Por qué la bilis de oso sigue usándose en Vietnam: la presión social alimenta el comercio ilegal
A pesar de las leyes y las alternativas médicas, la bilis de oso sigue circulando en Vietnam. Un nuevo estudio advierte de que el éxito de su comercio no está en la medicina, sino en las redes sociales que refuerzan una costumbre que simboliza respeto, estatus y tradición. Entonces, ¿qué se puede hacer para erradicar esta práctica ilegal?
Por Enrique Coperías
Ejemplar de oso malayo, una de las especies usadas para la extracción ilegal de bilis para la medicina tradicional en Vietnam. Cortesía: San Diego Zoo Wildlife Alliance
Un nuevo estudio científico publicado en la revista People and Nature demuestra que la persistencia del consumo de bilis de oso en Vietnam está impulsada por vínculos sociales y tradiciones culturales, más que por la falta de alternativas terapéuticas. El trabajo ha sido liderado por la San Diego Zoo Wildlife Alliance, y pone el foco en cómo las redes sociales cerradas y las dinámicas de regalo mantienen viva la demanda de productos ilegales de fauna silvestre.
Así es, la investigación apunta a que el regalo de bilis de oso entre familiares, amigos y compañeros de trabajo refuerza la demanda de este producto tradicional, utilizado desde hace siglos en la medicina tradicional asiática.
El consumo de este líquido digestivo en Asia, especialmente en países como China, Vietnam, Corea, Laos y Myanmar, está ligado a la medicina popular, que le atribuye propiedades para tratar diversas dolencias, como «el calor del hígado», las convulsiones, los espasmos y «los calores y materiales tóxicos». Incluso se ha promovido su uso para tratar afecciones como la artrosis y, en algunos casos, se llegó a sugerir para erradicar el virus SARS-CoV-2 durante la pandemia de covid-19.
¿Cómo se extrae la bilis de oso?
También se ha utilizado durante siglos para tratar enfermedades hepáticas, fiebre, hematomas y problemas oculares, debido a que la bilis de oso contiene ácido ursodesoxicólico, que tiene propiedades antiinflamatorias. La medicina moderna y muchos profesionales de la medicina tradicional china reconocen que no hay necesidad médica que justifique el uso de bilis animal.
Para obtener la bilis, miles de osos, generalmente osos negros asiáticos (Ursus thibetanus) y osos malayos (Helarctos malayanus), son criados en granjas donde permanecen durante años en jaulas estrechas y sometidos a extracciones repetidas; sus carceleros les insertan catéteres en la vesícula biliar para drenarles la bilis, un proceso extremadamente doloroso y despiadado.
La comunidad internacional y organizaciones de protección animal, como Animals Asia y World Animal Protection, han denunciado ampliamente estas prácticas como formas extremas de crueldad animal. En China, el Gobierno permite la cría bajo ciertas condiciones legales, mientras que Corea del Sur ha iniciado procesos para eliminar gradualmente esta industria mediante compensaciones y programas de rescate.
La demanda de bilis continúa, a pesar de que existen alternativas sintéticas y vegetales
Por su parte, Corea del Sur ha anunciado planes para acabar progresivamente con la cría de osos para bilis, con apoyo de programas de rescate y compensación. Y Vietnam prohibió la cría de osos para bilis en 2005, muchas granjas ilegales siguen operando, a pesar de la existencia de alternativas sintéticas y vegetales.
En palabras de Elizabeth Oneita Davis, líder del estudio e investigadora de la San Diego Zoo Wildlife Alliance, la bilis de oso sigue formando parte de prácticas cotidianas en regiones vietnamitas como Hanói y Nghê An. Más allá de su presunto valor terapéutico, se ofrece como muestra de gratitud, símbolo de estatus o acompañamiento en rituales masculinos, como es el consumo de alcohol.
El hallazgo más llamativo del estudio es que el consumo se mantiene gracias a la influencia social de miembros mayores y respetados dentro de redes sociales cerradas. «La bilis de oso circula en círculos íntimos, donde se transmite no solo como remedio, sino como gesto cultural —explica Davis. Y añade—: Identificar a estos líderes de opinión en los grupos locales podría ser clave para reducir la demanda».
La bilis de oso se comercializa en pequeños envases, como este. Algunas estimaciones hablan de una comercio ilegal de 7.000 kilos de bilis al año. Cortesía: San Diego Zoo Wildlife Alliance
¿Por qué se sigue consumiendo?
El estudio revela que el intercambio de bilis de oso en Vietnam no es un acto aislado ni esporádico, sino una práctica profundamente normalizada dentro de redes sociales íntimas y que se rige por unas mecánicas sociales que sostienen esta práctica:
✅ Prevalencia de la entrega de regalos: el 97,5 % de los encuestados afirmó haber dado o recibido bilis de oso al menos una vez en su vida. Este procentaje destaca el grado de integración del que goza esta práctica dentro de las rutinas sociales cotidianas.
✅ Círculos sociales íntimos como principales canales: la bilis de oso se intercambia, mayoritariamente, dentro de círculos de confianza, como familiares y amistades cercanas, durante las visitas de cortesía o los eventos sociales. Este patrón sugiere que se trata de un obsequio íntimamente ligado a relaciones personales duraderas.
✅ Motivaciones múltiples y simbólicas: Las razones para regalar bilis de oso son variadas y reflejan distintas dimensiones culturales. Estas son algunas:
Agradecimiento y aprecio: como muestra de gratitud por favores o actos de generosidad.
Mantenimiento de vínculos sociales: para reforzar relaciones personales o comerciales.
Cuidado y compasión: como expresión de buenos deseos para la salud del receptor, anclada en la tradición medicinal.
Estatus y búsqueda de favores: en menor medida, se utiliza como símbolo de poder o para ganar influencia en ámbitos profesionales.
Cultura masculina del alcohol: en contextos sociales dominados por hombres, la bilis de oso puede estar presente como parte de rituales asociados al consumo de alcohol.
De mensajes masivos a acciones teledirigidas de concienciación
Davis confirma que, aunque la cría de osos para extracción de bilis está prohibida en Vietnam, las granjas ilegales siguen operando, alimentadas por un comercio clandestino sostenido por la presión social. Durante décadas, esta demanda ha impulsado la caza furtiva y el cautiverio de osos en condiciones deplorables, con graves consecuencias para la conservación de especies.
El estudio sugiere un cambio de enfoque en las campañas de protección: pasar de mensajes masivos a intervenciones centradas en individuos influyentes dentro de las comunidades. «En lugar de apelar a toda la sociedad, puede ser más eficaz trabajar con personas clave capaces de transformar normas dentro de sus círculos», señala Davis.
Esta investigación se suma a una creciente línea de estudios que abordan la conservación de la biodiversidad no solo desde la biología, sino desde la comprensión profunda de los factores culturales y sociales que sostienen prácticas dañinas. Un enfoque que, según Davis y sus colegas podría aplicarse a otros productos ilegales de la fauna silvestre más allá de la bilis de oso, como es el caso de los huesos de tigre, los cuernos de rinoceronte, las aletas de tiburón y las escamas de pangolín.▪️
Información facilitada por la San Diego Zoo Wildlife Alliance
Fuente: Elizabeth Oneita Davis, My Ha Ho, Jenny Anne Glikman. Social mechanics of gifting bear bile in Việt Nam. People and Nature (2025). DOI: https://doi.org/10.1002/pan3.70047