¿Está envejeciendo demasiado rápido tu corazón?

Tu corazón podría estar envejeciendo más rápido que tú... y una nueva técnica con resonancia magnética puede revelarlo. Científicos han desarrollado un método para calcular la «edad real» de tu bomba vital y ayudarte a prevenir enfermedades antes de que aparezcan los síntomas.

Por Enrique Coperías

Una nueva investigación asegura que la resonancia magnética cardíaca, una técnica no invasiva, permite calcular la edad funcional del corazón y detectar signos tempranos de envejecimiento cardiovascular.

Una nueva investigación asegura que la resonancia magnética cardíaca, una técnica no invasiva, permite calcular la edad funcional del corazón y detectar signos tempranos de envejecimiento cardiovascular. Imagen generada con DALL-E

Todos sabemos con certeza cuántos años tenemos, pero ¿sabemos cuántos años aparenta tener nuestro corazón? Esta es la pregunta que se planteó un grupo internacional de investigadores, cuya respuesta podría revolucionar la forma en que entendemos, prevenimos y tratamos las enfermedades cardiovasculares.

Gracias a la combinación de inteligencia artificial y resonancia magnética cardíaca, un equipo de científicos liderado por el doctor Pankaj Garg, de la Universidad de Anglia del Este (UEA), en el Reino Unido, ha desarrollado un método para calcular la edad funcional del corazón, es decir, cómo de bien está trabajando el músculo cardiaco en comparación con lo que se esperaría a una determinada edad.

Este avance, publicado en la revista European Heart Journal Open, no solo ayuda a identificar el envejecimiento cardíaco prematuro, sino que ofrece una nueva herramienta para motivar cambios de hábitos y detectar problemas antes de que se conviertan en enfermedades graves.

Mucho más que contar años: el corazón también envejece

Nuestra bomba vital es una máquina prodigiosa… e infatigable: en promedio, el corazón humano late unas 100.000 veces cada 24 horas, lo que equivale a más de 36 millones de latidos al año. A lo largo de una vida de ochenta años, puede llegar a superar los 3.000 millones de latidos y bombear cerca de 200 millones de litros de sangre. ¡Suficiente para llenar más de ochenta piscinas olímpicas!

El corazón es el único músculo que trabaja sin parar desde antes del nacimiento hasta el último instante de vida. Su actividad comienza en el feto alrededor de la sexta semana de gestación.

El envejecimiento del corazón es un proceso fisiológico natural, pero puede verse acelerado por enfermedades como la hipertensión, la diabetes o la obesidad. Esto da lugar a lo que los expertos llaman envejecimiento cardiovascular prematuro, un fenómeno que reduce la capacidad del corazón para responder al estrés y lo hace más susceptible a fallos cardíacos, infartos y accidentes cardiovasculares.

¿Y si tu bomba vital es más vieja que tú?

«Por un momento, imagínate que descubres que tu corazón es más mayor que tú —propone el doctor Garg, autor principal del estudio, cardiólogo en el Hospital Universitario de Norfolk y Norwich y profesor en la Universidad de Anglia del Este. Y añade—: Para personas con presión alta, diabetes u obesidad, esto es algo frecuente. Nuestro nuevo enfoque con resonancia magnética no se limita a contar tus cumpleaños: mide cómo se está comportando realmente tu corazón».

El trabajo incluyó a 563 personas de entre 10 y 85 años, procedentes de cinco centros hospitalarios del Reino Unido, España y Singapur. Los participantes se dividieron en dos grupos: por un lado, personas sanas, sin enfermedades metabólicas ni cardiovasculares; y por otro, personas con factores de riesgo, como sobrepeso, hipertensión, diabetes, fibrilación auricular y colesterol elevado.

A todos los voluntarios se les realizó una resonancia magnética del corazón, una técnica de imagen avanzada que permite observar con gran detalle el funcionamiento de las cavidades cardíacas, su capacidad de contracción y el volumen de sangre que manejan. La interpretación de estas imágenes fue automatizada mediante inteligencia artificial, lo que permitió analizar cientos de estudios de forma precisa, ágil y estandarizada.

El corazón es el único músculo que trabaja sin parar desde antes del nacimiento hasta el último instante de vida.

El corazón es el único músculo que trabaja sin parar desde antes del nacimiento hasta el último instante de vida. Su actividad comienza en el feto alrededor de la sexta semana de gestación. Genera suficiente presión con cada latido como para lanzar la sangre a más de 9 metros de distancia si saliera por una arteria abierta. Aun así, lo hace con una coordinación perfecta, sincronizando aurículas y ventrículos como una orquesta biológica.

La fórmula de la edad del músculo cardiaco

El equipo de investigación desarrolló un modelo matemático a partir de dos parámetros clave obtenidos de la aurícula izquierda del corazón: el volumen telediastólico y la fracción de eyección. El volumen telediastólico representa la cantidad máxima de sangre que se acumula en la aurícula al final de la fase de llenado del corazón, justo antes de que se inicie la contracción.

Por su parte, la fracción de eyección mide el porcentaje de esa sangre que es expulsado hacia el ventrículo en cada latido, lo que ofrece una idea clara de la eficiencia del bombeo cardíaco.

Utilizando estos dos indicadores y aplicando ciertos ajustes según la eficiencia general del corazón, los investigadores desarrollaron una fórmula capaz de calcular la citada edad funcional del corazón, una estimación de cuán bien está funcionando el corazón en relación con lo que se esperaría para la edad real de la persona. Esta edad funcional se compara luego con la edad cronológica del paciente para detectar posibles signos de envejecimiento prematuro del órgano.

