La punta de lanza de hueso más antigua de Europa fue fabricada por neandertales
Arqueólogos encuentran en una cueva del Cáucaso la punta de lanza más antigua de Europa, que fue fabricada por neandertales hace más de 70.000 años. La pieza demuestra que esta especie ya dominaba tecnologías avanzadas mucho antes de la llegada del Homo sapiens.
Por Enrique Coperías
Detalle de la punta de la lanza neandertal: las imágenes muestran la parte afilada del artefacto con marcas de calor (1) y restos de betún utilizados como adhesivo (2), evidencia del uso intencional de fuego y pegamentos naturales en su fabricación. Cortesía: L. V. Golovanova et al.
Un equipo internacional de científicos ha descubierto en Rusia la punta de lanza más antigua conocida en Europa, una pieza fabricada en hueso hace entre 80.000 y 70.000 años. Atribuida a los neandertales (Homo neanderthalensis), esta herramienta representa una evidencia clave del desarrollo tecnológico independiente de esta especie humana, anterior a la llegada del Homo sapiens al continente.
El hallazgo, publicado en el Journal of Archaeological Science, tuvo lugar en 2003 en la cueva de Mezmaiskaya, en el Cáucaso septentrional. La punta de lanza, de unos 9 centímetros de longitud, fue encontrada en una capa sedimentaria rica en restos arqueológicos: huesos de animales como bisontes, cabras y ciervos, herramientas de piedra y restos de hogueras.
Los arqueólogos presumen que el área funcionaba como un espacio de procesamiento de presas y fabricación de utensilios.
Unos habilidosos fabricantes de herramientas
No hay que olvidar que los neandertales fueron una especie humana que habitó Europa y partes de Asia occidental entre aproximadamente 400.000 y 40.000 años atrás. Durante mucho tiempo, se los consideró seres toscos, primitivos y limitados en su capacidad intelectual en comparación con los Homo sapiens. Sin embargo, los descubrimientos arqueológicos de las últimas décadas han transformado radicalmente esa visión, revelando que los neandertales eran mucho más complejos de lo que se creía.
La industria lítica neandertal se conoce principalmente como Musteriense, y está asociada al Paleolítico Medio. Esta industria se caracteriza por el uso de la llamada técnica Levallois, una forma avanzada de tallado que permitía obtener lascas de piedra con formas controladas a partir de núcleos preparados. Los neandertales producían una amplia gama de herramientas de piedra: raspadores, puntas, raederas, cuchillos y percutores, que usaban para cazar, despiezar animales, trabajar pieles y fabricar otros utensilios.
Aunque la piedra fue el material más comúnmente conservado, los neandertales también trabajaron con materiales orgánicos como el hueso, la madera y los tendones. Por ejemplo, en yacimientos como Schöningen (Alemania), se han encontrado lanzas de madera de hace más de 300.000 años, lo que indica conocimientos sobre aerodinámica y caza a distancia. Más adelante, se ha documentado el uso de pegamentos naturales como el betún o alquitrán para unir puntas a mangos de madera, una técnica que requiere temperaturas controladas y planificación previa.
Una pieza olvidada en un cajón
En períodos posteriores del Paleolítico Medio, se observa un uso más variado del hueso no solo como herramienta auxiliar, sino como materia prima para fabricar objetos especializados. Algunos ejemplos son punzones, alisadores para trabajar pieles, conocidos como lissoirs, e incluso objetos con posible valor simbólico, como conchas perforadas, pigmentos, plumas de aves y tubos óseos que podrían haber tenido funciones rituales o decorativas.
La punta de lanza descubierta en la cueva de Mezmaiskayamás pasó desapercibida durante años hasta que fue sometida a un análisis exhaustivo con tecnologías avanzadas, como tomografía computarizada, espectroscopia y microscopía de alta resolución.
Los resultados revelaron que la punta fue tallada deliberadamente con herramientas de piedra y afilada con precisión, antes de ser adherida a un asta de madera mediante alquitrán, un adhesivo natural. Microfracturas visibles indican que fue utilizada en un impacto violento, probablemente durante una cacería, y sugiere un uso breve antes de que se rompiera.
Evidencia de uso en la punta de la lanza: imagen general (A) y detalles microscópicos (B y C) de zonas aplanadas en la punta del artefacto (1 y 2), que podrían indicar impactos repetidos o contacto con superficies duras durante su uso como arma de caza. Cortesía: L. V. Golovanova et al.
Avance tecnológico y cultural
Más allá de su antigüedad, lo que hace único este artefacto es su implicación cultural y tecnológica: se trata de la primera evidencia directa en Europa del uso de una punta de caza de hueso con impacto documentado por los neandertales.
Hasta ahora, la mayoría de herramientas óseas conocidas del Paleolítico Inferior y Paleolítico Medio eran retocadores, percutores o raspadores, utilizados principalmente como herramientas auxiliares para trabajar la piedra o los animales. La diversidad en el uso del hueso era escasa, y las técnicas aplicadas se limitaban, en gran parte, a métodos similares a los usados con piedra.
Este nuevo hallazgo se inscribe en una etapa del Paleolítico Medio tardío, en la que los neandertales comenzaron a mostrar comportamientos técnicos y simbólicos comparables a los humanos modernos de África.
Más rudimentaria que las lanzas óseas de los «Homo sapiens»
Durante este periodo se documentan avances como la fabricación de herramientas óseas especializadas (alisadores, punzones), la decoración corporal con conchas marinas perforadas, el uso de pigmentos, plumas de aves y tubos óseos con posible función simbólica o musical, según Liubov V. Golovanova, arqueóloga del ANO Laboratory of Prehistory, en San Petersburgo, y autora principal del estudio.
La punta de Mezmaiskaya, aunque más rudimentaria que las lanzas óseas que producirían los Homo sapiens más adelante, representa una innovación clave: el uso deliberado de materiales orgánicos no solo como soporte auxiliar, sino como elementos funcionales de armamento de caza. Esto demuestra que los neandertales no solo eran capaces de fabricar herramientas complejas, sino también de planificar su producción y empleo, lo que implica habilidades cognitivas sofisticadas.
Además, el descubrimiento refuerza la hipótesis de que los neandertales desarrollaron de forma autónoma distintas tecnologías orgánicas, sin influencia de los humanos modernos. Su rareza se explica en parte porque los materiales orgánicos —a diferencia de la piedra— se conservan mal en condiciones normales, y tal vez muchas de estas herramientas desaparecieron con el tiempo.
Por eso, cada hallazgo como este no solo aporta nuevos datos arqueológicos, sino que también reconfigura nuestra comprensión del papel de los neandertales en la evolución cultural humana. ▪️
Fuente: Liubov V. Golovanova, Vladimir B. Doronichev, Ekaterina V. Doronicheva, Galina N. Poplevko, Naomi E. Cleghorn, Alexander M. Kulkov, Nikolai N. Potrakhov, Viktor B. Bessonov, Nikolai E. Staroverov. On the Mousterian origin of bone-tipped hunting weapons in Europe: Evidence from Mezmaiskaya Cave, North Caucasus. Journal of Archaeological Science (2025). DOI: https://doi.org/10.1016/j.jas.2025.106223.