Canibalismo selectivo entre los neandertales de Goyet: las mujeres y los niños fueron las principales víctimas
Un nuevo análisis multidisciplinar del yacimiento de Goyet, en Bélgica, muestras que mujeres jóvenes y niños fueron el objetivo principal de un episodio de canibalismo entre neandertales. La selección no fue casual: los restos apuntan a violencia entre grupos y a un inquietante patrón de depredación humana al final del Pleistoceno.
Por Enrique Coperías
El yacimiento paleontológico de Goyet es uno de los casos mejor documentados de canibalismo neandertal, junto a los de las cuevas de Moula-Guercy, en Francia y El Sidrón, en España. Imagen generada con DALL-E
En una cueva belga excavada en el siglo XIX, los paleoantropólogos han vuelto a encontrar preguntas incómodas sobre nuestros parientes más cercanos. La Troisième caverne de Goyet, uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de Europa, conserva el mayor conjunto de restos neandertales (Homo neanderthalensis) del norte del continente.
Desde hace años se sabía que muchos de esos huesos mostraban marcas inequívocas de canibalismo. Lo que no se sabía —hasta ahora— era quiénes habían sido las víctimas y por qué ellos, y no otros.
Un nuevo estudio multidisciplinar, que combina paleogenética, isótopos, morfología ósea y biomecánica, acaba de reconstruir la identidad biológica y el perfil físico de los individuos acumulados en la cueva entre hace 41.000 y 45.000 años, justo en los últimos estertores de la presencia neandertal en Europa. Las conclusiones obligan a replantear las dinámicas sociales, ecológicas y tal vez violentas de esas poblaciones: las personas descuartizadas y consumidas en Goyet fueron casi exclusivamente mujeres jóvenes o adolescentes y dos menores varones, un niño y un recién nacido.
El hallazgo apunta a que no solo quiénes murieron allí, sino que su selección no fue aleatoria: eran individuos pequeños, gráciles, no locales y, en el caso de las mujeres, sin pruebas esqueletales de gran movilidad, pese a haber vivido fuera de la región. Todo apunta, según los autores, a un episodio de exocanibalismo deliberado: no comieron a miembros del propio grupo, sino a individuos procedentes de fuera, quizá en el contexto de conflictos territoriales o tensiones entre comunidades neandertales.
Contexto arqueológico y científico del hallazgo
El yacimiento de Goyet lleva más de un siglo ofreciendo sorpresas a los antropólogos y arqueólogos. Las excavaciones más antiguas, sin registro estratigráfico moderno, dejaron grandes colecciones de fauna y restos humanos altamente fragmentados. Sin embargo, las técnicas actuales han permitido recuperar información impensable para los científicos del XIX.
Los huesos humanos presentan fracturas en fresco, marcas de corte, impactos de percusión y signos de haber sido utilizados como herramientas óseas, un comportamiento indistinguible del destinado al procesado de animales como caballos y renos. Los neandertales de Goyet, por tanto, fueron despiezados, consumidos y en ocasiones sus huesos reutilizados como utensilios.
A partir del análisis del ADN antiguo, los investigadores han podido identificar un mínimo de seis individuos:
✅ Cuatro mujeres adolescentes o adultas jóvenes.
✅ Un niño de entre seis y doce años.
✅ Un neonato.
Los esqueletos están tan fragmentados que buena parte de la investigación se ha basado en huesos largos: fémures, tibias y radios que, pese a su mal estado, permitieron aplicar reconstrucciones virtuales y mediciones biomecánicas.
Identidad biológica de las víctimas: mujeres, adolescentes y menores
Uno de los resultados más llamativos del estudio, coordinado por Quentin Cosnefroy, Isabelle Crevecoeur y Hélène Rougier, y publicado en la revista Scientific Reports, es que todas las mujeres neandertales identificadas eran extraordinariamente pequeñas en comparación con el rango conocido para la especie. Con estaturas estimadas entre 143 y 156 centímetros, se situaban entre las más bajas registradas en Europa.
Pero no era solo una cuestión de altura: sus huesos mostraban poca robustez, diámetros corticales reducidos y estructuras típicas de individuos gráciles, muy alejadas de la imagen clásica de los neandertales.
