La tinta bacteriana que resucita los arrecifes de coral
Un equipo de científicos ha creado una tinta viva capaz de multiplicar por cinco el asentamiento de las larvas de coral. Una herramienta biotecnológica que podría cambiar el futuro de los arrecifes en plena crisis climática.
Una investigadora muestra un fragmento de coral y una probeta con la tinta bacteriana Brink, un hidrogel con bacterias marinas que multiplica la fijación de larvas y abre nuevas posibilidades para la restauración de arrecifes. Imagen conceptual generada con Gemini
Por Enrique Coperías
Los arrecifes de coral, esos bosques submarinos que dan cobijo a un cuarto de la vida marina y protegen a millones de personas que viven cerca del mar, atraviesan una de sus mayores crisis. El aumento de la temperatura del mar, la acidificación de los océanos y la contaminación han reducido su extensión a marchas forzadas: se estima que la mitad de ellos ha desaparecido en las últimas tres décadas.
Si la tendencia continúa, muchos ecosistemas coralinos podrían convertirse en desiertos marinos antes de que acabe el siglo.
La comunidad científica lleva años buscando soluciones para restaurar corales. Una de las más prometedoras no se parece a las imágenes habituales de buceadores trasplantando fragmentos de coral en viveros marinos. En lugar de bisturís y cuerdas, la herramienta estrella es una tinta viva, cargada de bacterias marinas, que puede imprimirse en 3D sobre las superficies destinadas a la restauración. Su nombre, sencillo y sonoro, resume la idea: Brink, la tinta de arrecife bacteriana.
El nuevo material, descrito por investigadores de la Universidad de California San Diego y de la Universidad de Hawái en la revista PNAS Nexus, funciona como un recubrimiento que multiplica por cinco la capacidad de los corales jóvenes para asentarse en un sustrato marino. En otras palabras: convierte una piedra desnuda en un hogar hospitalario para las larvas de coral que buscan fijarse y empezar una nueva colonia.
El reto de la restauración coralina
Los intentos de repoblar los arrecifes degradados con corales cultivados en viveros se topan con un problema de base: la escasa tasa de asentamiento de larvas de coral. Aunque los adultos liberan millones de gametos durante las espectaculares noches de desove masivo, apenas una fracción diminuta de las crías logra fijarse y sobrevivir.
Esa debilidad es crítica, porque la reproducción sexual no solo multiplica el número de ejemplares, sino que también aumenta la diversidad genética de los corales, clave para resistir olas de calor marinas o nuevas enfermedades.
La naturaleza ya contaba con un truco químico para facilitar ese proceso. Las larvas de coral son capaces de oler el entorno en busca de señales químicas que les indiquen un buen lugar donde anclarse. Esas señales provienen sobre todo de bacterias marinas y de unas algas calcáreas llamadas coralináceas, que recubren el fondo marino. El problema es que, en los arrecifes dañados, esos biofilms bacterianos casi han desaparecido.
La idea de los investigadores era sencilla en su concepción y ambiciosa en su ejecución: fabricar un material que imite y potencie esas señales biológicas, de manera que las larvas encuentren rápidamente un sitio donde crecer.
PARA SABER MÁS
Brink, una tinta viva para salvar corales
Brink es un compuesto híbrido. Por un lado, combina dos polímeros ya conocidos en ingeniería biomédica: el PEGDA, un material sintético rígido y resistente; y la GelMA, una gelatina derivada del colágeno que es biodegradable y compatible con las células. De la mezcla resulta un hidrogel marino firme pero poroso, capaz de alojar bacterias vivas y mantenerlas activas durante días.
El otro ingrediente esencial son las bacterias inductoras de asentamiento. Los investigadores seleccionaron dos especies: Cellulophaga lytica, procedente de biopelículas marinas, y Thalassotalea euphylliae, aislada directamente de un coral hawaiano. Ambas producen lipopolisacáridos (LPS), unas moléculas de la membrana bacteriana que actúan como señales químicas para larvas de coral.
