Los glaciares tardarán siglos en recuperarse incluso si se revirtiera el cambio climático

Superar los 1,5 °C de calentamiento global podría condenar a los glaciares del mundo a una pérdida irreversible, incluso si después se enfría el planeta. Un nuevo estudio advierte de que el daño de este sobrepaso duraría siglos y afectaría al nivel del mar y al agua dulce de la que dependen millones de personas.

Por Enrique Coperías

Dos imágenes del glaciar Kangerdlugssuaq, en el este de Groenlandia, de 1992, tomadas por el ERS-1, y de 2011, captadas por el ERS-2, muestran que el frente de parto de la corriente de hielo ha retrocedido cinco kilómetros en los últimos 19 años.

Dos imágenes del glaciar Kangerdlugssuaq, en el este de Groenlandia, de 1992, tomadas por el ERS-1, y de 2011, captadas por el ERS-2, muestran que el frente de parto de la corriente de hielo ha retrocedido cinco kilómetros en los últimos diecinueve años. También es evidente el adelgazamiento del vapor de hielo y de la capa de hielo circundante. Cortesía: ESA

Durante años, el umbral de 1,5 °C de calentamiento global respecto a niveles preindustriales ha sido un punto de referencia en la lucha climática. Representa no solo un objetivo político del Acuerdo de París, sino también una frontera física más allá de la cual los sistemas naturales pueden sufrir transformaciones irreversibles.

Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Climate Change acaba de confirmar que este umbral no es simbólico: superarlo, aunque sea temporalmente, podría tener consecuencias duraderas e inmutables para los glaciares de montaña de todo mundo.

La investigación, liderada por las universidades de Innsbruck (Austria) y Bristol (Reino Unido), muestra por primera vez simulaciones globales de la evolución de más de 200.000 glaciares hasta el año 2500, bajo escenarios en los que la temperatura global sobrepasa los 1,5 °C hasta alcanzar los 3 °C, antes de volver a descender.

Estos denominados escenarios de sobrepaso climático o overshoot están adquiriendo cada vez más relevancia ante la insuficiencia de los compromisos climáticos actuales. Según los investigadores, incluso si se lograra enfriar el planeta tras superar ese umbral, los glaciares no volverán a su estado previo durante siglos, e incluso milenios.

¿Qué pasa con los glaciares si superamos los 1,5 °C de calentamiento global?

El estudio revela que en un escenario en el que la temperatura global sube hasta 3 °C hacia 2150 y luego baja gradualmente hasta estabilizarse en 1,5 °C alrededor del año 2300, los glaciares del mundo perderían un 16 % más de masa glaciar para 2200 y un 11 % más para 2500, en comparación con un escenario donde nunca se supera el umbral de 1,5 °C.

Lo más alarmante es que esta pérdida se suma a un 35 % de masa glaciar que ya está comprometida incluso si se limita el calentamiento global a 1,5 °C sin sobrepasos. En otras palabras, incluso en el mejor de los escenarios posibles, los glaciares del planeta perderán más de un tercio de su volumen actual.

«Las políticas climáticas actuales están llevando a la Tierra por un camino cercano a los 3 °C. Es evidente que un mundo así es mucho peor para los glaciares que uno en el que se mantiene el límite de 1,5 °C», afirma el Fabien Maussion, coautor del estudio y profesor en la Universidad de Bristol.

Maussion y sus colegas querían saber si los glaciares pueden recuperarse si el planeta vuelve a enfriarse. «Es una pregunta que mucha gente se hace: ¿volverán los glaciares a lo largo de nuestra vida o en la de nuestros hijos? Lamentablemente, nuestros resultados indican que no», asegura.

Langjökull es, tras el Vatnajökull, el segundo de los glaciares por tamaño de Islandia: en el pasado, tenía una extensión de 1.021 km² ; hoy es de 925 km²… y retrocediendo.

Langjökull es, tras el Vatnajökull, el segundo de los glaciares por tamaño de Islandia: en el pasado, tenía una extensión de 1.021 km² ; hoy es de 925 km²… y retrocediendo. Cortesía: Lilian Schuster

¿Es reversible el deshielo de los glaciares tras un sobrecalentamiento climático?

La magnitud del daño no solo reside en la pérdida del hielo en sí, sino en las consecuencias asociadas: aumento del nivel del mar, pérdida de reservas de agua dulce, alteraciones en los ecosistemas y cambios en los patrones de precipitación regionales.

La masa glaciar que se pierde, tarde o temprano, llega al océano, contribuyendo así al ascenso del nivel del mar. Aunque las temperaturas se estabilicen, la masa ya derretida no se recongela, ni vuelve a los glaciares de forma automática.

En el año 2500, bajo el escenario de sobrepaso climático, el nuevo trabajo proyecta una subida adicional del nivel del mar de 34 milímetros, solo por el deshielo adicional respecto al escenario sin sobrepaso.

Además, los glaciares más grandes y lentos de regiones como Alaska, Groenlandia y el Ártico ruso no tienen la capacidad de regenerarse con rapidez. «Nuestros modelos muestran que harían falta siglos, si no milenios, para que los grandes glaciares polares se recuperen de un sobrepaso de 3 °C”—explica Lilian Schuster, autora principal del estudio e investigadora en la Universidad de Innsbruck. Y continúa—: Para glaciares más pequeños, como los de los Alpes, el Himalaya y los Andes Tropicales, la recuperación no será visible para las próximas generaciones, aunque podría ser posible hacia el año 2500”.

