La esperanza: la emoción clave para dar sentido a la vida, según un nuevo estudio científico

Investigadoras de la Universidad de Misuri demuestran que la esperanza supera a la felicidad y la gratitud en su impacto sobre nuestro bienestar psicológico.

Por Enrique Coperías

La esperanza, como emoción positiva, aporta sentido a la vida cotidiana y puede cultivarse en los pequeños momentos, según un estudio de la Universidad de Misuri. Foto: Name_ gravity

Más allá del pensamiento positivo o de un simple deseo de que las cosas mejoren, la esperanza emerge como una de las emociones más poderosas para dar sentido a la existencia humana.

Así lo afirma un estudio reciente liderado por investigadoras de la Universidad de Misuri, en Estados Unidos, que sugiere que esta emoción podría tener un potente impacto en el bienestar psicológico incluso superior al de otras emociones comúnmente valoradas de forma muy positiva, como la felicidad y la gratitud.

Durante años, la psicología ha vinculado la esperanza con la capacidad de establecer metas y mantener la motivación para alcanzarlas. Sin embargo, Megan Edwards y Laura King, del Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Misuri, proponen un enfoque renovado:

«La esperanza no solo impulsa nuestras metas, sino que, en sí misma, constituye una experiencia emocional fundamental que otorga sentido a la vida».

¿Por qué la esperanza es tan poderosa?

«Nuestra investigación cambia la perspectiva de la esperanza como un proceso meramente cognitivo relacionado con alcanzar objetivos, para reconocerla como una vivencia emocional vital que enriquece el significado de la vida», explica Edwards, doctora por la Universidad de Misuri y actualmente investigadora posdoctoral en la Universidad Duke.

El estudio, publicado en la revista científica Emotion, se compone de seis investigaciones realizadas con más de 2.300 participantes de distintos contextos sociales y culturales. A lo largo de los análisis, se compararon emociones positivas, como la diversión, el entusiasmo, la satisfacción y la felicidad. De forma consistente, solo la esperanza se mostró como un predictor robusto de una vida significativa.

«Sentir que la vida tiene sentido es crucial para casi todo lo bueno que podemos imaginar en la vida de una persona —afirma Laura King, profesora distinguida de Psicología en Misuri. Y añade—: Este componente central del funcionamiento psicológico no es una experiencia rara o lejana: está al alcance de las personas en su día a día, y la esperanza es uno de los factores clave que lo hacen posible».

Cómo cultivar la esperanza en la vida cotidiana

A partir de estos hallazgos, las investigadoras proponen algunas estrategias sencillas para fomentar la esperanza como herramienta de bienestar:

Valorar los momentos positivos del presente. Las investigadoras proponen prestar atención y dar valor a los momentos positivos, incluso a los más pequeños. Observar lo que va bien en el presente —en lugar de centrarse únicamente en metas futuras— puede alimentar una visión esperanzada y fortalecer el bienestar emocional.

Detectar oportunidades en tiempos inciertos. Aprovechar las oportunidades que surgen incluso en contextos de incertidumbre puede resultar clave. Identificar momentos de avance, por modestos que sean, genera una sensación de progreso que ayuda a mantener viva la esperanza.

Reconocer el crecimiento personal y ajeno. Valorar los cambios, aprendizajes y mejoras que se han dado con el tiempo, tanto en uno mismo como en los demás, refuerza la creencia en un futuro positivo. Esta conciencia del crecimiento alimenta una narrativa interna de superación y posibilidad.

Cuidar, nutrir y mantener la conexión con el futuro. Involucrarse en actividades que impliquen cuidado y dedicación —como educar a los hijos, plantar árboles o acompañar a otros— conecta con la idea de continuidad. Estas acciones refuerzan un estado mental esperanzado al vincularnos con un futuro que merece ser construido.

Y cuando todo parezca difícil, las autoras recuerdan que nada es permanente. «Las situaciones pueden cambiar, y la esperanza empieza con la convicción de que lo harán», señala Edwards.

La esperanza como motor del bienestar humano

Los investigadores consideran que aún queda mucho por explorar sobre el papel de la esperanza en el bienestar psicológico. El próximo paso, indican, será estudiar cómo esta emoción se manifiesta en momentos particularmente difíciles, y cómo puede servir de recurso en tiempos de adversidad.

La esperanza, más que una simple expectativa optimista, podría ser la brújula emocional que da sentido al camino. Como dijo la escritora estadounidense Helen Keller, «la esperanza ve lo invisible, siente lo intangible y logra lo imposible».▪️

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