¡Seis mil millones de toneladas por segundo!: el planeta errante que «engorda» a un ritmo récord
Un mundo solitario en la constelación de Camaleón está devorando gas y polvo con una voracidad sin precedentes. El hallazgo, observado con los telescopios VLT y James Webb, redefine los límites entre planeta y estrella.
Por Enrique Coperías
Recreación artística de Cha 1107-7626, un planeta errante situado a 620 años luz en la constelación de Camaleón. Con una masa de entre cinco y diez veces la de Júpiter, no orbita ninguna estrella y engulle gas y polvo de su disco a seis mil millones de toneladas por segundo, la tasa de acreción más alta jamás observada en un planeta. Crédito: ESO/L. Calçada/M. Kornmesser
En las profundidades de la constelación del Camaleón, a más de 500 años luz de la Tierra, un objeto celeste de apenas unas pocas veces la masa de Júpiter está poniendo en jaque nuestras ideas sobre cómo nacen los mundos. Se trata de Cha 1107-7626, un planeta errante —un cuerpo que vaga solo, sin estrella madre— que en los últimos meses ha protagonizado un estallido de acreción tan violento como inesperado.
Los telescopios más potentes de la humanidad, incluido el James Webb, han detectado que este pequeño gigante gaseoso está engullendo materia de su disco circundante a un ritmo récord: seis mil millones de toneladas por segundo. Es el proceso de acreción más intenso jamás observado en un objeto de masa planetaria libre.
El hallazgo, liderado por un equipo internacional de astrofísicos, supone una ventana inédita a los mecanismos que moldean los planetas y las estrellas jóvenes en sus etapas más tempranas. Y, sobre todo, plantea una pregunta fascinante: ¿estamos ante un planeta expulsado de su sistema original, condenado a vagar por el cosmos, o ante la forma más pequeña posible de una estrella?
Por qué sorprende Cha 1107-7626
Desde hace dos décadas, los astrónomos saben que el universo está salpicado de lo que llaman mundos rebeldes u objetos de masa planetaria que flotan libremente (FFPMO): planetas sin estrella con masas que van desde unas pocas a una decena de veces la de Júpiter. Su mera existencia abre dilemas de fondo.
«¿Son objetos que se forman como estrellas y tienen poca masa o son planetas gigantes expulsados de sus sistemas de origen?», se pregunta Aleks Scholz, astrónomo de la Universidad de St. Andrews y coautor del estudio, en un comunicado del ESO.
Cha 1107-7626 pertenece a este enigmático club. Con apenas de cinco a diez masas de Júpiter, no tiene la potencia para iniciar la fusión nuclear del deuterio, el límite convencional que separa a las estrellas de los planetas gigantes. Sin embargo, como los soles jóvenes, posee un disco de gas y polvo a su alrededor, un remanente de su gestación. Ese disco es la clave de su comportamiento explosivo.
El estallido de acreción más grande jamás observado
La historia comenzó en abril de 2025, cuando el espectrógrafo X-SHOOTER del Very Large Telescope (VLT), en Chile, observó el objeto en estado de calma. Nada parecía fuera de lo normal. Pero en junio del mismo año, el panorama cambió: las líneas de hidrógeno en su espectro, un marcador inequívoco de materia cayendo sobre el objeto, se dispararon.
Lo que siguió fue una sorpresa mayúscula. Durante junio, julio y agosto, los instrumentos del VLT y el James Webb confirmaron que Cha 1107-7626 había entrado en un estallido de acreción: su tasa de crecimiento se multiplicó por seis a ocho respecto a los meses anteriores. En cifras humanas, eso equivale a añadir cada segundo varias veces la masa de la Gran Pirámide de Guiza.
«La gente puede pensar en los planetas como mundos tranquilos y estables, pero con este descubrimiento vemos que los objetos de masa planetaria que flotan libremente en el espacio pueden ser lugares emocionantes», explica Víctor Almendros-Abad, astrónomo del Observatorio Astronómico de Palermo (INAF, Italia) y autor principal del estudio.