Glaciares y seguridad hídrica: del pico de agua al riesgo de escasez

Un aspecto novedoso y crucial de esta investigación es el análisis del impacto en el caudal de agua procedente del deshielo glaciar, una fuente vital para muchas regiones montañosas del mundo. A corto plazo, cuando los glaciares se derriten rápidamente, se genera un aumento en el caudal de ríos —el llamado pico del agua (peak water)—. Pero este fenómeno es pasajero. Cuando los glaciares disminuyen su masa y tamaño, el caudal también se reduce.

El estudio introduce el concepto de agua en depresión (trough water): una fase en la que, si los glaciares comienzan a regenerarse tras una bajada de temperaturas, almacenan nuevamente agua en forma de hielo, reduciendo la cantidad de agua que fluye río abajo, especialmente durante las estaciones secas. Esto representa un serio riesgo para la seguridad hídrica de comunidades que dependen del deshielo.

Según el estudio, aproximadamente la mitad de las sesenta cuencas glaciares analizadas experimentarán alguna forma de agua en depresión más allá del año 2100. «Es demasiado pronto para saber con certeza qué impacto tendrá, pero nuestro trabajo es un primer paso para comprender las múltiples y complejas consecuencias de los sobrepasos climáticos en los sistemas hídricos dependientes de glaciares», sospecha Schuster.

Modelos de última generación para escenarios del futuro

Para obtener estos resultados, los investigadores utilizaron el modelo OGGM (Open Global Glacier Model), desarrollado por universidades europeas y estadounidenses, que permite simular el comportamiento de todos los glaciares no polares del planeta desde el año 2000 hasta 2500. Este modelo se combinó con simulaciones climáticas innovadoras desarrolladas por la Universidad de Berna, que permiten explorar escenarios de sobrepaso y estabilización de temperatura a largo plazo.

En particular, el modelo GFDL-ESM2M se usó para simular cómo varían la temperatura y las precipitaciones regionales en un mundo que se calienta hasta los 3 °C antes de enfriarse progresivamente. Los investigadores encontraron que, incluso si se estabiliza el calentamiento, muchas regiones continúan experimentando condiciones más cálidas debido a las diferencias locales respecto al promedio global.

La investigación fue parte del proyecto europeo PROVIDE, que estudia cómo afectarán los sobrepasos climáticos a sectores clave en todo el mundo, como los recursos hídricos, la biodiversidad y la agricultura.

Parte del Parque Nacional y Reserva de la Bahía de los Glaciares, en la costa sudeste de Alaska, visto desde el espacio en esta imagen captada por la misión Copernicus Sentinel-2.

Parte del Parque Nacional y Reserva de la Bahía de los Glaciares, en la costa sudeste de Alaska, visto desde el espacio en esta imagen captada por la misión Copernicus Sentinel-2. La región alberga dieciséis glaciares, doce de los cuales llegan al mar y se desprenden formando icebergs. Cortesía: ESA

¿Se comportan todos los glaciares igual?

Una de las conclusiones más destacadas del estudio es que los efectos del sobrepaso climático no se distribuyen de forma homogénea. Las regiones con glaciares empinados y climas más cálidos responden más rápidamente tanto al calentamiento como al enfriamiento. Pero los glaciares en zonas planas, frías y con gran masa —como el Ártico— son más lentos para reaccionar, y en muchos casos, la recuperación no se produce ni siquiera en 500 años.

Esto plantea una paradoja inquietante: en algunas cuencas, el descenso de temperaturas tras un sobrepaso climático puede resultar más perjudicial para el suministro de agua que mantener un calentamiento constante. A nivel local, podría haber conflictos entre adaptación y mitigación, entre las necesidades de agua inmediata y los objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono a largo plazo.

Como advierte Maussion, «el sobrepaso de los 1,5 °C, incluso temporal, bloquea la pérdida de glaciares durante siglos. Nuestro estudio muestra que gran parte de ese daño no puede deshacerse simplemente, incluso si las temperaturas vuelven a niveles seguros. Cuanto más tardemos en reducir emisiones, más carga dejamos a las generaciones futuras en forma de cambios irreversibles».

Una advertencia contundente

En un contexto en el que 2023 fue el año más cálido registrado y el primero en superar los 1,5 °C de media anual, este estudio se suma a una creciente evidencia científica sobre los peligros de la inacción climática. Apostar por estrategias de enfriamiento futuro —como el secuestro de carbono— después de permitir un sobrepaso significativo del calentamiento implica riesgos climáticos que podrían volverse incontrolables.

Los autores advierten de que no basta con confiar en soluciones futuras. El daño ya empieza a acumularse y no todo se puede revertir. En sus propias palabras: el mundo después del sobrepaso no será igual al de antes.

Así pues, el mensaje es claro y directo: la única forma segura de proteger los glaciares y los recursos hídricos que dependen de ellos es limitar el calentamiento global lo antes posible y evitar que el planeta cruce los umbrales críticos. Porque, una vez superados, el camino de regreso será largo, incierto y probablemente incompleto. ▪️

🧊 Preguntas frecuentes

¿Los glaciares pueden recuperarse si la Tierra vuelve a enfriarse?
No completamente. Según el estudio, incluso si se regresa a 1,5 °C, la pérdida de masa glaciar sería irreversible durante siglos o milenios.

¿Cómo afecta el deshielo de glaciares al nivel del mar?
El derretimiento de los glaciares contribuye directamente al aumento del nivel del mar, y el exceso de deshielo en escenarios de sobrepaso suma decenas de milímetros adicionales.

¿Qué es el fenómeno de “trough water”?
Es una disminución temporal del caudal de agua desde glaciares en proceso de regeneración, lo que puede afectar negativamente a las regiones que dependen de ese flujo.

¿Qué tecnologías podrían revertir el calentamiento?
Técnicas como la captura de carbono podrían ayudar a enfriar el planeta, pero el daño a los glaciares no se revierte automáticamente con la temperatura.

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