El proceso recuerda a la cocina molecular aplicada al mar. Se prepara la tinta bacteriana con el hidrogel y los cultivos, se coloca sobre un sustrato de carbonato cálcico —similar al esqueleto natural del coral— y se solidifica con un destello de luz ultravioleta. En apenas 45 segundos, el recubrimiento queda fijado. El resultado es una película translúcida, salpicada de bacterias que siguen vivas y activas, como diminutas fábricas químicas submarinas.
Dos larvas de la especie de coral Pocillopora damicornis. Los filamentos marrones visibles son algas simbiontes que penetran en las larvas antes de ser liberadas por los corales adultos. Cortesía: E. Rivest / VIMS.
Resultados: un imán para las larvas de coral
Los ensayos de laboratorio con dos especies de coral del Pacífico —Montipora capitata y Pocillopora acuta— ofrecieron resultados espectaculares. En los sustratos recubiertos con Brink, las tasas de asentamiento coralino se multiplicaron por más de cinco respecto a los controles sin recubrimiento. Más del 80% de las larvas de coral optaron por fijarse directamente sobre la tinta bacteriana, ignorando las superficies desnudas.
La diferencia no es solo estadística. En términos prácticos, significa que por cada cien larvas de coral que flotan buscando un hogar, en un arrecife degradado quizá solo dos o tres lo encuentren; con Brink, la cifra puede ascender a diez o quince. Ese salto podría marcar la diferencia entre el fracaso y la recuperación de una colonia.
Además, el hidrogel demostró ser un entorno estable: las bacterias marinas permanecieron dentro de la matriz sin escapar al agua circundante, lo que reduce el riesgo de desequilibrios en el ecosistema marino. Al cabo de una semana en condiciones de agua de mar natural, las comunidades microbianas seguían dominadas por las especies inoculadas.
La revolución de la biotinta
El concepto pertenece a una nueva frontera científica: los materiales vivos funcionales. Inspirados en la biomedicina y en la impresión 3D de tejidos, los investigadores aplican ahora esas tecnologías al medioambiente marino. La lógica es la misma: crear microhábitats controlados que guíen el comportamiento de organismos microscópicos.
«Lo que antes era un material pasivo —una roca artificial colocada en el mar— ahora se convierte en un material activo capaz de interactuar con los corales y con el ecosistema marino», resume Daniel Wangpraseurt, investigador de la Scripps Institution of Oceanography y autor principal del estudio
La versatilidad del método abre un abanico de aplicaciones. La tinta bacteriana Brink puede usarse como un simple recubrimiento aplicado en superficies de restauración coralina, pero también puede imprimirse en 3D en patrones que imiten la rugosidad de los arrecifes naturales.
Ventajas frente a métodos tradicionales
La buena noticia es que el material marino no parece prohibitivo y se erige como un potente competidor de los métodos tradicionales de restauración coralina:
✅ Rapidez: no requiere semanas de formación de biofilm natural, sino que está listo en cuestión de minutos.
✅ Escalabilidad: el coste estimado es de apenas 0,63 dólares/m² en aplicaciones prácticas.
✅ Versatilidad: puede aplicarse como recubrimiento plano o con patrones impresos en 3D que imitan la rugosidad de un arrecife natural.
✅ Sostenibilidad: utiliza bacterias nativas, se degrada de forma natural y minimiza riesgos ecológicos.
Esquema de Brink como recubrimiento vivo diseñado para favorecer el asentamiento de corales. A) Aislamiento de bacterias productoras de lipopolisacáridos a partir de cultivos de Montipora capitata y biopelículas marinas. B) Optimización de la mezcla de biopolímeros y solidificación rápida con luz sobre soportes de carbonato cálcico, habituales en restauración. C) Brink mantiene bacterias vivas que actúan como biofactorías, liberando moléculas que atraen a las larvas de coral del entorno.
