¿El mismo origen para Orión, las Pléyades y las Híades? Nueva pista sobre la evolución de los cúmulos estelares
Astrónomos sugieren que tres de los cúmulos estelares más famosos del cielo —la Nebulosa de Orión, las Pléyades y las Híades— podrían no ser entidades independientes, sino etapas evolutivas de un mismo sistema estelar. Este hallazgo aporta nuevas claves sobre cómo nacen, evolucionan y se dispersan los cúmulos abiertos en la Vía Láctea.
Por Enrique Coperías
Nebulosa de Orión. Cortesía: NASA, ESA, M. Robberto (Space Telescope Science Institute/ESA) and the Hubble Space Telescope Orion Treasury Project Team
Cada noche, cuando el cielo está despejado, millones de personas pueden observar una escena aparentemente aleatoria: la nebulosa de Orión, las Pléyades y las Híades brillan en la misma región del firmamento, adornando las constelaciones de Orión y Tauro. Pero ¿y si esta vecindad no fuera casual? ¿Y si estas tres agrupaciones estelares —tan distintas en edad y forma— fueran, en realidad, tres retratos del mismo objeto cósmico en distintas etapas de su evolución?
Una reciente investigación conjunta entre el Institute for Advanced Studies in Basic Sciences (IASBS) de Irán y la Universidad de Bonn, en Alekmania, aporta evidencias sorprendentes que apuntan justamente en esa dirección.
Según sus autores del estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, los cúmulos Orion Nebula Cluster (ONC), Pléyades y Híades podrían no solo compartir el mismo rincón del cielo, sino también un mismo origen evolutivo. Como si se tratara de un álbum de fotos cósmico, veríamos en Orión al recién nacido; en las Pléyades, al adolescente; y en las Híades, al anciano.
¿Qué son la nebulosa de Orión, las Pléyades y las Híades?
✅ La nebulosa de Orión es uno de los cúmulos más jóvenes y densos de la galaxia. A apenas 1.350 años luz de la Tierra y con una edad de 2,5 millones de años, está compuesto por más de 2.700 estrellas, muchas aún rodeadas por los restos del gas que les dio origen. Este denso y compacto vivero estelar es un objeto de estudio fundamental para entender el inicio de la vida de las estrellas.
✅ En contraste, las Pléyades, conocidas también como Las siete hermanas, tienen aproximadamente 100 millones de años y ya muestran una estructura mucho más dispersa. Este cúmulo abierto aún es visible a simple vista y ha sido objeto de estudio desde la antigüedad.
✅ Finalmente, las Híades son el cúmulo más cercano al Sistema Solar, a solo 47 años luz. Con una edad de aproximadamente 800 millones de años, contiene menos estrellas, más separadas, y representa la fase final en la vida dinámica de un cúmulo abierto.
Según el astrofísico Pavel Kroupa, coautor del estudio y miembro del Helmholtz Institute for Radiation and Nuclear Physics en la Universidad de Bonn, «la nebulosa de Orión, las Pléyades y las Híades son como tres fotografías de la misma persona en diferentes edades: como un bebé, un adolescente y un anciano».
Esta analogía capta la esencia del hallazgo: estos cúmulos estelares serían distintas fases de un mismo proceso de formación estelar, separados por cientos de millones de años.
¿Comparten un mismo origen? Lo que dice la simulación estelar
Para poner a prueba esta hipótesis, el equipo liderado por Ghasem Safaei utilizó el código NBODY6, uno de los simuladores más avanzados en dinámica estelar. Este software permite modelar con altísima precisión las interacciones gravitatorias entre miles de estrellas, y tiene en cuenta efectos como la evolución estelar, la expulsión de gas y la influencia del campo gravitatorio galáctico.
Partiendo de condiciones iniciales similares a las observadas en la nebulosa de Orión —alta densidad, cúmulos compactos de entre 1.200 y 2.000 masas solares y una población rica en estrellas binarias— los investigadores dejaron que el sistema evolucionara durante una simulación de 800 millones de años. El objetivo no era otro que ver si esos parámetros podían dar lugar a estructuras como las Pléyades y, más tarde, las Híades.
El resultado fue esclarecedor: las simulaciones numéricas demostraron que un cúmulo como la nebulosa de Orió puede perder hasta un 85% de su población estelar a lo largo de su evolución, debido a la expulsión de gas residual y a la dinámica interna de las estrellas. A pesar de esa pérdida masiva, el cúmulo mantiene una estructura coherente que coincide con las observaciones actuales de las Híades.
«Este trabajo muestra que es perfectamente plausible que cúmulos como la nebulosa de Orión sigan una trayectoria evolutiva que los transforme primero en estructuras como las Pléyades, y más adelante en algo similar a las Híades», explica Hosein Haghi, del IASBS y actualmente también en la Universidad de Bonn.
Imagen de las Pléyades o Las siete hermanas, que tiene aproximadamente 100 millones de años. Cortesía: Davide De Martin & the ESA/ESO/NASA Photoshop FITS Liberator
La expulsión de gas interestelar es el gran motor de transformación
Uno de los principales mecanismos que impulsa esta transformación es la expulsión temprana de gas. Durante los primeros millones de años de vida, las estrellas masivas comienzan a irradiar intensamente y a emitir vientos estelares que expulsan violentamente el gas sobrante.