Los astrónomos vieron cómo el planeta se volvía hasta dos magnitudes más brillante en el visible, un salto lumínico equiparable a encender una ciudad en mitad de un desierto. En el infrarrojo, el disco circundante mostró señales de calentamiento, con un aumento del 20% en su emisión. Y por primera vez, se detectó la presencia de vapor de agua en el entorno del planeta, un indicio de que el estallido no solo redistribuye materia, sino que también transforma la química del disco.
«Este es el episodio de acreción más grande jamás registrado para un objeto de masa planetaria», añade Almendros-Abad.
Animación del crecimiento acelerado del planeta rebelde Cha 1107-7626
El primer planeta errante identificado como un EXor
El perfil de las emisiones no dejó lugar a dudas. La característica línea Hα del hidrógeno adoptó una forma de doble pico con absorción desplazada al rojo, una huella dactilar de lo que los astrofísicos llaman acreción magnetosférica. Es decir: el gas no cae directamente, sino que es canalizado por intensos campos magnéticos hacia la superficie del objeto, en un proceso idéntico al observado en estrellas jóvenes y enanas marrones.
Lo asombroso es que un planeta de apenas unas masas jovianas esté reproduciendo el mismo mecanismo. «Este descubrimiento difumina la línea entre estrellas y planetas y nos acerca a los primeros períodos de formación de planetas errantes», subraya Belinda Damian, astrónoma de la Universidad de St. Andrews y coautora del trabajo.
De hecho, la comparación más cercana no está en otros planetas, sino en un tipo de estrella joven conocida como EXor, que cada cierto tiempo experimenta brotes de acreción que duran meses y multiplican su brillo. Cha 1107-7626 se ha convertido así en el primer planeta errante identificado como un EXor, un título que lo convierte en pionero de una nueva categoría.
Crecer a golpes de explosión y calma
Los astrónomos sospechan que estos arrebatos no son una excepción, sino una parte esencial de la formación planetaria. En lugar de crecer de forma lenta y continua, muchos objetos jóvenes parecen acumular masa a base de episodios de voracidad cósmica.
El propio Cha 1107-7626 ya había dado pistas de un comportamiento similar en 2016, cuando se observaron señales de alta acreción. Eso sugiere que podría estar sujeto a ciclos recurrentes de explosión y calma, separados por años.
La implicación es profunda: incluso en la escala de los planetas, el crecimiento podría estar marcado por estas fases de atracones cósmicos. Y si eso ocurre en un planeta solitario, ¿qué no habrá sucedido en los entornos complejos de los sistemas solares jóvenes, donde múltiples cuerpos compiten por el mismo material?
Señales de agua y cambios químicos en el disco
El estallido de Cha 1107-7626 ofrece a la ciencia una oportunidad única. Al carecer de estrella central, este planeta errante permite estudiar los procesos de disco y acreción de manera más limpia, sin la radiación intensa ni los vientos estelares que complican las observaciones en torno a los soles jóvenes.
Los datos del James Webb, por ejemplo, revelaron cambios químicos en el disco, con nuevas líneas de hidrocarburos y agua apareciendo durante el estallido. Eso confirma que los episodios de acreción no solo alimentan al planeta, sino que reconfiguran el entorno químico donde podrían formarse lunas o estructuras secundarias.
Al mismo tiempo, el hallazgo reabre un viejo debate: ¿dónde está la frontera entre planeta y estrella? Cha 1107-7626 no arde con la fusión nuclear, pero actúa como una estrella joven en miniatura.
«La idea de que un objeto planetario pueda comportarse como una estrella es impresionante, y nos invita a preguntarnos cómo podrían ser los mundos más allá del nuestro durante sus etapas iniciales», reflexiona Amelia Bayo, astrónoma del Observatorio Europeo Austral (ESO).
Imagen en luz visible del sondeo Digitized Sky Survey 2 que señala la posición en el cielo de Cha 1107-7626, un planeta errante situado a 620 años luz. El objeto no es visible en la fotografía, pero se encuentra en el centro exacto de la imagen. Cortesía: ESO/Digitized Sky Survey 2
Estrellas jóvenes y planetas: una frontera difusa
El descubrimiento recuerda que el universo rara vez respeta las categorías rígidas que los humanos intentamos imponerle. Cha 1107-7626 no es un planeta al uso —no gira en torno a un sol— ni tampoco una estrella. Es una criatura fronteriza, un planeta estelar que crece con violencia en la soledad del espacio.
