Los primeros caballos CRISPR desatan la polémica: qué será lo siguiente en animales editados genéticamente
Los caballos de polo clonados y modificados con la técnica de «cortapega» genético CRISPR en Argentina han abierto un intenso debate entre ciencia y tradición. Lo que para unos es un salto biotecnológico, para otros amenaza el futuro de la cría animal.
Por Enrique Coperías
Clones de la yegua campeona Polo Pureza, que ha servido de molde para diseñar los potros editados genéticamente. Esto son portadores de un ajuste en el gen de la miostatina, que regula el crecimiento muscular. El objetivo: hacerlos más veloces, una cualidad apreciada en el polo. Cortesía: Kheiron Biotech
Los caballos parecen idénticos a cualquier ejemplar destinado al deporte del del polo, inteligentes, enérgicos, ágiles y veloces, pero esconden un secreto en su genoma: son los primeros de su especie modificados con CRISPR-Cas9, la técnica de edición genética que permite cortar y reescribir fragmentos de ADN con una precisión inédita.
El resultado de esta manipulación genética ha sido inmediato: polémica en los establos y un debate global sobre hasta dónde debe llegar la biotecnología animal.
Los cinco potros fueron desarrollados hace diez meses en Buenos Aires por Kheiron Biotech, una organización sin ánimo de lucro especializada en clonación equina. Todos ellos son copias genéticas de la yegua campeona Polo Pureza, pero con un ajuste en el gen de la miostatina, proteína que regula el crecimiento muscular. El objetivo: ganar velocidad. Para lograrlo, los investigadores editaron células embrionarias y después implantaron los embriones en yeguas receptoras.
Reacciones en Argentina y el mundo del polo
La noticia, dada el 30 de agosto por la agencia Reuters, ha sacudido a los criadores de Argentina, un país donde el polo es deporte nacional y tradición ganadera. Los críticos alertan de que la irrupción de caballos editados genéticamente amenaza empleos y devalúa el arte del cruce selectivo, que durante generaciones ha producido caballos de élite.
La Asociación Argentina de Polo reaccionó rápido y prohibió su uso en torneos oficiales, siguiendo la línea marcada en 2019 por la Federación Ecuestre Internacional.
Algunos científicos, en cambio, ven en estos caballos CRISPR una demostración del potencial de la edición genética. «Es interesante mostrar que la técnica funciona también en equinos—ha declarado en la revista Nature la veterinaria Molly McCue, de la Universidad de Minnesota—. Los jinetes suelen pensar en la cría como un arte y no como ciencia, pero en realidad es una combinación de ambos».
Los primeros caballos editados genéticamente con CRISPR sacudieron el mundo del polo en Argentina, la cuna internacional de este deporte, informaba el pasado 30 de agosto la agencia Reuters.
CRISPR en la ganadería: vacas, ovejas y cerdos
Los equinos se suman a una lista creciente de animales editados genéticamente con fines ganaderos. La biotecnología, que durante años fue promesa de laboratorio, está entrando en la fase comercial. En palabras de Jeantine Lunshof, especialista en bioética de Harvard Medical School, «hay una aceptación más amplia de la edición genética y una mejora constante de las técnicas».
En Estados Unidos, la compañía Acceligen ha desarrollado vacas PRLR-SLICK, con un gen de la prolactina modificado que les da un pelo más corto y brillante. Esta característica las hace más resistentes al calor, una ventaja en un planeta cada vez más cálido. La Agencia de Alimentos y Medicamentos estadouniense (FDA) autorizó en 2022 su consumo humano, aunque todavía no han llegado a los supermercados.
En la India, investigadores han aplicado la misma técnica que en los caballos argentinos para engordar ovejas mediante la supresión de la miostatina —una proteína producida de manera natural en el organismo que actúa como regulador del crecimiento muscular—, con el objetivo de aumentar la producción de carne.
Otra línea de trabajo se centra en la resistencia a enfermedades. La británica Genus ha creado cerdos inmunes al síndrome reproductivo y respiratorio porcino, una infección letal para las crías. La FDA ya aprobó su comercialización en Estados Unidos y se espera que lleguen al mercado en 2026.
La edición genética con CRISPR-Cas9 permite criar cerdos más sanos, resistentes al virus del síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRSV), y con carne hipoalergénica, un avance con impacto en salud y alimentación. Cortesía: Acceligen
Cerdos GalSafe: carne hipoalergénica y trasplantes
En paralelo, la empresa Revivicor, en Virginia, trabaja con los llamados cerdos GalSafe, cuyo genoma ha sido editado para eliminar el azúcar alfa-gal, responsable de alergias a la carne roja en algunas personas. Estos animales no solo podrían producir carne hipoalergénica, sino también órganos compatibles para trasplantes humanos. La FDA autorizó su consumo y uso biomédico en 2020.
Pese a los avances, persisten las dudas éticas. Los críticos temen que las modificaciones genéticas tengan efectos inesperados sobre la salud animal y de quienes consumen carne editada. Las mutaciones off-target, en genes no previstos, podrían derivar en problemas de bienestar animal o muertes prematuras. Además, los cambios son hereditarios y, por tanto, podrían extenderse a poblaciones silvestres.
«Lo fundamental es el impacto a largo plazo en la salud y el bienestar de los animales”, advierte McCue en Nature. Para Lunshof, el debate es inevitable: “Habrá que sopesar cuidadosamente los daños y beneficios de cada uso. La cuestión siempre será qué animal se modifica y con qué propósito».
La edición genética en animales plantea también interrogantes sociales más amplios: ¿quién se beneficiará de estas tecnologías? Aunque se presentan como herramientas para aumentar la eficiencia y responder al cambio climático, no está claro si contribuirán a sistemas alimentarios sostenibles o si, por el contrario, consolidarán un modelo industrial que ha generado desigualdades y daños ambientales.
En última instancia, los caballos CRISPR de polo en Argentina simbolizan un dilema de mayor alcance: la frontera entre la innovación científica y la preservación de tradiciones, entre la promesa de resolver retos globales y el riesgo de crear otros nuevos. La pregunta de fondo no es solo si se puede editar el genoma animal, sino si debemos hacerlo, bajo qué condiciones y con qué responsabilidades colectivas.▪️