Obesos con corazones 45 años más viejos

«Una persona de cincuenta años con hipertensión podría tener un corazón que se comporta como el de alguien de 55», explica el doctor Garg, que resalta cómo este modelo permite visualizar de forma clara y cuantificable el impacto que pueden tener ciertas enfermedades sobre el envejecimiento del corazón.

Los resultados del estudio fueron reveladores. En las personas sanas, la edad funcional del corazón coincidía casi exactamente con su edad cronológica, lo que confirmaba la fiabilidad del modelo en condiciones normales. Sin embargo, en aquellos individuos con factores de riesgo, se observó una diferencia promedio de 4,6 años más entre la edad funcional y la edad real, lo que indica un envejecimiento prematuro del corazón.

En el caso de las personas con obesidad grave, el desfase era especialmente llamativo: sus corazones podían parecer hasta 45 años más viejos de lo que indicaba su edad cronológica. En los pacientes con diabetes, esta diferencia comenzaba a notarse de forma temprana, ya en la tercera década de vida, lo que sugiere un impacto acelerado de la enfermedad sobre la salud cardíaca.

En personas con obesidad grave, la resonancia magnética reveló un envejecimiento cardíaco acelerado: sus corazones podían aparentar hasta 45 años más que su edad real.

En personas con obesidad grave, la resonancia magnética reveló un envejecimiento cardíaco acelerado: sus corazones podían aparentar hasta 45 años más que su edad real. Foto: AllGo - An App For Plus Size People

Una herramienta para cambiar vidas

Asimismo, se detectó que las personas con fibrilación auricular —un tipo de arritmia en la que las aurículas del corazón laten de forma rápida y desorganizada, lo que puede provocar un flujo sanguíneo irregular, aumentar el riesgo de coágulos y derivar en complicaciones como el ictus y la insuficiencia cardíaca— presentaban una edad funcional del corazón mayor que la real en todas las etapas de la vida, sin importar la edad del paciente.

Por su parte, los hipertensos mostraban signos de envejecimiento cardíaco prematuro especialmente evidentes antes de cumplir los setenta años, lo que refuerza la necesidad de un control riguroso de la presión arterial desde etapas tempranas.

«Esto puede cambiar las reglas del juego —afirma categóricamente el doctor Garg. Y añade—: Nuestra técnica ofrece a los médicos una herramienta poderosa para mirar dentro del corazón y detectar problemas antes de que aparezcan los síntomas».

Además, esta herramienta puede convertirse en una poderosa estrategia preventiva. Saber que tu corazón tiene una edad más avanzada puede motivar cambios de estilo de vida: mejor alimentación, más actividad física o seguimiento médico.

Aplicaciones clínicas

«Hemos encontrado una forma de detectar corazones que están envejeciendo demasiado rápido. Esto podría convertirse en parte de los chequeos cardíacos rutinarios», comenta Hosam Assadi, estudiante de doctorado y coautor del estudio.

Las aplicaciones clínicas de este modelo son múltiples y de gran valor. En primer lugar, permite la detección precoz del riesgo cardiovascular, incluso antes de que aparezcan síntomas, lo que abre la puerta a intervenciones más tempranas y efectivas. Además, facilita el seguimiento personalizado de tratamientos, al ofrecer una herramienta objetiva para evaluar si el corazón está respondiendo favorablemente a cambios en la medicación o el estilo de vida.

También mejora notablemente la comunicación entre el médico y el paciente, ya que conceptos complejos como el riesgo cardiovascular pueden traducirse de forma sencilla en una comparación entre la edad real y la edad funcional del corazón. Finalmente, actúa como un potente incentivo para la promoción de hábitos saludables, al hacer visible el impacto real que pueden tener el sedentarismo, la mala alimentación o el estrés sobre la salud cardíaca.

Resonancia magnética del corazón, una técnica de imagen avanzada que permite observar con gran detalle el funcionamiento de las cavidades cardíacas, su capacidad de contracción y el volumen de sangre que manejan.

Resonancia magnética del corazón, una técnica de imagen avanzada que permite observar con gran detalle el funcionamiento de las cavidades cardíacas, su capacidad de contracción y el volumen de sangre que manejan. Cortesía: D. P. Ripley, T. A. Musa, L. E. Dobson, S. Plein, J. P. Greenwood

Edades sincronizadas

Además, los hallazgos podrían influir en la revisión de parámetros clínicos estándar, como la fracción de eyección ventricular, que actualmente no considera diferencias según la edad.

El doctor Garg apunta que el estudio fue de tipo transversal y no incluyó variables como el ejercicio físico, la dieta o el nivel socioeconómico. Sin embargo, el uso de tecnología avanzada, la muestra amplia y su diversidad internacional refuerzan la validez del modelo. Y confía en que este trabajo abra una nueva etapa en la medicina cardiovascular.

Sin duda alguna, saber la verdadera edad del corazón permite no solo detectar problemas antes de que aparezcan, sino también empoderar al paciente con información útil, comprensible y motivadora.

Porque al final, como bien dice el doctor Garg, «no se trata solo de cuántos años tienes… sino de cuántos años tiene tu corazón». ▪️

  • Información facilitada por la Universidad de Anglia del Este

  • Fuente: Hosamadin S Assadi, Xiaodan Zhao, Gareth Matthews, Rui Li, Jordi Broncano Cabrero, Bahman Kasmai, Samer Alabed, Javier Royuela Del Val, Hilmar Spohr, Yashoda Gurung-Koney, Nay Aung, Sunil Nair, Andrew J Swift, Vassilios S Vassiliou, Liang Zhong, Abdallah Al-Mohammad, Rob J van der Geest, Peter P Swoboda, Sven Plein, Pankaj Garg. Cardiovascular magnetic resonance imaging markers of ageing: a multi-centre, cross-sectional cohort study. European Heart Journal Open (2025). DOI: https://doi.org/10.1093/ehjopen/oeaf032

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