Los astrónomos creen que estudiar más casos como este ayudará a responder preguntas fundamentales como estas tres:
✅ ¿Cuál es el límite más bajo en la masa que puede alcanzar la formación estelar?
✅ ¿Cuántos de estos mundos solitarios son en realidad planetas expulsados de sus sistemas natales?
✅ ¿Qué papel juegan los estallidos de acreción en la formación de planetas y lunas?
Consecuencias para la formación planetaria
El episodio observado en Cha 1107-7626 se ha prolongado durante al menos dos meses, pero podría durar mucho más. El seguimiento con telescopios terrestres y espaciales continúa, en busca de pistas sobre su evolución.
Lo que está claro es que estamos ante un fenómeno que reescribe manuales de astronomía. Hasta ahora, la mayor parte de la comunidad científica pensaba que estallidos de acreción de este tipo eran exclusivos de estrellas jóvenes. Hoy sabemos que incluso los planetas pueden rugir como soles en miniatura.
En última instancia, Cha 1107-7626 nos recuerda que el cosmos es un lugar de sorpresas y extremos, donde incluso un planeta solitario, perdido en la vastedad interestelar, puede convertirse durante un tiempo en un faro de violencia creativa. Un recordatorio de que los mundos, igual que las estrellas, también pueden tener infancia turbulenta. ▪️
Preguntas & Respuestas: El planeta errante Cha 1107-7626
🪐 ¿Qué es un planeta errante?
Son planetas que no orbitan ninguna estrella, sino que flotan libremente en el espacio. Pueden haberse formado de manera aislada o haber sido expulsados de su sistema de origen.
🪐 ¿Dónde se encuentra Cha 1107-7626?
Está en la constelación de Camaleón, a unos 620 años luz de la Tierra.
🪐 ¿Qué tamaño tiene este planeta?
Su masa se estima entre 5 y 10 veces la de Júpiter, lo que lo convierte en un objeto de masa planetaria.
🪐 ¿Qué lo hace especial?
Está creciendo a un ritmo récord: seis mil millones de toneladas por segundo. Es la mayor tasa de acreción jamás registrada en un planeta o planeta errante.
🪐 ¿Cómo se descubrió este fenómeno?
Las observaciones se realizaron con el Very Large Telescope (VLT) de ESO en Chile y con el James Webb Space Telescope (JWST). El espectrógrafo X-shooter del VLT detectó el incremento de brillo y la huella espectral del gas cayendo sobre el planeta.
🪐 ¿Por qué se produce este estallido de acreción?
Se sospecha que fuertes campos magnéticos canalizan el gas del disco circundante hacia la superficie del planeta, en un proceso similar al de las estrellas jóvenes.
🪐 ¿Qué papel juega el agua en este descubrimiento?
Durante el estallido se detectó vapor de agua en el disco, un fenómeno observado antes en estrellas, pero nunca en un planeta. Esto demuestra que la química del entorno también cambia durante la acreción.
🪐 ¿Qué significa que este planeta se comporte como una estrella EXor?
Los EXor son estrellas jóvenes que sufren explosiones de brillo por episodios de acreción masiva. Cha 1107-7626 es el primer planeta conocido que muestra un comportamiento similar, lo que difumina la línea entre planetas y estrellas.
🪐 ¿Qué implicaciones tiene este hallazgo?
El descubrimiento ayuda a entender cómo se forman y evolucionan los planetas, y sugiere que incluso los mundos de baja masa pueden crecer a golpes de grandes estallidos, igual que las estrellas.
🪐 ¿Qué podremos aprender en el futuro?
El próximo Telescopio Extremadamente Grande (ELT) de ESO permitirá detectar y estudiar más planetas errantes, aclarando si todos comparten este tipo de comportamiento o si Cha 1107-7626 es un caso excepcional.
Información facilitada por el ESO
Fuente: Victor Almendros-Abad, Aleks Scholz, Belinda Damian, Ray Jayawardhana, Amelia Bayo, Laura Flagg, Koraljka Mužić, Antonella Natta, Paola Pinilla, and Leonardo Testi. Discovery of an Accretion Burst in a Free-floating Planetary-mass Object. The Astrophysical Journal Letters (2025). DOI: 10.3847/2041-8213/ae09a8