Cómo el nervio vago mantiene joven al corazón: nueva evidencia científica

Un fino hilo nervioso que conecta corazón y cerebro podría ser la clave para frenar el envejecimiento cardíaco. Un nuevo estudio muestra que preservar e incluso restaurar la comunicación con el nervio vago derecho mantiene el músculo del corazón joven durante más tiempo.

Por Enrique Coperías

Imagen generada con IA de una cardióloga mostrando una maqueta de la ruta del nervio vago hacia el corazón

Imagen generada con IA de una cardióloga mostrando una maqueta de la ruta del nervio vago hacia el corazón, una conexión cuya restauración, según un estudio internacional liderado por la Escuela Superior Sant’Anna de Pisa, podría ayudar a frenar el envejecimiento cardíaco y preservar la contractilidad del músculo. Crédito: IA-DALL-E-RexMolón-Producciones

El secreto para mantener un corazón joven podría no residir solo en la dieta o el ejercicio, sino en un fino cordón nervioso que conecta la bomba vital con el cerebro.

Un estudio internacional coordinado por la Facultad Superior Sant’Anna de Pisa, en Italia, y publicado en la revista Science Translational Medicine señala al nervio vago —en particular, a su rama derecha— como un guardián de la juventud cardíaca. Los investigadores han demostrado que preservar esa comunicación o incluso restaurarla parcialmente puede frenar el envejecimiento del corazón.

El trabajo, desarrollado en Pisa con financiación europea del programa FET (Future and Emerging Technologies) dentro del proyecto NeuHeart y con apoyo del ecosistema sanitario toscano, integra medicina experimental y bioingeniería aplicada a la investigación cardiovascular.

El núcleo del estudio se encuentra en el laboratorio TrancriLab del Centro de Investigación Interdisciplinar en Ciencias de la Salud, dirigido por Vincenzo Lionetti, y en el Instituto de Biorrobótica de la EPFL que lidera Silvestro Micera, responsable del desarrollo del dispositivo de regeneración del nervio vago.

Por qué el nervio vago es clave para mantener joven el corazón

Los resultados desplazan el foco de atención más allá del ritmo cardíaco, tradicionalmente relacionado con la acción del nervio vago, y lo sitúan directamente en la salud de los cardiomiocitos, las células que permiten al corazón contraerse y bombear sangre.

Recordemos que el nervio vago, también llamado nervio neumogástrico, es el más largo de los nervios craneales y actúa como una autopista bidireccional entre el cerebro y diversos órganos, entre ellos el corazón, los pulmones y el sistema digestivo. Forma parte del sistema nervioso parasimpático, que regula funciones automáticas relacionadas con la calma y la recuperación del organismo: disminuye la frecuencia cardíaca, modula la presión arterial, interviene en la respiración, coordina la digestión e influye en la respuesta inflamatoria.

La acción del nervio vago es continua y silenciosa, y ajusta el funcionamiento interno del cuerpo para mantener el equilibrio fisiológico. En el corazón, esta conexión ayuda a preservar la estabilidad eléctrica y la contractilidad del músculo cardíaco, y ahora —como muestra el nuevo estudio— podría desempeñar además un papel decisivo en la longevidad del tejido cardíaco.

El proyecto de mapeo cardíaco de la  UCF College of Medicine muestra miles de neuronas agrupadas en clusters que ayudan a controlar el latido del corazón y la circulación sanguínea.

El proyecto de mapeo cardíaco de la UCF College of Medicine revela miles de neuronas agrupadas que participan en el control del latido y la circulación sanguínea, una arquitectura neuronal que ayuda a explicar por qué la conexión con el nervio vago resulta clave para mantener joven y eficiente el corazón, según el nuevo estudio internacional. Cortesía: University of Central Florida

Bioingeniería para regenerar el nervio: una prótesis que guía el crecimiento

🗣️ «Cuando la integridad de la conexión con el nervio vago se pierde, el corazón envejece más rápidamente», explica el profesor Lionetti, que subraya que la pérdida de esa comunicación acelera los mecanismos de deterioro estructural del músculo cardíaco.

La investigación no se quedó en la constatación del daño. Parte del equipo logró restaurar la conexión entre el corazón y el nervio vago utilizando una prótesis biodegradable. Los efectos fueron notables, incluso cuando la regeneración fue parcial. «Incluso la restauración parcial de la conexión entre el nervio vago derecho y el corazón es suficiente para contrarrestar los mecanismos de remodelado cardíaco y preservar una contractilidad eficaz, señala Anar Dushpanova, cardióloga del TrancriLab y una de las autoras del estudio.

Ese avance tecnológico ha sido clave para la investigación. «Hemos desarrollado un conducto nervioso bioabsorbible implantable diseñado para promover y guiar la regeneración espontánea del nervio vago torácico a nivel cardíaco», detalla Eugenio Redolfi Riva, coautor de la patente de la neuroprótesis desde el Instituto de Biorrobótica. La pieza se degrada de forma natural tras servir de andamiaje al nervio, evitando intervenciones posteriores para retirarla.

En el proyecto han participado instituciones italianas e internacionales de referencia, desde la Scuola Normale Superiore y la Universidad de Pisa hasta el Leibniz Institute on Ageing de Jena (Alemania) o la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suíza), lo que, según los autores, ha permitido abordar el problema desde múltiples ángulos, desde la fisiología celular hasta la ingeniería de tejidos.

Implicaciones para la cirugía cardiotorácica y los trasplantes

El hallazgo abre una vía inesperada para proteger el corazón a largo plazo, en especial en intervenciones quirúrgicas complejas.

«Tomados en conjunto, estos resultados abren nuevas perspectivas para la cirugía cardiotorácica y de trasplantes, y sugieren que restaurar la inervación vagal cardíaca en el momento de la cirugía podría representar una estrategia innovadora para la protección cardíaca a largo plazo, desplazando así el paradigma clínico desde la gestión de complicaciones tardías asociadas al envejecimiento cardíaco prematuro hacia su prevención», concluye Lionetti.

La comunicación entre el cerebro y el corazón, que tantas veces se ha utilizado como metáfora en la literatura, podría convertirse así en una herramienta real para mantener el músculo cardíaco joven durante más tiempo. ▪️

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