Litio en el cerebro: cómo este micronutriente podría prevenir y revertir el alzhéimer

Investigadores de Harvard han descubierto que el litio presente de forma natural en el cerebro protege la memoria y podría frenar la progresión del alzhéimer. Un tipo especial de litio, el orotato, ha demostrado prevenir y revertir la enfermedad en ratones, lo que abre una vía para la prevención y el tratamiento de la demencia en humanos.

Por Enrique Coperías

En el cerebro afectado por el alzhéimer, niveles anormales de proteína beta‑amiloide se agrupan formando placas (en marrón) que se acumulan entre las neuronas y alteran su funcionamiento.

En el cerebro afectado por el alzhéimer, niveles anormales de proteína beta‑amiloide se agrupan formando placas (en marrón) que se acumulan entre las neuronas y alteran su funcionamiento. Dentro de las células nerviosas, la proteína tau forma ovillos (en azul) que dañan la comunicación sináptica entre ellas. Cortesía: National Institute on Aging / NIH

Durante décadas, la investigación sobre el alzhéimer se ha centrado en dos sospechosos principales: las placas de beta-amiloide y los ovillos de proteína tau. Sin embargo, un equipo de científicos de Harvard y del Rush Alzheimer’s Disease Center, en Estados Unidos, ha puesto el foco en un elemento químico tan humilde como sorprendente: el litio.

Y no, no hablamos del litio de las baterías, sino de la diminuta cantidad que circula de forma natural por nuestro cerebro.

El estudio, capitaneado por el neurobiólogo Bruce Yankner y publicado en la revista Nature, revela que este litio endógeno —es decir, el que forma parte natural de nuestro organismo— desempeña un papel trascendental en la preservación de la memoria y la salud neuronal.

El vínculo entre litio bajo y alzhéimer

La historia arranca con un hallazgo inesperado: al analizar veintisiete metales en el cerebro de personas mayores, el litio fue el único que aparecía significativamente reducido en quienes padecían deterioro cognitivo leve, el preludio clínico del alzhéimer, y en los ya diagnosticados con esta enfermedad que, solo en España, afecta a más de 800.000 personas.

Más intrigante aún: las citadas placas de beta-amiloideacumulaciones anormales de una proteína (beta-amiloide) que se agrupa entre las neuronas— parecen secuestrar el litio, atrapándolo en su interior y reduciendo su disponibilidad en el tejido cerebral. Es decir, la enfermedad de Alzheimer no solo daña las neuronas, sino que roba un micronutriente que podría estar ayudando a protegerlas.

Yankner, profesor de Genética y Neurología en Facultad de Medicina de Harvard, señala que «el litio queda atrapado en las placas de beta-amiloide». Primero, explica, el cerebro empieza a absorber menos litio desde fases muy tempranas. Después, a medida que progresa la enfermedad, el litio que aún queda se une a la proteína amiloide y se vuelve inaccesible para las neuronas, agravando de este modo la carencia.

Evidencia en modelos animales: litio bajo, más alzhéimer

Para entender si esa carencia era causa o consecuencia, Yankner y sus colegas recurrieron a modelos animales de alzhéimer. Alimentaron ratones sanos y transgénicos con dietas muy pobres en litio. El resultado fue claro: con apenas un 50% menos de litio en la corteza cerebral, los ratones acumularon más placas de beta amiloide, más ovillos de proteína tau acumulaciones anormales de la proteína tau dentro de las neuronas— y mostraron inflamación cerebral mediada por la microglía, esto es, las células inmunitarias del cerebro).

La falta de litio también provocó pérdida de sinapsis, de axones y de la mielina que recubre las fibras nerviosas, acelerando de este modo el declive cognitivo. Y este deterioro se manifestó pronto: en solo cinco semanas ya se detectaban cambios patológicos.

A nivel molecular, el déficit de litio alteró la expresión genética cerebral en múltiples tipos celulares, desde neuronas excitadoras hasta astrocitos y oligodendrocitos, cambios que se solapan con los observados en cerebros humanos con alzhéimer temprano.

El interruptor de la neurodegeneración

Uno de los hallazgos más reveladores del nuevo trabajo es el papel que desempeña la enzima GSK3β. Esta proteína, cuando está sobreactivada, favorece la fosforilación de la proteína tau, una reacción que desestabiliza las conexiones sinápticas y debilita la producción de mielina, según Yankner. El litio natural mantiene a la enzima GSK3β bajo control; su déficit, en cambio, la desata.

