La ciencia de la risa: cómo la risoterapia reduce la ansiedad y aumenta la satisfacción con la vida
Reír no solo es un placer: la ciencia demuestra que puede ser una herramienta terapéutica poderosa. Desde hospitales hasta videollamadas, la risoterapia emerge como un aliado eficaz contra la ansiedad y un motor de bienestar duradero.
Por Enrique Coperías
¿Puede la risa ser una terapia eficaz para reducir la ansiedad y mejorar la satisfacción vital? Un nuevo estudio apunta en esta dirección. Foto: Dave George
En un mundo donde la salud mental se ha convertido en un reto global, un equipo internacional de investigadores, liderado por Yelsyn-Mauricio Porras-Jiménez, Pedro L. Pancorbo-Hidalgo, Isabel María López-Medina y Carmen Álvarez-Nieto, de la Universidad de Jaén, en España, ha recopilado y analizado tres décadas de evidencia científica para responder a una pregunta aparentemente sencilla pero científicamente compleja: ¿puede la risa mejorar nuestra vida y reducir la ansiedad?
Su estudio, publicado en el Journal of Happiness Studies, no se conforma con anécdotas ni intuiciones: se trata de una revisión sistemática y un metaanálisis de 33 ensayos clínicos aleatorizados realizados en distintas partes del mundo entre 1991 y 2024, con un total de 2.159 participantes adultos.
La investigación combina la rigurosidad de la metodología PRISMA —una guía internacional que indica cómo hacer y presentar revisiones sistemáticas y metaanálisis de forma clara, transparente y reproducible— con un enfoque propio de la psicología positiva para evaluar dos variables centrales del bienestar psicológico: la satisfacción con la vida y el control de la ansiedad.
Qué es la risoterapia y cómo funciona
La risoterapia, lejos de ser un simple recurso lúdico, es una intervención planificada que emplea técnicas como el yoga de la risa, el clown hospitalario, los programas de humor guiados e incluso las sesiones de risa online. Su objetivo no es únicamente provocar la carcajada, sino activar mecanismos fisiológicos, cognitivos y sociales capaces de mejorar el estado emocional y, a largo plazo, la calidad de vida.
El estudio se apoya en cuatro grandes marcos teóricos:
1️⃣ La teoría de ampliación y construcción de Barbara Fredrickson, que explica cómo las emociones positivas amplían la capacidad cognitiva y fortalecen recursos psicológicos.
2️⃣ La teoría del afrontamiento de Richard Lazarus y Susan Folkman, que considera la risa una estrategia activa para reinterpretar el estrés.
3️⃣ La teoría de regulación emocional de James Gross, que detalla cómo la risa interrumpe ciclos de pensamiento negativo.
4️⃣ La teoría del bienestar subjetivo de Ed Diener, que vincula las emociones positivas con una visión más favorable de la propia vida.
Resultados: menos ansiedad, más bienestar
Los resultados del metaanálisis son claros: la risoterapia consigue reducir de forma significativa la ansiedad y, al mismo tiempo, aumentar la satisfacción con la vida. Las mejoras no son solo pequeñas variaciones en las encuestas, sino cambios lo bastante grandes como para notarse en la vida diaria.
Entre las distintas técnicas estudiadas, el yoga de la risa se situó a la cabeza, con beneficios aún más marcados que el resto: fue especialmente eficaz para calmar la ansiedad y para que las personas se sintieran más satisfechas y positivas respecto a su vida.
Aunque la heterogeneidad entre estudios es elevada —debido a la diversidad de contextos, poblaciones y modalidades terapéuticas—, la tendencia general es clara: reír de manera inducida y guiada funciona como un complemento efectivo para la salud mental de los adultos.
Payasospital, ONG de la Comunidad Valenciana, lleva desde 1997 llenando de sonrisas los hospitales con actuaciones de payasos profesionales adaptadas a cada niño y coordinadas con el personal sanitario. Cortesía: https://www.payasospital.org/
Ámbitos de aplicación: de hospitales a plataformas online
Uno de los hallazgos más llamativos es la universalidad del efecto. La risoterapia ha mostrado beneficios en una amplia gama de personas en diferentes situaciones vitales:
✅ Pacientes quirúrgicos (reducción de ansiedad preoperatoria)
✅ Enfermedades crónicas como EPOC o artritis reumatoide.
