias en la conductividad de los materiales; el radar geológico localiza discontinuidades al reflejar ondas electromagnéticas; y los ultrasonidos miden el rebote de ondas acústicas. Combinarlas permite compensar las limitaciones de cada una y obtener una imagen tridimensional precisa del subsuelo.

Radiografía de la cara oriental

El equipo comenzó midiendo una amplia franja de 27 metros de largo y metro y medio de alto en la base oriental de la pirámide de Micerino. Las lecturas de resistividad eléctrica, tomadas con electrodos de malla inoxidable adaptados a la inclinación del muro, revelaron dos zonas anómalas de alta resistencia, situadas justo detrás de los bloques de granito pulido.

En geofísica, un aumento de resistividad suele indicar la presencia de aire, ya que el aire no conduce la corriente eléctrica. Es decir, algo vacío se escondía detrás de las piedras.

Las imágenes tridimensionales obtenidas mostraron dos regiones distintas:

✅ La anomalía A1 se hallaba tras un bloque trapezoidal de granito y parecía empezar casi desde la superficie, extendiéndose hasta unos dos metros de profundidad

✅ La anomalía A2 se situaba a un nivel algo más profundo —alrededor de un metro— y ligeramente desplazada.

Ambas zonas superaban en resistividad los 35.000 ohmios-metro, valores muy superiores a los del granito o la caliza circundante.

Para confirmar la naturaleza de estas anomalías, los científicos concentraron después las mediciones de radar y ultrasonidos en el área detectada por la ERT. Sobre una cuadrícula de apenas seis por cuatro metros, barrieron el muro con radar GPR de doble frecuencia (200/600 MHz) sensores ultrasónicos de contacto seco sobre un área más reducida, diseñados para operar en superficies rugosas sin necesidad de geles de acoplamiento.

Vista general de la pirámide de Micerino desde su cara norte (a), detalle de la entrada principal (b) y zona pulida de la fachada oriental (c), donde el equipo de ScanPyramids ha detectado dos anomalías llenas de aire que podrían indicar una entrada oculta. Cortesía: Khalid Helal et al.

Confirmación mediante image fusion

Los resultados coincidieron. Tanto el radar de penetración terrestre como los ultrasonidos detectaron dos reflexiones intensas e inclinadas, coherentes con límites entre la piedra y cavidades llenas de aire. Las imágenes tridimensionales mostraron que la primera anomalía (A1) comenzaba a unos 1,4 metros de profundidad y medía aproximadamente 1,5 metros de largo por un metro de alto.

La segunda (A2), algo más pequeña —0,9 por 0,7 metros—, se encontraba a 1,1 metros de profundidad. En ambos casos, las señales sugerían cavidades con forma irregular o quizá pequeños pasajes inclinados.

El equipo fusionó después los resultados de las tres técnicas mediante un proceso digital conocido como image fusion, que combina la información eléctrica, la electromagnética y la acústica en una sola imagen compuesta. «El resultado fue revelador: los tres métodos apuntaban exactamente a los mismos puntos», señala la investigadora Polina Pugacheva, de la Universidad Técnica de Múnich.

En las imágenes fusionadas, las dos cavidades se distinguen con claridad tras los bloques pulidos, como si el granito ocultara un hueco interno entre el revestimiento y el núcleo de caliza.

¿Una segunda entrada a la pirámide de Micerino?

Los científicos son cautelosos con los datos registrados, ya que no permiten determinar si se trata de pequeños huecos constructivos, grietas ampliadas o verdaderas cámaras. Sin embargo, las simulaciones numéricas realizadas para comparar distintos escenarios indican que la explicación más plausible es la existencia de dos vacíos llenos de aire, uno de ellos —el mayor, A1— asociado al bloque trapezoidal pulido del paramento oriental.

Este patrón recuerda al de la entrada principal del norte, donde un bloque similar marca el acceso al corredor descendente.

El hallazgo, por tanto, refuerza la hipótesis de una segunda entrada oculta. No se sabe si esa apertura llegó a excavarse completamente o si quedó bloqueada durante la construcción. En las pirámides del Reino Antiguo era común modificar los accesos o sellar corredores una vez cerrada la cámara funeraria. Algunos egiptólogos apuntan a que podría tratarse de un acceso simbólico al más allá, siguiendo la tradición de dotar a las tumbas reales de puertas falsas orientadas al sol naciente.

Tecnología de vanguardia en arqueología egipcia

Más allá del posible descubrimiento arquitectónico, el estudio representa un salto tecnológico en la investigación del patrimonio arqueológico de Egipto. «Es la primera vez que se aplican de manera integrada las tres técnicas —eléctrica, radar y ultrasónica— a una pirámide», destaca Hany Helal, de la Universidad de El Cairo. Los métodos no destructivos permiten explorar sin perforar ni alterar las estructuras, una exigencia clave del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.

