Los grupos neandertales tenían su propia cultura alimentaria local
Aunque vivían a pocos kilómetros de distancia y cazaban las mismas presas, distintos grupos de neandertales desarrollaron formas propias y diferenciadas de descuartizar a los animales, según revela un análisis de marcas de corte en los huesos. ¿Cortaban distinto porque pensaban de forma diferente?
Por Enrique Coperías
Recreación artística de un neandertal adulto enseñando a cortar la carne a su hijo, con lascas de sílex afiladas. Imagen generada con DALL-E
Un nuevo estudio arqueológico sugiere que los neandertales de las cuevas de Amud y Kebara no solo sabían cazar y cocinar, sino que podrían haber tenido formas tradicionales de preparar sus alimentos, lo que apunta a una cultura gastronómica transmitida de generación en generación.
Esto es lo que sugiere un estudio reciente publicado en la revista Frontiers in Environmental Archaeology, donde un equipo internacional de investigadores ha descubierto diferencias notables en las marcas de corte dejadas en los huesos de animales procesados por dos grupos de nenadertales.
Lejos de tratarse de simples detalles técnicos de arqueología, estas diferencias podrían ser testigos silenciosos de tradiciones culturales transmitidas de padres a hijos. Y, en última instancia, el hallazgo sugiere a una pregunta intrigante: ¿eran los métodos de carnicería neandertales fruto del azar o reflejo de tradiciones culturales aprendidas y compartidas? Es más, ¿tenían los neandertales algo parecido a unas «recetas familiares»?
Dos cuevas, una historia divergente
Las cuevas de Amud y Kebara se encuentran en el norte de Israel, a apenas 70 kilómetros de distancia una de la otra. Ambas fueron habitadas por grupos de neandertales (Homo neanderthalensis) hace entre 50.000 y 60.000 años, coincidiendo en época y entorno ecológico.
Los dos yacimientos arqueológicos han proporcionado una gran cantidad de restos faunísticos, herramientas líticas, hogares de fuego e incluso esqueletos humanos. Todo ello permite a los paleoantropólogos reconstruir con detalle no soólo qué comían estos grupos humanos, sino también cómo lo hacían.
Hasta ahora, las similitudes entre ambos sitios —el uso de herramientas de sílex, la caza de presas similares como gacelas y gamos, y la intensidad de ocupación de las cuevas— hacían suponer que también compartían técnicas de carnicería. Pero el nuevo análisis de marcas de corte sugiere lo contrario.
«Las sutiles diferencias en los patrones de marcas de corte entre Amud y Kebara pueden reflejar tradiciones locales de procesamiento de animales —explica Anaëlle Jallon, investigadora principal del estudio y doctoranda en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Y añade—: Aunque los neandertales de estos dos sitios compartían condiciones de vida similares y enfrentaban retos parecidos, parece que desarrollaron estrategias de carnicería distintas, posiblemente transmitidas mediante aprendizaje social y tradiciones culturales».
Marcas de corte en un hueso hallado en Amud. Cortesía: Anaëlle Jallon.
Lo que dicen los huesos
Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó un total de 344 fragmentos óseos con marcas de corte procedentes de niveles estratigráficos comparables en ambas cuevas. Se utilizó una combinación de técnicas macroscópicas y microscópicas, como la microscopía de variación de enfoque y los modelados en 3D, para estudiar la morfología y la distribución de las incisiones.
Las marcas observadas eran claras e intactas, poco alteradas por procesos posteriores como la acción de carroñeros y la meteorización. Lo más llamativo no fue la presencia de marcas —esperada en contextos de procesamiento de carne— sino su patrón:
✅ En Amud, las marcas son más densas, menos lineales y más superpuestas.
✅ En Kebara, los cortes son más rectos, menos frecuentes y están mejor organizados.
Además, en Amud, el 40% de los huesos estaban quemados, frente al 9% en Kebara. También eran más fragmentados, lo que podría deberse tanto a prácticas humanas, caso de la cocción y la fractura para la extracción de la médula (tuétano), como a daños posteriores.
Sin embargo, la combinación de mayor fragmentación, densidad de marcas y diferencias en la forma de las incisiones sugiere una explicación más interesante: diferencias culturales.
Entrada de la cueva de Amud. Cortesía:
¿Estamos ante recetas familiares neandertales?
«Estas dos cuevas nos ofrecen una oportunidad única para explorar si las técnicas de carnicería neandertales estaban estandarizadas o si variaban entre comunidades —comenta Jallon. Y continúa—: Si las técnicas diferían según el lugar o el periodo, esto implicaría que factores como las tradiciones culturales, las preferencias de cocina o la organización social influían incluso en actividades básicas como el procesamiento de alimentos».
Las diferencias no parecen explicarse por el tipo de herramientas, que eran esencialmente iguales en ambos sitios, ni por el tipo de presas, ya que los investigadores controlaron estas variables comparando sólo los huesos largos de ungulados pequeños, presentes en ambas cuevas.
Tampoco parecen derivarse del grado de habilidad del carnicero ni de una necesidad de extraer más carne de forma más intensa, hipótesis que se descartan gracias a estudios de arqueología experimental.