Los investigadores comprobaron que el bloqueo de esta enzima en ratones con déficit de litio redujo tanto las placas de amiloide como los ovillos de tau, además de restaurar la mielina y mejorar la capacidad de la microglía para eliminar la proteína beta amiloide.

Orotato de litio: una forma «inteligente» de litio que esquiva las placas

Si el litio protege, ¿por qué no suplementarlo? El problema está en que las sales de litio tradicionales, como el carbonato de litio, tienden a unirse a la proteína amiloide, quedando así atrapadas, y a dosis altas pueden causar toxicidad renal y tiroidea.

La solución es el orotato de litio, una sal orgánica de litio con menor capacidad de unirse a las placas de amiloide y más eficaz para aumentar el litio disponible en el cerebro.

En modelos animales con esta demencia, el orotato de litio no solo previno la aparición de este trastorno neurodegenerativo, sino que revirtió daños avanzados: redujo un 70% las placas de beta amiloide, disminuyó la fosforilación de la tau, restauró proteínas sinápticas y aumentó la mielinización, sin toxicidad a largo plazo.

El orotato de litio emerge como un candidato para prevenir y tratar el alzhéimer de forma segura. Aunque las evidencias en ratones son sólidas, el salto a humanos requerirá más investigación clínica.

El orotato de litio emerge como un candidato para prevenir y tratar el alzhéimer de forma segura. Aunque las evidencias en ratones son sólidas, el salto a humanos requerirá más investigación clínica. Pero la idea de que un micronutriente presente en el cerebro pueda ser un aliado contra la demencia abre una vía distinta y prometedora. Foto: Artyom Kabajev

Memoria recuperada… en ratones

Los ratones tratados con orotato de litio recuperaron su memoria espacial y su capacidad de aprendizaje hasta niveles casi normales. Incluso en ratones viejos sin alzhéimer, el suplemento previno la pérdida de conexiones neuronales y mantuvo la memoria intacta.

El tratamiento también redujo la inflamación cerebral por envejecimiento y devolvió a la microglía la capacidad de degradar amiloide.

Beneficios potenciales en humanos

Aunque el estudio principal es en ratones, análisis en personas mayores sanas muestran que más litio en la corteza cerebral se asocia con:

✅ Mejor memoria de trabajo.

✅ Puntuaciones más altas en el Mini Mental State Examination (MMSE).

✅ Niveles más elevados de proteínas sinápticas protectoras.

Además, estudios epidemiológicos indican que beber agua con más litio natural se correlaciona con un menor riesgo de demencia.

Cómo el déficit de litio podría iniciar un bucle fatal

El equipo plantea un ciclo neurodegenerativo, que puede resumirse en cuatro fases:

1️⃣ El amiloide secuestra litio en las placas.

2️⃣ El déficit de litio activa GSK3β y daña sinapsis, mielina y microglía.

3️⃣ Esto acelera la acumulación de amiloide y tau.

4️⃣ El daño neuronal se agrava y el ciclo continúa.

Romper este ciclo con litio que esquive las placas, como el orotato, podría ralentizar o incluso revertir el proceso.

Una nueva vía contra esta demencia

Este hallazgo cambia la perspectiva: no solo se trata de eliminar placas y ovillos, sino de restaurar micronutrientes esenciales para mantener el cerebro en equilibrio. El orotato de litio emerge como un candidato prometedor para prevenir y tratar el alzhéimer de forma segura.

La investigación clínica en humanos será el próximo paso. Pero si los resultados se confirman, podríamos estar ante una estrategia de prevención del alzhéimer sencilla, accesible y sin efectos secundarios graves.

Aunque las evidencias en ratones son sólidas, el salto a humanos requerirá más investigación clínica. Pero la idea de que un micronutriente presente en el cerebro pueda ser un aliado contra la demencia abre una vía distinta y prometedora. Aún así, «se necesitan ensayos clínicos para comprender cómo el orotato de litio en dosis bajas puede afectar a las personas —afirma Rudolph Tanzi, del Hospital General de Massachusetts, en la revista New Scientist— El reto es determinar si alguien necesita litio. Porque no conviene sobrecargar el organismo con litio, ya que podría provocar efectos secundarios graves».▪️

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