✅ Personas mayores en residencias.
✅ Estudiantes de enfermería con estrés académico.
✅ Migrantes en proceso de adaptación.
✅ Población general afectada por la pandemia de covid-19.
✅ Cuidados paliativos.
Los entornos también han variado: desde hospitales y universidades hasta hogares y plataformas digitales. En este último caso, las sesiones online han permitido mantener el acceso a la terapia de la risa en momentos de confinamiento, sin que la ausencia de interacción física anule sus beneficios.
Cómo actúa la risa en el cuerpo y la mente
Más allá de la sensación subjetiva de bienestar, la risa produce cambios fisiológicos medibles. Activa el sistema nervioso parasimpático, reduciendo la tensión muscular y los niveles de cortisol; mejora la oxigenación; estimula la liberación de endorfinas; y favorece la cohesión social, lo que a su vez actúa como un amortiguador del estrés.
En el plano cognitivo, la risa facilita la reevaluación positiva de situaciones adversas, rompe patrones de pensamiento rumiativo y aumenta la flexibilidad mental.
Y en el plano social, refuerza vínculos y genera un sentido de pertenencia, factores clave para combatir la soledad y mejorar la percepción de apoyo social.
La risoterapia puede reducir tensiones en ambientes laborales. Foto: Jerry Zhang
Un campo en expansión
Antes de esta investigación, la mayoría de las revisiones sobre risoterapia se habían centrado únicamente en la ansiedad, con muestras predominantemente mayores de cuarenta años y sin incluir la oleada de estudios posteriores a 2019, marcados por el impacto de la pandemia de covid-19.
Esta revisión es la primera en integrar también el efecto sobre la satisfacción con la vida, ofreciendo así una visión más completa.
El equipo recomienda seguir desarrollando ensayos clínicos bien diseñados para afinar la estimación de los efectos y explorar variables moderadoras, como la duración y frecuencia de las sesiones o el perfil psicológico de los participantes.
La risa como política de salud pública
Los autores sugieren que la risoterapia, por su bajo coste y ausencia de efectos secundarios relevantes, podría incorporarse con mayor frecuencia en entornos sociosanitarios.
Desde programas para reducir la ansiedad preoperatoria hasta actividades comunitarias para adultos mayores, las aplicaciones potenciales son amplias y adaptables.
Si bien no se plantea como un sustituto de terapias convencionales, sí se perfila como un aliado potente y accesible. Además, su carácter grupal fomenta dinámicas de apoyo mutuo y participación activa, aspectos que otras intervenciones más individualizadas no siempre logran.
Un futuro prometedor, con una advertencia
Pese a la consistencia de los resultados, los investigadores advierten sobre la necesidad de no trivializar la risoterapia. No se trata de reír por reír, sino de aplicar protocolos estructurados que maximicen los beneficios y respeten el contexto emocional de los participantes.
En entornos clínicos, por ejemplo, es fundamental contar con profesionales formados que sepan adaptar la técnica a personas con altos niveles de sufrimiento o con condiciones físicas limitantes.
En resumen, la ciencia respalda lo que la intuición humana lleva siglos sospechando: la risa, bien dosificada y aplicada con conocimiento, puede ser una medicina sin receta que alivia la ansiedad y aumenta la satisfacción con la vida. Desde un quirófano hasta una pantalla de Zoom, reír juntos sigue siendo una de las formas más simples —y, ahora lo sabemos, científicamente validadas— de cuidarnos. ▪️
Fuente: Yelsyn-Mauricio Porras-Jiménez, Pedro L. Pancorbo-Hidalgo, Isabel María López-Medina & Carmen Álvarez-Nieto. The Role of Laughter Therapy in Adults: Life Satisfaction and Anxiety Control. A Systematic Review with Meta-Analysis. Journal of Happiness Studies (2025). DOI: https://doi.org/10.1007/s10902-025-00934-z