Posibles prácticas culinarias
Jallon y sus colegas sugieren dos hipótesis principales que podrían explicar los hallazgos realizados en las cuevas israelíes:
✅ «Una posibilidad es que los neandertales de Amud trataran la carne de forma diferente antes de cortarla —apunta el estudio— Tal vez la dejaban secar o descomponerse, como hacen los carniceros modernos al madurar la carne antes de cocinarla. La carne en descomposición es más difícil de procesar, lo que explicaría las marcas más densas y curvas».
✅ Otra posibilidad considerada por los autores del estudio es que la organización social del grupo —por ejemplo, cuántas personas participaban en la carnicería de una presa— influyera en el patrón resultante. Más manos trabajando simultáneamente podrían dar lugar a más incisiones, más superpuestas y menos alineadas.
Sin embargo, como admite la propia Jallon, aún hay mucho por investigar: «Los fragmentos óseos a veces son demasiado pequeños para ofrecer una imagen completa de las marcas de carnicería. Aunque hemos hecho esfuerzos para corregir sesgos por fragmentación, esto puede limitar nuestra capacidad de interpretación. Futuros estudios, con más trabajo experimental y análisis comparativos, serán clave para abordar estas incertidumbres —y quizás, algún día, reconstruir las recetas de los neandertales».
Dibujo y análisis macroscópico de un hueso hallado en la cueva de Kebara. Crédito: Anaelle Jallon
Del comportamiento simbólico a la cultura material
Esta investigación no es un hecho aislado, sino parte de una creciente corriente de investigaciones que presentan a los neandertales bajo una luz más compleja y humana.
Durante mucho tiempo, la imagen predominante del neandertal fue la de un hominino pragmático, guiado por la supervivencia, con capacidades cognitivas limitadas. Pero cada nuevo descubrimiento va desdibujando ese retrato simplista.
Las marcas de corte no solo aportan información sobre qué parte del animal se procesaba, sino también sobre cómo, cuándo y por qué. ¿Se cocinaba inmediatamente tras la caza? ¿Se almacenaba? ¿Había gestos rituales asociados al tratamiento de los cuerpos animales o humanos? ¿Participaban distintos miembros del grupo en tareas específicas? Todas estas preguntas comienzan a emerger a partir del análisis detallado de una simple incisión.
¿Por qué este estudio es importante?
Para muchos especialistas, el verdadero valor del estudio reside en lo que revela sobre la transmisión cultural. La posibilidad de que grupos de neandertales tuvieran tradiciones culinarias —es decir, formas aprendidas y repetidas de preparar los alimentos— supone un cambio de paradigma. Implica que, más allá de la supervivencia inmediata, existían formas de conocimiento compartido, quizás incluso un sentido de identidad colectiva.
El uso del término «recetas familiares» en la nota de prensa emitida por Frontiers puede parecer provocador, pero no es descabellado si se considera el modo en que las costumbres alimenticias se heredan y perpetúan en cualquier sociedad humana.
La forma en que se despieza un animal, los cortes preferidos, los métodos de cocción… Todo eso forma parte del repertorio cultural. Y según este estudio, los neandertales también podrían haber tenido el suyo.
Anaelle Jallon trabaja con una lente binocular para observar, dibujar y describir el trazado de las marcas de corte en huesos de animales. Crédito: Lucile Crété
De la carne al significado cultural
El estudio de las marcas de corte en las cuevas de Amud y Kebara no solo proporciona datos arqueológicos: nos ofrece una narrativa. Una historia de grupos humanos que, aunque separados por unos pocos kilómetros, desarrollaron maneras distintas de enfrentarse al mismo acto fundamental: obtener alimento. Y en esas diferencias —aparentemente menores— se esconde la clave de algo mayor: la transmisión de conocimiento, la variación cultural, y quizás, los primeros pasos de la cocina como acto social y simbólico.
«Puede que no podamos reconstruir aún sus recetas —dice Jallon con cautela. Y concluye—: Pero sí podemos empezar a comprender que la forma en que cortaban la carne no era al azar. Estaba informada por prácticas, preferencias, y posiblemente, por tradiciones que se transmitían dentro del grupo».
El hallazgo de patrones de carnicería distintos entre neandertales cercanos geográficamente cambia además nuestra visión de esta especie. Demuestra, por ejemplo, que:
✅ Tenían identidad grupal reflejada en prácticas cotidianas como la cocina.
✅ Aprendían y transmitían conocimientos.
✅ Podrían haber desarrollado formas incipientes de cultura culinaria.
Al final, los neandertales no solo tallaron herramientas y cazaron animales. Tallaron también su cultura en los huesos que dejaron atrás. Y esos huesos, ahora, comienzan a contarnos su historia.▪️
Información facilitada por Frontiers
Fuente: Anaëlle Jallon, Lucile Crété, Silvia M. Bello, Erella Hovers, Rivka Rabinovich. Cut from the same cloth? Comparing Neanderthal processing of faunal resources at Amud and Kebara caves (Israel) through cut-marks analyses. Frontiers in Environmental Archaeology (2025). DOI: https://doi.org/10.3389/fearc.2025.1575572