Si se compara su anatomía con la de otros neandertales de la misma región, como los de Spy y Fonds-de-Forêt, la diferencia es aún más acusada. Mientras estos últimos presentan huesos macizos asociados probablemente a una actividad física intensa en un entorno exigente, los huesos de Goyet son delicados y ligeros, más cercanos a los de otras hembras neandertales gráciles conocidas, como las de La Ferrassie 2.
Las proporciones y la estructura interna de los huesos son también una ventana a la movilidad. Las tibias de Goyet muestran secciones casi circulares, asociadas a cargas multidireccionales moderadas, no a desplazamientos largos o repetitivos. Sorprende que, pese a ello, los análisis isotópicos de azufre indican que estas mujeres no eran locales: procedían de otra región, aunque con dietas similares entre sí. Es decir, viajaron hasta ese territorio, pero su esqueleto no muestra señales de un estilo de vida nómada o físicamente exigente, lo que plantea un enigma adicional.
Selección deliberada: por qué las víctimas no fueron elegidas al azar
Para evaluar si la presencia de cuatro mujeres jóvenes y dos menores en la cueva podía ser un simple producto del azar, los autores realizaron miles de simulaciones basadas en modelos demográficos teóricos y en el perfil de otras poblaciones neandertales bien conservadas.
Los resultados son bastante sólidos: la probabilidad de obtener por azar una muestra compuesta exclusivamente por mujeres adolescentes y adultas y dos menores es extremadamente baja. Es decir, no estamos ante un grupo familiar que murió en circunstancias excepcionales, ni ante una muestra sesgada por la conservación. Los individuos presentes parecen haber sido seleccionados deliberadamente.
Tampoco hay signos de parentesco estrecho entre ellos: las secuencias de ADN indican que no eran familiares directos. Esto refuerza la idea de que no pertenecían todos al mismo grupo social.
Restos neandertales de la Troisième caverne de Goyet analizados en este estudio. El sexo genético se indica como XX (femenino) y XY (masculino). Los fragmentos que pertenecen al mismo individuo están representados con el mismo color. Cortesía: Cosnefroy, Q., Crevecoeur, I., Semal, P. et al.
Causas del canibalismo en Goyet: hipótesis principales
La pregunta clave es qué motivó la acumulación de estos cuerpos. Todo apunta a un canibalismo de tipo nutricional, similar al documentado en otros yacimientos neandertales, donde los huesos humanos presentan las mismas técnicas de despiece aplicadas a los animales. Un detalle crucial es que los restos óseos de Goyet incluyen varios fragmentos usados como retocadores, herramientas de piedra que se afinan golpeando con huesos. Esta práctica es común en contextos neandertales, pero no está presente en los casos de canibalismo del Homo sapiens en el Paleolítico superior.
Ello sugiere que los perpetradores del canibalismo en Goyet fueron otros neandertales. ¿Las razones? Cosnefroy, Crevecoeur y Hélène barajan estas cuatro posibilidades:
Predación selectiva de individuos vulnerables, como mujeres jóvenes y niños.
Exocanibalismo: consumo simbólico o violento de individuos de otros grupos.
Ataques destinados a reducir la fertilidad de grupos rivales
Secuestro o captura de individuos no locales; los isótopos indican que las víctimas no eran de la zona donde murieron.
El contexto del Pleistoceno final: tensión entre neandertales y Homo sapiens
El periodo al que pertenecen los restos coincide con un momento de declive demográfico, gran variabilidad cultural y presencia cercana de Homo sapiens en el norte de Europa. En ese mosaico cultural, la competencia por recursos y territorio pudo intensificarse.
Goyet ofrece, en palabras de los investigadores, la evidencia más clara hasta la fecha de conflicto entre grupos neandertales.
Los neandertales no fueron solo cazadores adaptados al frío o artesanos de piedra. También vivieron episodios de violencia organizada, conflictos sociales y prácticas extremas. El caso de Goyet no muestra simplemente canibalismo, sino un comportamiento social estructurado, con selección de víctimas y decisiones colectivas.
Y revela una última imagen perturbadora del final de algunos grupos: mujeres jóvenes y niños, capturados y consumidos por otros grupos en un momento en que su especie se acercaba a la extinción. ▪️
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Fuente: Cosnefroy, Q., Crevecoeur, I., Semal, P. et al. Highly selective cannibalism in the Late Pleistocene of Northern Europe reveals Neandertals were targeted prey. Scientific Reports (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-025-24460-3

