Urolitina A, la molécula que rejuvenece el sistema inmunitario en solo 28 días
Un ensayo clínico demuestra que este compuesto natural, derivado de la granada, las nueces y otros frutos, reactiva las mitocondrias de las células defensivas y revierte su envejecimiento. En apenas cuatro semanas, las defensas humanas recuperan energía, juventud y capacidad de respuesta.
Por Enrique Coperías
En el spa inmunitario, las células T rejuvenecen sus mitocondrias con una crema de urolitina A. El estudio original muestra que este compuesto natural puede revertir el envejecimiento del sistema inmunitario en 28 días. Ilustración generada con DAL-E
Uno de los grandes retos de la biomedicina en los últimos años ni es otro que dar con la clave para frenar el envejecimiento del sistema inmunitario, ese lento declive que nos hace más vulnerables a las infecciones, al cáncer y al efecto protector de las vacunas con el paso del tiempo.
Ahora, un ensayo clínico sugiere que una molécula natural producida en el intestino, la urolitina A, puede revertir parcialmente ese desgaste en apenas ¡veintiocho días!
El estudio, publicado en la revista Nature Aging por un equipo de la Universidad Goethe de Frankfurt coordinado por Florian R. Greten, muestra que este compuesto, derivado de los taninos de las granadas y otros frutos rojos, induce una profunda remodelación del sistema inmunitario humano.
En concreto, rejuvenece los linfocitos T, actores clave del sistema inmunitario adaptativo, y mejora su metabolismo energético. Los resultados apuntan a que, al menos durante un mes de tratamiento, las células inmunitarias de personas de mediana edad recuperan rasgos propios de un sistema inmune más joven.
El deterioro del sistema de defensa
Con los años, el sistema inmunitario pierde flexibilidad. El número de linfocitos T vírgenes, encargados de reconocer nuevos agentes patógenos, disminuye, mientras aumentan las células inmunitarias agotadas por años de actividad.
Este desequilibrio alimenta un estado de inflamación crónica de baja intensidad conocido como inflam-envejecimiento, que está relacionado con enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros males de la vejez.
Las causas de este declive son múltiples, pero un culpable destacado son las mitocondrias, las centrales energéticas de la célula. Con el tiempo acumulan daños, y los mecanismos de limpieza que deberían eliminar las mitocondrias defectuosas, mediante un proceso llamado mitofagia, se vuelven menos eficaces. El resultado es un metabolismo celular torpe y una respuesta inmunitaria fatigada.
Qué es la urolitina A y cómo actúa
Aquí es donde entra en escena la urolitina A, un metabolito postbiótico, esto es, una sustancia que no se encuentra directamente en los alimentos, sino que se genera cuando ciertas bacterias intestinales transforman los elagitaninos —un tipo de polifenoles— presentes en las granadas, las frambuesas o las nueces.
Estudios anteriores a este llevados a cabo en animales mostraron que este compuesto activa la mitofagia, elimina las mitocondrias envejecidas y estimula la biogénesis mitocondrial. En humanos, algunos ensayos ya habían revelado mejoras en la función muscular y la resistencia física tras su consumo.
Ahora, el nuevo ensayo clínico, bautizado como MitoImmune, da un paso más allá, al explorar si ese efecto también alcanza al sistema inmunitario humano.
La urolitina A es un compuesto natural que se produce en el intestino a partir del consumo de alimentos ricos en elagitaninos, como granadas, bayas y nueces. Foto: Evie Fjord
El ensayo clínico: 50 adultos, 1.000 mg diarios durante 4 semanas
El equipo de Frankfurt reclutó a cincuenta adultos sanos de entre 45 y 70 años, sin enfermedades crónicas ni tratamientos que alterasen la inmunidad. La mitad del grupo recibió 1.000 miligramos diarios de urolitina A en cápsulas durante cuatro semanas; la otra mitad, un placebo indistinguible del primero. Ni los voluntarios ni los investigadores sabían quién pertenecía a cada grupo hasta el final del estudio.
Los científicos analizaron muestras de sangre al inicio y al cabo de veintiocho días. Se centraron en los linfocitos T CD8+, las células que destruyen las células infectadas y las tumorales, y midieron tanto su perfil fenotípico —qué tipos predominaban— como su metabolismo energético y su respuesta inmunitaria.
Los resultados fueron claros, ya que, tras solo un mes, los participantes que tomaron urolitina A presentaban más linfocitos T vírgenes y menos células agotadas. Estas células jóvenes, esenciales para responder a nuevos virus o vacunas, suelen disminuir drásticamente con la edad. Además, las células mostraron un aumento de Ki-67, un marcador de proliferación celular, y una reducción de TOX, una proteína asociada al agotamiento inmunitario. En conjunto, el sistema de defensa parecía haber recuperado vitalidad.
Resultados: células más jóvenes y metabolismo más eficiente
El rejuvenecimiento no era solo aparente. Las células tratadas también cambiaron su manera de obtener energía. Gracias a una técnica llamada SCENITH, los investigadores comprobaron que las células T de quienes recibieron urolitina A redujeron su dependencia de la glucosa y aumentaron la oxidación de ácidos grasos y aminoácidos, un patrón metabólico más típico de las células jóvenes y resilientes.
Este cambio energético sugiere que las mitocondrias recuperaron funcionalidad.
