¿Es mejor el agua con electrolitos, la alcalina o simplemente la del grifo? La ciencia responde

Con el auge de las aguas funcionales, desde las alcalinas hasta las enriquecidas con electrolitos o con sabor a refrescos, muchos consumidores se preguntan si existe realmente un beneficio nutricional al elegir una de estas opciones frente al agua corriente. ¿Merece la pena pagar más? ¿Qué dice la ciencia?

Por Enrique Coperías

Una mujer observa la amplia oferta de aguas embotelladas en un supermercado, donde la hidratación básica compite con promesas de beneficios extra: electrolitos, pH alcalino o sabores añadidos.

Una mujer observa la amplia oferta de aguas embotelladas en un supermercado, donde la hidratación básica compite con promesas de beneficios extra: electrolitos, pH alcalino o sabores añadidos. La ciencia, sin embargo, lo tiene claro: el agua corriente sigue siendo la mejor opción. Imagen generada con Gemini

Por motivos que escapan a la lógica pero no al marketing, beber agua —el gesto más básico y natural para calmar la sed y cuidar el cuerpo— ya no parece suficiente. Necesitamos que venga acompañada de promesas: más pura, más inteligente, más funcional, más sabrosa… Como si la salud tuviera que filtrarse también por la etiqueta.

Prueba de ello es que, en los estantes del supermercado, las botellas de agua ya no se limitan al clásico H₂O. Hoy compiten por la atención etiquetas que prometen beneficios como mayor hidratación, equilibrio del pH o reposición de minerales. Pero, según Roger Fielding, investigador del Centro de Nutrición Humana sobre el Envejecimiento (HNRCA) en la Universidad de Tufts (Estados Unidos), no hay evidencias científicas de que estas aguas especiales aporten ventajas metabólicas reales sobre el agua corriente.

«No hay ninguna base fisiológica para decir que estas aguas tienen un beneficio superior», afirma Fielding en un artículo publicado en la web de la Universidad de Tufts y que firma Emily Brognano.

La mayoría de las personas no bebe suficiente líquido a lo largo del día. En ese sentido, cualquier estrategia que nos lleve a consumir más agua —ya sea con sabor, con burbujas o con minerales añadidos— puede ser útil. Pero no porque mejore el metabolismo, sino simplemente porque nos mantiene hidratados.

¿El agua con electrolitos es buena para todos?

El término electrolitos suena técnico y saludable, pero ¿realmente necesitamos bebidas que los contengan? Los electrolitos, como el sodio, el potasio y el cloruro, son esenciales para el equilibrio químico del organismo, pero el cuerpo humano ya está diseñado para mantener estos niveles dentro de un rango muy estrecho.

«Tomar agua con electrolitos no va a cambiar significativamente su concentración en el cuerp», advierte Fielding.

Incluso en deportistas o personas que practican ejercicio intenso, como yoga en ambientes calurosos, es muy difícil generar un déficit real de electrolitos. Estas bebidas no son dañinas, pero tampoco imprescindibles para la salud.

Por otro lado, algunas aguas etiquetadas como enriquecidas pueden contener cantidades elevadas de sodio. En adultos, un consumo excesivo de sal puede aumentar el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Recomendación: no superar los 2 gramos de sodio al día y revisar siempre la etiqueta nutricional, incluso en el agua.

¿Tiene beneficios el agua alcalina?

El agua alcalina se promociona como una forma de compensar una dieta ácida y mantener el equilibrio del pH corporal. Aunque suena atractivo, no existen estudios concluyentes que avalen su eficacia en personas sanas, especialmente jóvenes.

«No hay evidencia directa de que el agua alcalina aporte beneficios respecto al agua normal», señala Bess Dawson-Hughes, endocrinóloga y profesora en la Universidad de Tufts.

Sin embargo, en adultos mayores con dietas acidificantes, como las ricas en proteínas y cereales, donde los riñones ya no ajustan el pH tan eficientemente, consumir alimentos o líquidos alcalinos podría ser útil para proteger la salud ósea.

El agua no es solo para las ranas

El consenso entre los científicos es claro: el agua corriente es la mejor opción de hidratación para la mayoría de las personas. Las aguas saborizadas o enriquecidas pueden ser útiles si motivan a beber más, especialmente en personas mayores o con problemas para mantenerse hidratadas o que dicen que «el agua es para las ranas». Pero no deben sustituir una dieta equilibrada ni se deben tildar de «milagrosas».

«El mejor reemplazo de líquidos para evitar la deshidratación es el agua. El agua lo supera todo», concluye Fielding.

Entonces, ¿qué agua debo elegir?

✅ ¿Quieres hidratarte eficazmente? Elige agua natural.

✅ ¿Te cuesta beber agua? Una opción de agua con sabor puede ayudarte a aumentar tu consumo de H₂O.

✅ ¿Eres deportista? A menos que entrenes en condiciones extremas, no necesitas electrolitos adicionales.

✅ ¿Eres mayor o tienes una dieta muy ácida? Consultar con un profesional sobre alimentos alcalinos puede ser más útil que comprar agua alcalina

✅ ¿Buscas mantener la salud ósea? Prioriza frutas y verduras frente a modas de mercado. ▪️

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