El equipo tuvo que sortear dificultades técnicas considerables: el granito de Asuán, de altísima resistividad, complicaba el contacto eléctrico de los sensores, y las uniones entre bloques generaban reflexiones que distorsionaban las señales del radar. Para mejorar la precisión, los investigadores emplearon modelos tridimensionales del muro obtenidos mediante escáner láser y realizaron simulaciones por ordenador que reproducían las condiciones reales de la piedra y los posibles huecos.

Los resultados, comparados con los modelos teóricos, confirmaron que las firmas detectadas por las tres técnicas coincidían con las de cavidades llenas de aire y no con simples grietas o diferencias de densidad. «No podemos afirmar que sea un pasaje, pero sí que hay algo anómalo justo detrás de esos bloques —subraya Helal—. El siguiente paso será combinar estos datos con otras herramientas, como la termografía infrarroja o los detectores de muones».

ScanPyramids: una misión que redefine la arqueología del siglo XXI

El proyecto ScanPyramids, impulsado por el Instituto HIP de París y la Universidad de El Cairo, ya fue responsable del descubrimiento en 2017 del llamado Gran Vacío en la pirámide de Keops, identificado gracias a los rayos cósmicos. En 2023, el mismo equipo confirmó otro corredor oculto en su cara norte. Ahora, con la pirámide de Micerino, extienden su búsqueda al último gran monumento de Guiza.

El célebre arqueólogo Zahi Hawass, asesor del proyecto, ha celebrado los resultados y ha declarado que constituyen «un avance prometedor que devolverá a Micerino al mapa de la investigación egiptológica».

Según Hawass, cualquier intervención futura, como una inspección con microcámaras, requerirá autorización del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y un plan que garantice la integridad del monumento.

Trabajo de campo con radar de penetración terrestre (GPR) de doble frecuencia 200/600 MHz en la pirámide de Micerino.

Trabajo de campo con radar de penetración terrestre (GPR) de doble frecuencia 200/600 MHz (a), andamiaje de madera instalado para acceder a la zona de estudio (b) y diseño de la cuadrícula de mediciones de 50 mm aplicada sobre la fachada oriental de la pirámide de Micerino (c). Cortesía: Khalid Helal et al.

El legado del faraón Menkaure

Menkaure o Micerino, hijo de Kefrén y nieto de Keops, el constructor de la Gran Pirámide, reinó hacia el 2500 a. C. Su pirámide de 65 metros de altura siempre ha intrigado a los egiptólogos: su templo funerario fue terminado en ladrillo y su sarcófago de basalto desapareció en un naufragio en el siglo XIX, frente a la costa murciana de Cartagena (España), durante su trasladado al Museo Británico de Londres.

Si se confirma la existencia de una entrada desconocida o un pasaje oculto, el hallazgo podría reescribir parte de la historia del complejo funerario y ofrecer nuevas claves sobre las prácticas religiosas del Reino Antiguo.

Por ahora, los investigadores apelan a la prudencia: «No abriremos la pirámide basándonos solo en datos geofísicos —aclara Helal—. Pero los resultados son lo bastante consistentes como para seguir investigando».

Las pirámides aún guardan secretos

Más de 4.500 años después de su construcción, las pirámides de Egipto siguen desafiando a la ciencia. La combinación de tecnología avanzada y arqueología responsable permite ahora mirar bajo sus piedras sin tocarlas.

«Tras la importante validación de un pasadizo oculto en la pirámide de Keops en 2023, ScanPyramids ha vuelto a lograr un importante hallazgo en Giza. La metodología de prueba que hemos desarrollado permite extraer conclusiones muy precisas sobre la naturaleza del interior de la pirámide sin dañar la valiosa estructura. La hipótesis de otra entrada es muy plausible, y nuestros resultados nos acercan mucho a su confirmación», concluye Christian Grosse, profesor de Ensayos No Destructivos en la Universidad Técnica de Múnich y coautor del este trabajo.

El hallazgo en la pirámide de Micerino no solo amplía el conocimiento sobre su estructura interna, sino que reafirma el potencial de la ciencia moderna para revelar secretos milenarios sin poner en riesgo el patrimonio. ⏹

  • Información facilitada por la Universidad Técnica de Múnich

  • Fuente: Khalid Helal, Polina Pugacheva, Hussien Allam, Mohamed Fath-Elbab, Mohamed Sholqamy, Olga Popovych, Simon Schmid, Benedikt Maier, Amr Galal, Alejandro Ramirez, Johannes Rupfle, Khalid Taie, Menna Ali, Clarimma Sessa, Thomas Schumacher, Zahi Hawass, Mehdi Tayoubi, Christian U. Grosse, Hany Helal, Mohamed Elkarmoty. Detection of two anomalies behind the Eastern face of the Menkaure Pyramid using a combination of non-destructive testing techniques. NDT & E International (2025). DOI: https://doi.org/10.1016/j.ndteint.2025.103331.

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