Titán no tiene un océano oculto: la NASA descubre un interior «granizado» con potencial para la vida
Bajo la superficie helada de Titán, la luna más parecida a la Tierra, no se esconde el océano que los científicos dieron por seguro durante años. Un nuevo análisis de datos de la NASA revela un interior inesperado, más parecido a un granizado profundo, que reabre —y amplía— las posibilidades de vida fuera de nuestro planeta.
Por Enrique Coperías
Seis imágenes infrarrojas de Titán, obtenidas a partir de datos recopilados durante toda la misión Cassini, muestran cómo es la superficie de la luna bajo su atmósfera brumosa y rica en metano, y revelan un terreno diverso y cambiante que permanece oculto a la vista directa. Cortesía: NASA.
Desde que los científicos pensaron que Titán albergaba un océano subterráneo de agua líquida, gracias a los datos de la misión Cassini, la mayor luna de Saturno, ha sido uno de los lugares más prometedores del Sistema Solar en la búsqueda de vida fuera de la Tierra.
En efecto, bajo su atmósfera densa y anaranjada, rica en metano, los científicos creyeron haber identificado un rasgo clave para la habitabilidad: un océano global de agua líquida oculto bajo kilómetros de hielo. Ahora, un nuevo estudio liderado por investigadores de la NASA desmonta esa idea. Titán no alberga un océano subterráneo clásico. En su lugar, su interior estaría dominado por una vasta capa de hielo caliente y deformable, una especie de granizado profundo que, paradójicamente, podría multiplicar las oportunidades para la vida.
🗣️ «En lugar de un océano abierto como el que tenemos aquí en la Tierra, probablemente estemos ante algo más parecido al hielo marino del Ártico o a acuíferos, lo que tiene implicaciones para el tipo de vida que podríamos encontrar, pero también para la disponibilidad de nutrientes, energía y otros factores», explica Baptiste Journaux, profesor de Ciencias de la Tierra y del Espacio en la Universidad de Washington, en un comunicado de esta institución.
Cómo los datos de la misión Cassini han cambiado esa idea
La investigación, publicada en la revista Nature, reanaliza con técnicas más precisas los datos de radio obtenidos por la sonda Cassini, que orbitó Saturno entre los años 2004 y 2017 y realizó más de un centenar de sobrevuelos en Titán, descubierto en 1655 por el astrónomo neerlandés Christiaan Huygens. Durante años, esas mediciones habían apuntado a que la luna respondía de forma exagerada a las mareas gravitatorias, una señal interpretada como la huella inequívoca de un océano bajo el hielo. Pero los nuevos resultados cuentan una historia distinta.
El corazón del hallazgo está en cómo Titán disipa la energía que recibe de Saturno. Cada dieciséis días, la gravedad del gigante gaseoso estira y comprime la luna, lo que genera calor interno, del mismo modo que la Luna provoca mareas en la Tierra. Los investigadores han logrado medir por primera vez con claridad no solo la magnitud de esa deformación, sino también el retraso temporal con el que Titán responde a la fuerza de marea. Ese desfase revela cuánta energía se pierde en forma de calor dentro del satélite.
La sorpresa ha sido mayúscula: Titán disipa entre tres y cuatro billones de vatios de energía, una cifra enorme para un cuerpo helado y más de diez veces superior al calor radiogénico generado por la desintegración de sus rocas internas. Esa disipación es tan intensa que resulta incompatible con la presencia de un océano líquido global. «Un océano actuaría como un amortiguador», explican los autores en Nature. Al desacoplar las capas profundas del satélite, reduciría la fricción interna y, con ella, la cantidad de energía disipada. Pero los datos muestran justo lo contrario.
Por qué un océano subterráneo ya no encaja con las observaciones
«Nadie esperaba una disipación de energía tan fuerte en el interior de Titán —afirma Flavio Petricca, investigador del Jet Propulsion Laboratory de la NASA y autor principal del estudio. Y añade—: Esa fue la prueba definitiva que indicaba que el interior de Titán es diferente de lo que se había inferido en análisis anteriores».
En lugar de un océano, el modelo que mejor encaja con todas las observaciones describe un interior formado por varias capas de hielo sometido una presión feroz. Cerca del núcleo rocoso existiría una región de hielo de alta presión, en fases cristalinas exóticas —con nombres como hielo III, V o VI— que en la Tierra solo pueden producirse en laboratorio.
Ese hielo estaría tan cerca de su punto de fusión que se comportaría de manera plástica, fluyendo lentamente y disipando grandes cantidades de energía.
Esta ilustración muestra las distintas formas en que Titán podría deformarse bajo la atracción gravitatoria de Saturno según su estructura interna. Solo un interior pastoso, similar a un granizado, reproduce la deformación y el retraso observados en el nuevo estudio. Cortesía: Baptiste Journaux y Flavio Petricca.
Qué significa que Titán tenga un interior «granizado»
No se trata de un bloque sólido e inerte, sino de un material dinámico y convectivo, atravesado por pequeñas bolsas de agua líquida. Un granizado planetario. Según el estudio, esta capa pastosa explicaría de forma coherente la intensa disipación de energía, la rotación peculiar de Titán y su campo gravitatorio, algo que ningún modelo con océano había conseguido hasta ahora.