A nivel molecular, las células mostraron mayor expresión de PGC-1α, el director de orquesta de la biogénesis mitocondrial, el proceso de creación de nuevas mitocondrias en las células para generar energía, el ATP. En otras palabras, las defensas no solo eliminaban mitocondrias defectuosas, sino que estaban fabricando nuevas y más eficientes.
Más defensas, menos inflamación
Los cambios no se limitaron a los linfocitos. El suplemento también aumentó la proporción de células NK (asesinas naturales), implicadas en la defensa frente a virus y tumores, y de monocitos no clásicos, un tipo de glóbulo blanco asociado con una respuesta antiinflamatoria.
Además, los monocitos de los participantes tratados exhibieron una mayor capacidad de fagocitar bacterias, en concreto la Escherichia coli, lo que apunta a un refuerzo funcional de la inmunidad innata.
En cuanto a las moléculas inflamatorias circulantes, los niveles de la citoquina IL-2 disminuyeron, sin que se detectaran aumentos de marcadores de inflamación, como el TNF (factor de necrosis tumoral) y la inmunoglobulina IL-6. En pruebas de laboratorio, las células T estimuladas ex vivo liberaron más TNF, señal de una respuesta tipo 1 más robusta —la que combate virus y tumores—, pero sin exacerbar las vías inflamatorias nocivas.
Evidencia molecular: las células «reprograman» su juventud
Para entender qué ocurría dentro de las células, el equipo realizó secuenciación de ARN a nivel unicelular en muestras de cinco voluntarios. Los análisis mostraron una reprogramación genética generalizada: se activaron genes asociados al mantenimiento de células madre, como el TCF7 y el LEF1, a la comunicación celular y a la movilidad, mientras se silenciaban otros vinculados al agotamiento y la supresión inmunitaria, caso del NR4A2, el CREM y el TGFB1.
En paralelo, se reforzaron rutas mitocondriales y se apagaron circuitos inhibidores relacionados con la señalización del monofosfato de adenosina cíclico o AMPc, que suelen frenar la respuesta de los linfocitos envejecidos.
Los cambios también afectaron a las células NK y a los monocitos. Estos expresaron menos genes proinflamatorios y más genes relacionados con la energía y la reparación celular. En conjunto, el retrato molecular dibuja un sistema inmune más enérgico y menos inflamado.
Los participantes que tomaron urolitina A presentaban al cabo de un mes más linfocitos T vírgenes y menos células inmunológicas agotadas. Cortesía: National Institute of Allergy and Infectious Diseases
Por qué es importante: rejuvenecer desde las mitocondrias
Greten no quiere dejar pasar por alto que la intervención fue bien tolerada. En efecto, durante el mes de estudio se registraron solo nueve efectos adversos leves, la mayoría infecciones respiratorias comunes. No hubo diferencias relevantes frente al grupo placebo, ni alteraciones en la función hepática o renal. Y destaca que la urolitina A, ya probada en otros ensayos de hasta cuatro meses, se considera segura en adultos sanos.
Greten y sus colegas interpretan los resultados como una prueba de concepto: una intervención oral, segura y breve puede remodelar el sistema inmunitario humano a través de las mitocondrias. «Nuestros hallazgos indican que mejorar el control de calidad mitocondrial podría ser una estrategia eficaz para contrarrestar el envejecimiento inmunitario y la inflamación crónica», señalan.
Sin embargo, advierten de que se trata de un ensayo piloto, sin seguimiento a largo plazo. No se sabe cuánto duran los efectos ni si se traducen en beneficios clínicos tangibles, como menor riesgo de infecciones o mejor respuesta a las vacunas. Tampoco se probó en personas mayores o con enfermedades crónicas.
Una molécula natural con potencial antienvejecimiento
El envejecimiento del sistema inmune es un campo de investigación en auge. En los últimos años, conceptos como el rejuvenecimiento celular y la inmunometabolómica han pasado de los laboratorios a los ensayos clínicos. La urolitina A se suma a un pequeño pero creciente grupo de candidatos, junto al ejercicio físico, la restricción calórica o ciertos fármacos antienvejecimiento como la metformina, que buscan ampliar la salud inmunitaria, no solo la longevidad.
Si los resultados se confirman en estudios más amplios, la molécula podría tener aplicaciones que van desde mejorar la eficacia de las vacunas hasta potenciar terapias inmunológicas contra el cáncer, donde la fatiga de los linfocitos es un obstáculo frecuente. Algunos investigadores ya exploran si combinar la urolitina A con inmunoterapia podría aumentar su eficacia.
Por ahora, el hallazgo ilustra cómo una sustancia derivada de unos frutos cotidianos puede actuar en uno de los procesos más profundos del envejecimiento humano: la pérdida de vigor del sistema inmunitario. En apenas cuatro semanas, las células defensivas de los voluntarios parecieron retroceder en el tiempo, al menos en su metabolismo y comportamiento.
La idea de que parte de nuestra juventud celular pueda recuperarse a través del intestino y sus metabolitos naturales no deja de ser poética: las bacterias intestinales que habitan en nosotros podrían tener una de las llaves para mantener nuestras defensas jóvenes. ⏹
Fuente: Denk, D., Singh, A., Kasler, H.G. et al. Effect of the mitophagy inducer urolithin A on age-related immune decline: a randomized, placebo-controlled trial. Nature Aging (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s43587-025-00996-x