Crédito: Levy et al.
Un camino en fase experimental
Conviene matizar que el hallazgo está en una fase temprana de prueba de concepto. Hasta ahora se ha demostrado en condiciones controladas de laboratorio. Los próximos pasos implican ensayos en arrecifes reales, donde factores como el oleaje, los depredadores o la competencia con algas marinas pueden alterar los resultados.
Los propios autores reconocen que falta estudiar la supervivencia a largo plazo de los corales juveniles, la interacción de la tinta con otras especies marinas y su comportamiento en distintos entornos tropicales.
A pesar de esas incógnitas, el potencial de Brink es una esperanza tangible frente al colapso coralino. En un escenario en el que los científicos advierten que la restauración de corales no bastará sin una reducción de emisiones de CO₂, tecnologías como esta ofrecen tiempo y margen de maniobra.
Imaginemos un futuro en el que, tras un evento de blanqueamiento coralino, los equipos de restauración despliegan superficies recubiertas con biotinta bacteriana, listas para recibir a las larvas de coral liberadas en la siguiente temporada de desove masivo.
PARA SABER MÁS
Ciencia al servicio del mar
El proyecto, financiado en parte por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) dentro del programa Reefense, refleja cómo la frontera entre biotecnología y conservación marina se está desdibujando. La impresión 3D, los materiales inteligentes y la microbiología aplicada dejan de ser patrimonio exclusivo de hospitales para convertirse en aliados de los ecosistemas marinos.
Como recuerda Michael Hadfield, del Kewalo Marine Laboratory, en la Universidad de Hawái, y coautor del estudio, «cada vez comprendemos mejor que los corales no son solo animales individuales, sino consorcios que interactúan con bacterias, algas y hongos. Restaurar un arrecife implica restaurar también esas relaciones invisibles».
En ese sentido, Brink no es simplemente una tinta: es una tecnología biotecnológica para restaurar arrecifes de coral.
Los arrecifes de coral han sobrevivido a millones de años de cambios climáticos, pero nunca habían afrontado un ritmo de perturbaciones tan acelerado como el actual. En el mejor de los casos, las soluciones de restauración servirán para ganar tiempo, mantener la biodiversidad marina y proteger a las comunidades costeras.
Brink se suma a esa carrera contrarreloj con una propuesta audaz: escribir con bacterias el futuro de los corales. ▪️
Biotinta y corales: Preguntas & Respuestas
🪸 ¿Qué es Brink?
Es una tinta bacteriana viva que aumenta el asentamiento de larvas de coral al liberar señales químicas producidas por bacterias marinas.
🪸 ¿Cómo ayuda Brink a restaurar los arrecifes de coral?
Brink multiplica por cinco la fijación de larvas de coral, acelerando la repoblación de arrecifes dañados por el cambio climático y la contaminación.
🪸 ¿Es seguro para el ecosistema marino?
Sí, está diseñado con bacterias nativas y un hidrogel biodegradable que minimiza riesgos ecológicos.
🪸 ¿Cuánto cuesta aplicar Brink en arrecifes?
El coste estimado es de 0,63 dólares/m² en su aplicación práctica, lo que lo hace asequible a gran escala.
🪸 ¿Cuándo se usará en el mar real?
Actualmente está en fase experimental de laboratorio; los próximos ensayos serán en arrecifes naturales para evaluar su efectividad a largo plazo.
Fuente: Natalie Levy, Samapti Kundu, Marnie Freckelton, Julie Dinasquet, Isabel Flores, Claudia T Galindo-Martínez, Martin Tresguerres, Vanessa De La Garza, Yazhi Sun, Zahra Karimi, Crawford Drury, Christopher P Jury, Joshua R Hancock, Shaochen Chen, Michael G Hadfield, R3D Consortium, Daniel Wangpraseurt. Microbial living materials promote coral larval settlement. PNAS Nexus (2025). DOI: https://doi.org/10.1093/pnasnexus/pgaf268