🗣️ «La capa acuosa de Titán es tan gruesa y la presión es tan inmensa que la física del agua cambia. El agua y el hielo se comportan de una forma distinta a la del agua marina aquí en la Tierra», señala Journaux.
El resultado obliga a redibujar por completo la imagen interior de la luna más parecida a la Tierra. Titán comparte con nuestro planeta una atmósfera densa, un ciclo meteorológico activo y paisajes esculpidos por líquidos, aunque allí llueva metano en lugar de agua. La posibilidad de un océano subterráneo lo convertía además en un candidato privilegiado para albergar vida. ¿Significa este descubrimiento que Titán pierde interés astrobiológico? Todo lo contrario.
Implicaciones para la búsqueda de vida fuera de la Tierra
Los científicos sostienen que un interior granizado podría ser incluso más interesante desde el punto de vista de la astrobiología. Las pequeñas bolsas de agua líquida atrapadas en el hielo de alta presión podrían concentrar sales y compuestos orgánicos, lo que crearía nichos químicos muy activos. Además, la fuerte convección del hielo facilitaría el transporte de materiales entre el núcleo rocoso, rico en nutrientes, y las capas superiores, donde la química orgánica es extraordinariamente compleja.
🗣️ «Pudimos ayudarles a determinar qué señal gravitatoria deberían esperar basándose en los experimentos realizados aquí, en la Universidad de Washington. Fue muy gratificante», añade Journaux, cuyo laboratorio lleva años simulando en la Tierra las condiciones extremas del interior de mundos helados.
Para ponerlo en perspectiva: aunque solo el 1% de esa capa pastosa contuviera agua líquida, el volumen total sería comparable al del océano Atlántico terrestre. Incluso una fracción cien veces menor equivaldría al mar Mediterráneo. No sería un océano continuo, sino una red de microambientes potencialmente habitables, similares a los ecosistemas polares que existen en el hielo marino de los polos terrestres.
El estudio también tiene implicaciones profundas para la historia del sistema de Saturno. La intensa disipación interna de Titán sugiere que su órbita no es estable desde hace miles de millones de años, como se pensaba. Al contrario, su trayectoria habría cambiado recientemente en términos astronómicos, quizá como consecuencia de la desaparición de otra luna o de un gran evento dinámico ocurrido hace menos de cien millones de años. Este escenario refuerza la idea de que el sistema de Saturno es mucho más joven y caótico de lo que aparenta.
Este mosaico en color de infrarrojo cercano, captado por la sonda Cassini de la NASA, muestra el reflejo del Sol sobre los mares del polo norte de Titán, formados por hidrocarburos líquidos en lugar de agua. Cortesía: NASA/JPL-Caltech/University of Arizona/University of Idaho
Qué papel jugará la misión Dragonfly de la NASA
Además, los resultados obligan a revisar la frecuencia real de los llamados mundos océano en el Sistema Solar. Durante la última década, misiones espaciales y modelos teóricos han multiplicado la lista de lunas heladas que podrían albergar océanos ocultos bajo el hielo. Titán parecía un caso casi seguro. Si incluso aquí el océano no existe, puede que estos mundos sean menos comunes de lo que se pensaba, o más efímeros, congelándose y reapareciendo a lo largo de su historia.
🗣️ «El descubrimiento de una capa pastosa en Titán también tiene implicaciones muy estimulantes para la búsqueda de vida más allá de nuestro sistema solar. Amplía el abanico de entornos habitables que podríamos considerar», subraya Ula Jones, estudiante de doctorado y coautor del trabajo.
La última palabra, sin embargo, no está dicha. En la década de 2030, la NASA enviará a Titán la misión Dragonfly, un dron espacial del tamaño de un coche que volará de un punto a otro de la superficie, analizando su química y estudiando su interior mediante instrumentos geofísicos. Entre ellos habrá sensores capaces de detectar cómo se propagan las vibraciones a través del hielo, una especie de sismología extraterrestre que podría confirmar si bajo la corteza existe un océano continuo o, como sugiere este estudio, una vasta capa de hielo pastoso.
Por qué este hallazgo cambia lo que sabemos de los mundos helados
Si se confirma este nuevo modelo, Titán pasará de ser un océano oculto a algo aún más intrigante: un mundo helado pero dinámico, donde el agua líquida no forma mares estables, sino que aparece y desaparece en el interior de un hielo caliente y convectivo.
Un lugar donde la vida, si existe, no estaría protegida bajo un océano silencioso, sino repartida en pequeños refugios químicos, en un subsuelo activo que se mueve, se calienta y se renueva constantemente.
En el Sistema Solar, la habitabilidad puede adoptar formas mucho más extrañas de lo que la intuición terrestre sugiere. Titán, una vez más, demuestra que cuanto mejor lo conocemos, más desafía nuestras ideas preconcebidas sobre dónde y cómo puede surgir la vida.▪️
Información facilitada por la Universidad de Washington
Fuente: Petricca, F., Vance, S.D., Parisi, M. et al. Titan’s strong tidal dissipation precludes a subsurface ocean. Nature (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41586-025-09818-x