Esta pérdida de masa provoca que el cúmulo se expanda y pierda cohesión gravitatoria. Muchas estrellas, especialmente las más ligeras y periféricas, escapan de la atracción del cúmulo.
Como explica el propio Safae, «el cúmulo comienza compacto y denso, pero debido a esta pérdida de gas y al envejecimiento estelar, su estructura cambia radicalmente». Tras este proceso, que puede tardar apenas decenas de millones de años, el cúmulo entra en una fase de expansión paulatina, afectado también por el campo gravitacional de la Vía Láctea.
¿Por qué están tan cerca en el cielo? ¿Coincidencia o patrón galáctico?
Una curiosidad que siempre ha llamado la atención de los astrónomos es que los tres cúmulos —la nebulosa de Orión, las Pléyades y las Híades— están no solo en la misma región del cielo, sino también en un sector bastante cercano en términos galácticos. ¿Es esto solo coincidencia? El equipo investigador sugiere que podría haber algo más.
«La forma en que se forman los cúmulos estelares dentro de las nubes moleculares podría estar influenciada por condiciones físicas preferentes en el entorno galáctico —comenta Kroupa—. Es posible que ciertas regiones de la galaxia favorezcan la creación de cúmulos similares y, por tanto, su localización conjunta no sea del todo aleatoria».
El estudio también lanza una idea poderosa: que los cúmulos abiertos, como estos tres, podrían formarse siguiendo un patrón universal. Según Kroupa, «los cúmulos estelares parecen tener un modo preferente de formación, y eso nos habla de una física común detrás de estos procesos».
Esta afirmación se apoya en el hecho de que, a pesar de las diferencias aparentes, las simulaciones que parten de cúmulos similares a la nebulosa de Orión logran reproducir tanto la estructura como las masas, radios y número de estrellas observados en las Pléyades y las Híades. Esto sugiere que otras nubes moleculares gigantes pueden estar generando cúmulos casi gemelos entre sí, siguiendo este mismo guion.
Dinámica estelar y fuerzas galácticas: una danza delicada
Otro de los autores, Akram Hasani Zonoozi, destaca la interacción entre las fuerzas internas del cúmulo y las externas del entorno galáctico. «Esta investigación nos proporciona una comprensión más profunda de cómo se forman y evolucionan los cúmulos estelares, y muestra el equilibrio delicado entre la dinámica interna y la influencia del campo gravitacional de la galaxia», explica Hasani Zonoozi.
De hecho, las simulaciones incorporaron el modelo de la Vía Láctea con sus tres componentes principales —el bulbo, el disco y el halo galáctico— para evaluar cómo influye en la estabilidad del cúmulo a lo largo del tiempo.
La acción de estas fuerzas externas es clave en las etapas finales de vida del cúmulo, cuando las estrellas envejecidas comienzan a separarse lentamente, acercándose al final del ciclo vital estelar como un sistema unido.
La imagen muestra la constelación de Orión, con el cúmulo de la nebulosa de Orión señalado como la estrella central en la espada de Orión, junto a las Pléyades y las Híades. Los tres cúmulos abiertos están destacados con grandes círculos amarillos. Imagen: Aladin Sky Atlas / Observatorio de Estrasburgo (CDS, Francia)
La precisión de las simulaciones, un puente con las observaciones
Un aspecto destacado de este trabajo es cómo la teoría y la observación astronómica se complementan perfectamente. Las simulaciones fueron calibradas y validadas usando datos reales obtenidos por telescopios como el telescopio espacial Gaia, el Very Large Telescope Project (VLT), el Survey Telescope y el OmegaCAM, entre otros.
Los astrónomos compararon parámetros como número de estrellas, masa total, radios de núcleo y de mitad de masa, y distribución espacial de las estrellas. Los resultados coinciden notablemente bien con los valores observados.
Este cruce entre simulación astrofísica y realidad confirma que los modelos teóricos actuales están alcanzando un nivel de madurez extraordinario. Como concluye el equipo, estos modelos no solo ayudan a entender el pasado de cúmulos conocidos, sino que también abren nuevas vías para investigar la historia de otros cúmulos estelares y mejorar las teorías de formación de estrellas en toda la galaxia.
Un álbum familiar cósmico
En última instancia, el estudio ofrece una visión poética pero científicamente sólida de la vida de los cúmulos estelares. Como dice Kroupa, «es como si estuviéramos viendo la misma persona nacer una y otra vez». No se trata de una reencarnación literal, sino de un patrón evolutivo que se repite en la naturaleza.
Así, la nebulosa de Orión, Pléyades y Híades podrían ser mucho más que cúmulos vecinos en el cielo. Podrían ser hermanos separados por el tiempo pero unidos por el origen, mostrándonos cómo nacen, viven y envejecen las grandes familias de estrellas en nuestra galaxia. ▪️
Fuente: Ghasem Safaei, Hosein Haghi, Akram Hasani Zonoozi, Pavel Kroupa. Are the ONC, Pleiades, and Hyades snapshots of the same embedded cluster? arXiv (2025). DOI: https://doi.org/10.48550/arXiv.2507.12531